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Región EL PP REGIONAL TIENE NUEVO PRESIDENTE

Los 7 meses y medio que tiene por delante Paco Núñez para abrir las puertas de Fuensalida

8 octubre, 2018 00:00

Francisco Javier Núñez Núñez ya es el presidente del PP de Castilla-La Mancha, cogiendo el relevo de María Dolores de Cospedal, que ha permanecido en el cargo desde el 3 de junio de 2006, y a lo largo de 4.500 días deja como legado haber conseguido darle la vuelta a la inercia electoral de la Comunidad Autónoma, llegando a ganar los dos últimos procesos electorales en una tierra siempre gobernada por el PSOE.

Cuando Cospedal sucedía a José Manuel Molina para preparar la campaña electoral de 2007 --en la que perdería contra José María Barreda-- Núñez contaba 24 años y ya era vicesecretario general de Organización de Nuevas Generaciones a nivel nacional.

Desde entonces, no ha dejado de marcar hitos en su carrera política, consiguiendo ser el alcalde más joven de Almansa en 2011 --con 29 años--, cargo que compatibilizó con el de presidente de la Diputación de Albacete, la segunda persona más joven en ostentar esta posición, sólo superado por Mariano Rajoy.

En los comicios de 2015 el PP perdió la mayoría en la provincia de Albacete y dejó la Diputación, pero revalidó la Alcaldía de Almansa, esta vez con mayoría absoluta, convirtiendo al municipio en el más importante de toda la región con una mayoría 'popular' en pleno declive del bipartidismo.

Núñez se ha presentado como nuevo líder del PP pidiendo al auditorio ponerse en pie con el himno nacional de fondo. Y sus primeros mensajes han servido para apuntalar su discurso en torno a la militancia y para mandar un aviso a Pedro Sánchez y Emiliano García-Page, vaticinando sendas victorias electorales 'populares' en España y en Castilla-La Mancha.

El presidente del partido a nivel nacional, Pablo Casado, ha tenido palabras para el nuevo presidente del PP castellano-manchego: "Paco va a ser un excelente presidente no sólo del PP sino también de la Junta de Comunidades".

También su antecesora, María Dolores de Cospedal, ha querido ensalzar la figura de su sucesor: "Es el mejor presidente que va a tener Castilla-La Mancha. Entre todos hemos acertado".

Sólo han pasado 30 días desde que el PP deshojara la margarita sobre la recta final hacia las elecciones y reuniera un 7 de septiembre en Toledo a su Junta Directiva para convocar el proceso congresual que culminaba este domingo con la aclamación de Núñez.

Cospedal reeditó victoria electoral en 2015 pero no fue suficiente para formar Gobierno, y fue desbancada del Palacio de Fuensalida por la suma de fuerzas del PSOE y Podemos que sirvió para aupar a Emiliano García-Page como cuarto presidente castellano-manchego elegido en democracia.

Desde el minuto uno de la legislatura Cospedal dejó su escaño y rechazó liderar la oposición en la Comunidad Autónoma. Encabezó la candidatura del PP toledano a las elecciones generales sucesivas de 2015 y 2016, y cuando Mariano Rajoy pudo por fin formar Gobierno fue nombrada ministra de Defensa al tiempo que mantenía su condición de secretaria general a nivel nacional.

Mientras, el PP castellano-manchego evitaba despejar la incógnita de quién asumiría el liderazgo del partido a nivel autonómico. Al tiempo, en marzo de 2017 se resistía a dejar el mando de los 'populares' castellano-manchegos y revalidaba su Presidencia en el XIII Congreso ordinario de la formación que se celebró en Cuenca.

A partir de ahí, la historia la escribe la moción de censura ganada por Pedro Sánchez antes de que llegara el verano de 2018 y la carrera emprendida --y perdida-- por Cospedal para suceder a Rajoy en Génova 13. Ese reto era una declaración de intenciones de que su futuro estaba lejos de Castilla-La Mancha, como quedó certificado en la Junta Directiva del 7 de septiembre que arrancó con su paso atrás.

