Una buena noticia para Page y un gesto de dignidad
Aún queda vida en el PSOE más allá de Pedro Sánchez. Poca cosa, apenas unos latidos, gotitas de esperanza socialdemócrata, pero algún estrecho resquicio deja intuir todavía dos o tres latidos sordos y lejanos. Uno de ellos es Emiliano García-Page, aparentemente inmune hasta el momento a las embestidas del sanchismo, que lo oscurece todo en el PSOE como una nueva religión. Alabado sea Sánchez I El Emperador del Como Sea. El presidente de Castilla-La Mancha, siempre a su trantrán, es un verso suelto que lleva un aire de libertad y sentido común a las filas socialistas, tan poco reconocibles ya y tan desfiguradas. Tan inexplicables que cualquier cosa de Page le sitúa casi como un héroe y le coloca en el mapa de la normalidad y lo que todo el mundo entiende. Hablar claro y llano. Se ha descolorido tanto el PSOE que un detallito cualquiera fuera del carril parece una provocación o una revuelta, cuando en realidad todo lo de Page es un discurso tan obvio y tan sensato que parece mentira que venga hoy a este PSOE en forma de ruptura. A Sánchez, ciego y sordo en su camino, estas cosas del barón castellano-manchego deben hacerle poca gracia, o tal vez le dan lo mismo, pero la identificación de Page con la gente de a diario, la gente que calla y que labora, va dando pasos hacia arriba, y eso probablemente es una buena noticia para él. Además de un gesto de honor y dignidad.