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Región PROFUNDA Y EMOTIVA

La reflexión de Bono sobre la detención de García Juliá no tiene desperdicio

7 diciembre, 2018 17:26

El expresidente del Congreso de los Diputados José Bono, que ejerció la acusación particular en la matanza de los abogados de Atocha de 1977, confía en que Carlos García Juliá, detenido en Brasil, pueda "venir" a España y cumplir con la sociedad por sus crímenes, y está convencido de que se puede reclamar su extradición.

José Bono, que era amigo de Luis Javier Benavides -uno de los cinco abogados asesinados-, ha asegurado hoy a Efe que "mientra viva" tendrá presente lo ocurrido aquella tarde del 24 de enero de 1977 y ha subrayado que aquellos abogados "son en gran medida protagonistas, y espero que no sean nunca olvidados, de la causa de la libertad".

Respecto a la detención, el miércoles, en la ciudad brasileña de Sao Paulo de Carlos García Juliá, Bono ha señalado: "me parece muy bien que un criminal como García Juliá pueda venir a cumplir con la sociedad española sus crímenes y que finalmente haya prevalecido, aunque muy tardíamente, el principio de justicia".

Sobre el permiso que obtuvo en 1991 para viajar a Paraguay, Bono ha reflexionado que "en todo momento" existe la posibilidad de que haya una negligencia o un error, pero ha resaltado lo particular de aquel momento, cuando "los jueces y la policía habían sido los mismos que los del franquismo, y aunque muchos se convirtieron a la democracia otros se sentían envalentonados para enfrentarse al pueblo español, como hicieron".

En este sentido, Bono ha ligado lo sucedido con García Juliá con lo que el permiso que se concedió otro de los implicados, Fernando Lerdo de Tejada, que también aprovechó para huir: "no quiero hacer un juicio, pero en este caso, como en el de Tejada, hay motivos suficientes como para no pensar moralmente bien de los que facilitaron la huida".

No ha prescrito

El también expresidente de Castilla-La Mancha y exministro de Defensa está "convencido" de que se puede reclamar la extradición "porque no ha prescrito", y sobre los "muchos" años que han pasado desde que a García Juliá se le concedió el permiso ha apuntado que quizá ahora pueda servir "para que muchos jóvenes puedan conocer lo que ocurrió aquel 24 de enero de 1977 en que grupo de pistoleros fascistas asesinaron a cinco trabajadores, cinco abogados que defendían, desde Comisiones Obreras, a los más necesitados de nuestra sociedad".

Sobre todo, ha insistido, porque "aquella tarde" los "pistoleros" no solo actuaron para hacer un daño a los cinco abogados asesinados sino que "querían hacer imposible la libertad incipiente y volver hacia atrás".

Bono ha recordado, en este sentido, que aquella misma semana estaba secuestrado el general Villaescusa y habían muerto Alberto, un estudiante, y Mari Luz Nájera, en una manifestación. 

"Había mucho miedo, había mucha inquietud, mucha desesperanza. Pero también supimos dejar el miedo al lado y luchar por la libertad", ha señalado José Bono, que aquella tarde del 24 de enero había visto a Benavides. Acudir por la noche a reconocer el cadáver junto con sus hermanos fue "de los acontecimientos más dolorosos que he vivido", ha admitido.