El juicio contra Sergio Morate hace revivir la pesadilla de las familias de Laura y Marina
María Chamón, la madre de Laura del Hoyo, una de las dos jóvenes asesinadas en Cuenca en el verano de 2015, ha confiado en que el juicio contra el único acusado, Sergio Morate, que comienza esta semana acabe "cuanto antes" para que termine su "pesadilla" y ha reclamado una justicia "rápida y justa".
En una conversación con Efe, Chamón ha demandado que todo el peso de la ley recaiga sobre Sergio Morate, quien se enfrenta a 48 años de cárcel por los crímenes y quien será juzgado desde el día 23 tras la constitución del jurado, previsto para este jueves.
Las sesiones se desarrollarán en la Audiencia provincial de Cuenca, en las puertas del casco histórico, desde el lunes 23 y, previsiblemente, durará unos cinco días.
Unas jornadas que serán "muy duras" para las familias, según ha explicado María Chamón, madre de Laura del Hoyo, cuyo cuerpo apareció enterrado en cal viva en Palomera (Cuenca), junto al de su amiga Marina Okarinska, ex pareja sentimental del único imputado por este caso.
Revivir lo que pasó en 2015
Chamón ha reconocido que será un momento "complicado" tener que "revivir" y "recordar" todo lo que pasó en el verano de 2015, por lo que no sabe si será capaz de presenciar todas las sesiones del juicio, al que se han acreditado decenas de periodistas de todo el país.
"Quiero que esta pesadilla acabe cuanto antes", ha señalado Chamón, quien ha augurado que serán momentos de "mucha presión" y "mucho dolor", por lo que no quiere ni pensar el momento en el que tenga que ver a Morate, de 32 años.
El imputado por el doble crimen sigue en prisión comunicada y sin fianza en la cárcel madrileña de Estremera.
Ingresó allí el 6 de septiembre de 2015 tras ser extraditado desde Rumanía, país al que huyó un día después de cometer los crímenes en una vivienda de su propiedad en la ciudad de Cuenca, según la Fiscalía.
El Ministerio Público reclama una indemnización de más de 510.000 euros para las familias de las chicas, a las que la ciudad de Cuenca recuerda con un mosaico dedicado a la paz y a la no violencia en el paseo del Huécar de la capital.