Con las fiestas navideñas a la vuelta de la esquina, el coronavirus continúa en ascenso en todo el país. La penetración de la nueva variante ómicron y el incremento de los encuentros sociales ligados a la celebración del puente de diciembre y la Navidad han multiplicado por dos los contagios en todo el país en solo dos semanas.

Castilla-La Mancha, pese a seguir el mismo patrón, es la comunidad que mejor está soportando este aumento de casos. El pasado 3 de diciembre, justo antes del comienzo del puente, Castilla-La Mancha era la tercera en el ranking nacional con 119 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días, mientras que este viernes 17 esa cifra había ascendido hasta los 245 casos, pero en este caso colocándose como la región con los guarismos más bajos del país lejos de los 511 casos de la media nacional.

A diferencia de las anteriores olas, este incremento en las infecciones se está notando de manera diferente en la presión hospitalaria. Si comparamos los ingresos del 3 y el 17 de diciembre, los pacientes en cama convencional han crecido en una proporción más baja (de 96 a 128) que los ingresados en UCI que necesitan respirador (de 17 a 32).

De estos datos pueden extraerse dos conclusiones. La primera tiene que ver con la expansión de la variante ómicron. Pese a que todavía no se recoge en las estadísticas, parece que puede estar mucho más extendida en nuestro país de lo que apuntan las cifras oficiales.

La otra tiene que ver con el freno que supone a la expansión del virus el nivel de vacunación. Según los datos aportados por el Ministerio de Sanidad este viernes, el 90,7% de los mayores de 12 años tiene una dosis de la vacuna y el 87,2% ha completado la dosis. A esto hay que sumar que en Castilla-La Mancha el 86,8% de los mayores de 70 años y el 53,8% de los que se encuentran en la franja de 60 a 69 años ya han recibido la tercera dosis o dosis de recuerdo; y el comienzo de la campaña de vacunación entre los menores de 12 años, el grupo de edad que ahora mismo presenta un mayor índice de incidencia acumulada con 384 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días.

García-Page no tiene pensado adoptar medidas durante la Navidad

Mientras tanto, el Gobierno de Castilla-La Mancha es uno de los que por el momento no ha optado por adoptar medidas de cara a la celebración de las fiestas navideñas. Junto a Madrid, Extremadura y Castilla y León, se mantiene en el grupo de regiones que no pide el pasaporte covid para acceder a hostelería, lugares de ocio u hospitales.

En este sentido, el presidente Emiliano García-Page aseguraba esta semana que las fiestas navideñas en la región se desarrollarán sin ninguna restricción adicional más allá de la obligación de llevar mascarilla o la distancia social que hay que seguir manteniendo, ya que la región se coloca “entre los mejores territorios en cuanto a la incidencia acumulada y gracias además a los buenos datos de vacunación, por encima de la media española”.

Page manifestaba que su Gobierno había analizado pormenorizadamente el escenario antes de tomar la decisión de "no cambiar la normativa hasta pasadas las navidades", si bien no cerraba la puerta a que, en el caso de empeorar los datos drásticamente en próximos días, se pueda modificar esta instrucción.

Una de las medidas que ha tomado el Ejecutivo regional para frenar la subida de casos es la petición de rastreadores militares al Ministerio de Defensa, que ha accedido a ceder 102 profesionales a Castilla-La Mancha de manera inminente.