Acto seguido, fue el hasta hoy 'número dos' del partido, Vicente Tirado --quien ha comandado la estrategia política del partido en ausencia de Cospedal y al que algunas quinielas daban como sucesor-- el que daba un paso al lado y anunciaba que no optaría a liderar el partido.

En ese baile, el primero en dar el paso al frente fue Francisco Núñez, que ya llevaba meses haciendo movimientos y que se vio con el apoyo necesario para lanzarse a por la Presidencia. Y lo hacía sólo unas semanas después de que Pablo Casado le incluyera en su nueva Ejecutiva nacional, otro mérito más para presentar credenciales.

Aclamado tras dejar atrás a Velázquez... y a Romero y a Román

Aquella jornada del 7 de septiembre se saldaba con sólo Núñez como precandidato oficial y con la exalcaldesa de Ciudad Real y vicepresidenta del Congreso de los Diputados, Rosa Romero; y el alcalde de Guadalajara, Antonio Román, envidando con una posible candidatura. No fue hasta dos días después cuando el alcalde de Seseña y compañero de bancada de Núñez en las Cortes regionales, Carlos Velázquez, anunciara que presentaba batalla.

Román y Romero representaban la vieja guardia y Núñez y Velázquez el relevo generacional. Y las hipotéticas candidaturas de los dos primeros se fueron difuminando con el paso de los días hasta que decayeron. Romero no podía permitirse dejar la Mesa del Congreso y dejar al bloque PP-Ciudadanos sin mayoría, mientras que Román insistía en una candidatura de unidad encabezada por él mismo. Pese a que dijo haber llegado a recoger más de 400 avales, finalmente se quedó en el camino, aunque se mostraba convencido de que hubiera salido vencedor.

Núñez llevó la iniciativa en el partido desde el primer minuto y desde el principio fue marcando goles. La mayoría de los diputados regionales se alinearon con él, el resto de presidentes provinciales también, y para terminar, hasta Tirado refrendaba su candidatura. De igual modo, convocar el Congreso en Albacete era un guiñó más hacia el candidato del aparato.

La primera victoria llegó en la recogida de avales. Casi 3.700, teniendo en cuenta que serían 7.100 los afiliados que estarían llamados a votar el 27 de septiembre. Las cuentas le salían, pero había que terminar de jugar el partido.

Se abrieron las urnas a las 15.00 horas del día 27, y con la balanza bastante inclinada a favor del albaceteño, a Carlos Velázquez sólo le quedaba cosechar un buen resultado en la provincia de Toledo para pasar el corte y llegar vivo al Congreso de este domingo para intentar tener más peso en el nuevo aparato. Pero no fue así.

El todavía alcalde de Almansa arrasó en Albacete, se impuso con claridad en Ciudad Real y Guadalajara, ganó a los puntos en Cuenca y apenas perdió por cien votos en Toledo. Con estos resultados se conjugaban las tres premisas necesarias para que Núñez se quedara sólo en la carrera.

Siete meses y medio por delante

Francisco Núñez ha enarbolado su argumentario en las últimas semanas con las bases como estandarte. Otorgar a la militancia capacidad de decisión y darles protagonismo ha sido el 'leitmotiv' de su discurso.

El reto pasa por no dejar de ganar elecciones, y en el corto plazo apuntalar un trabajo de campo con la formación de candidaturas municipales donde quedan muchas incógnitas en plazas importantes como Cuenca, Ciudad Real, Toledo o Guadalajara.

Ahora quedan 230 días para que se abran las urnas. Siete meses y medio para darse a conocer y llenar el hueco de la mediática Cospedal, conformar un programa electoral y afilar su capacidad de negociar, teniendo en cuenta que una mayoría absoluta está muy complicada y posiblemente tendrá que sumar a Ciudadanos si quiere gobernar la región.

La próxima incógnita a despejar es a quién otorgará el 'número dos' del partido, con la alcarreña Ana Guarinos en el puesto de salida de todas las quinielas. De momento ya ha desvelado los 22 nombres de su nueva Ejecutiva, renovada, rejuvenecida, con nueve alcaldes y con cinco diputados regionales.