Page se garantiza la legislatura más tranquila al neutralizar el debate sobre su sucesión en el PSOE
Emiliano García-Page se ha garantizado ya la legislatura más tranquila en Castilla-La Mancha. No ha hecho más que comenzar su nuevo mandato, tras su arrolladora victoria en las elecciones autonómicas y municipales del pasado 26 de mayo, y el presidente de la Junta de Comunidades ya tiene por delante cuatro años de estabilidad política e institucional, tanto en el Gobierno castellano-manchego como en su liderazgo al frente del PSOE regional. Pese su mayoría absoluta, Page ha empezado su nuevo "reinado" político en Castilla-La Mancha pactando con el PP de Paco Núñez cuestiones de calado político en la Cámara regional que sientan claramente las bases de un periodo aún más tranquilo del que anunciaba propia mayoría parlamentaria de la que goza.
Las dos medidas fundamentales que Page y Núñez han pactado en los primeros días de la nueva legislatura suponen, en efecto, una notable estabilidad institucional y tranquilizan mucho la situación dentro del PSOE. Por un lado, socialistas y populares han decidido eliminar la limitación de mandatos que pesaba sobre los presidentes de la Junta de Comunidades, una medida impulsada en su momento por José Bono para reducir a dos mandatos y ochos años el tiempo de estancia del presidente regional en su cargo. Bajo el argumento de que puede tratarse de una medida inconstitucional y con el acuerdo de los dos grandes grupos políticos de la región, las Cortes aprobaron aprobaron el pasado 22 de julio la proposición de ley presentada conjuntamente por el PP y el PSOE para modificar la ley del Gobierno y el Consejo Consultivo y quitar el obstáculo de los mandatos limitados.
Esta significativa decisión, que contó con la abstención del grupo parlamentario de Ciudadanos, abre la puerta de par en par a un nuevo mandato de Page al frente del Gobierno de Castilla-La Mancha, si así lo decidieran él y su partido, por un lado, y los ciudadanos en las urnas por el otro. Sin esta modificación, Page ya no podría optar de nuevo a la Presidencia de la Junta, salvo que dejara pasar cuatro años hasta volver a presentarse, de manera que ahora el líder socialista y el PSOE tienen ese camino libre para tomar las decisiones que estimen oportunas.
En esta nueva circunstancia, Page neutraliza por ahora un posible debate sobre su sucesión que irremediablemente se hubiera abierto a lo largo de esta legislatura y tiene todas las opciones en su mano para manejar los tiempos y las decisiones en función de sus intereses y los del PSOE, además de la propia evolución de la legislatura en las Cortes y en el Gobierno castellano-manchego. El apoyo del PP a esta iniciativa sienta todavía más las bases de un tiempo estable y políticamente tranquilo en el mandato.
La otra medida de importancia tomada en las Cortes, y planteada también desde el consenso con el PP y, en este caso, el voto afirmativo de Ciudadanos, es la recuperación del sueldo de los diputados en el Parlamento castellano-manchego, una decisión de calado puesto que permite a los grupos parlamentarios y a cada diputado tener dedicación exclusiva a la Cámara y dar estabilidad al desempeño de sus funciones. La eliminación de sueldos se adoptó en los peores momentos de la crisis bajo el mandato de María Dolores de Cospedal en la Junta de Comunidades, y su recuperación en estos momentos añade un nuevo plus de funcionalidad en las Cortes que los tres partidos políticos ven positivo en estos momentos.
Así las cosas, todo parece indicar que Page tiene la puerta abierta al diálogo político e institucional con el resto del arco parlamentario, especialmente con el Partido Popular, y que esta situación puede traer nuevos consensos que, más allá de la mayoría absoluta del PSOE, pueden ser positivos para la estabilidad regional. El presidente de los populares castellano-manchegos, Paco Núñez, y su voluntad dialogante también son un foco de buenas sensaciones en la político regional a día de hoy.