Nuevos hallazgos de relevancia mundial en un yacimiento prehistórico de Castilla-La Mancha
El estudio forense de los hallazgos de la campaña arqueológica que se ha llevado a cabo durante este verano en Castillejo del Bonete, el yacimiento prehistórico de Terrinches (Ciudad Real) declarado Bien de Interés Cultural (BIC), permitirán avanzar en el conocimiento del ritual funerario de principios de la Edad del Bronce que se practicaba en este centro ceremonial vinculado a una religión solar.
La campaña, que se ha saldado con unos resultados "muy buenos", según los directores de las excavaciones, los profesores Luis Benítez de Lugo (arqueólogo) y María Benito (antropóloga), ha finalizado hace unos días con la visita de inspección oficial de la asesora de Patrimonio y Arqueología de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, María Antonia Garrido, según ha informado el Ayuntamiento en una nota de prensa.
La Viceconsejería de Cultura ha financiado en un 54,44 por ciento -18.339,55 euros- el presupuesto total -33.080 euros- que se ha destinado mayoritariamente a la contratación de personas desempleadas. Los restos que se han recuperado en las excavaciones, entre los que por primera vez se encuentran enterramientos infantiles en recipientes cerámicos, se encuentran ya en la Escuela de Medicina Legal de la Universidad Complutense de Madrid donde los investigadores tratarán de encontrar datos que sustenten un relato científico sobre las prácticas funerarias de los prehistóricos manchegos, según han señalado las codirectoras de los trabajos, Isabel Beltrán y Alexandra Muñoz.
El alcalde de Terrinches, Nicasio Peláez, ha destacado que los resultados de estas últimas excavaciones confirman "la relevancia y el alcance de la línea estratégica que se emprendieron hace dos años para poner en valor el patrimonio arqueológico". Por eso, ha explicado que el equipo técnico trabaja ya para explicar cuanto antes en artículos científicos dirigidos a revistas especializadas internacionales de primer nivel lo que se ha encontrado.
"No es fácil publicar en ellas, pero el interés del yacimiento y el rigor de los trabajos que se han realizado van a permitir superar todos los filtros evaluadores y el nombre de Terrinches va a ser difundido pronto, otra vez gracias a nuestras acciones sobre el Patrimonio Cultural, por todo el mundo", ha afirmado.
Impulso al turismo
Nicasio Peláez ha revelado que este yacimiento está suscitando mucho interés entre la población y atrae visitantes a la zona. El alcalde ha recordado que una de las últimas acciones para impulsar el turismo ha sido adecuar su acceso asfaltando el camino de acceso y que el objetivo ahora es consolidar el yacimiento. "Terrinches va a disponer próximamente de más de 100 camas para acoger a los turistas en diferentes formatos: hotel rural, cabañas ecológicas y albergue juvenil, queremos que los turistas puedan conocer todo nuestro patrimonio y pernoctar en nuestra localidad", ha añadido.
Castillejo del Bonete fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 2014 y cuenta con financiación a través de la línea de ayudas a proyectos de investigación competitivos de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, que este año lo ha incorporado a la red de yacimientos visitables de la región.
Es un santuario solar compuesto por varios túmulos conectados entre sí mediante corredores. Todo el complejo monumental fue edificado sobre una cueva natural que consta de varias galerías. La cueva, que ha permanecido sellada desde la prehistoria hasta su descubrimiento en 2003, está acondicionada mediante construcciones diversas. También cuenta con arte rupestre esquemático. Tanto su interior como los túmulos exteriores fueron empleados recurrentemente durante más de cinco siglos para enterrar personas, depositar objetos y realizar ritos de comensalidad.
Su origen data de la época del bronce de La Mancha, la denominación historiográfica genérica de la subdivisión espacial y temporal de la Prehistoria en la península ibérica también conocida como cultura de las Motillas. Grupos humanos sedentarios, que basaban su sustento en la ganadería y la agricultura, ocuparon el territorio actualmente conocido como La Mancha (gran parte de la provincia de Ciudad Real, prácticamente toda la de Albacete y parte de las de Toledo y Cuenca) a partir del Calcolítico, constituyendo uno de los sustratos indígenas que dio origen a la cultura íbera.