Toledo ARTURO CASTILLO EMULABA A ENRIQUE TIERNO GALVÁN

El concejal talaverano no fue el primero: ojo a lo que dijo un carismático alcalde socialista sobre las minifaldas

29 junio, 2017 10:22

El concejal talaverano Arturo Castillo (PP) no fue el primer político español en expresar públicamente su gusto por las "minifaldas cortas". Pese a ello, el edil se vio obligado a pedir disculpas a través de su perfil en Facebook y Twitter por lo que él mismo acabó calificando como una "desafortunada ocurrencia", en referencia al comentario que realizó el pasado fin de semana cuando tomó la palabra en la presentación de la Noche de San Juan de Talavera, cuando dijo que "las intervenciones de los políticos deben ser breves, muy breves, cuanto más cortas mejor, como las minifaldas".

Las palabras de Castillo fueron duramente recriminadas por amplios sectores de la izquierda en Talavera de la Reina, entre ellos varios políticos socialistas, que tacharon la actitud del edil como machista. Incluso, el conocido humorista Andreu Buenafuente atizó al concejal talaverano en su programa televisivo de carácter nacional.

Sin embargo, EL DIGITAL ha podido comprobar que el propio PSOE estatal, en su página web, incluye un artículo en memoria de Enrique Tierno Galván, ex alcalde de Madrid, en el que se incluye el siguiente párrafo: 

En las primeras elecciones a los Ayuntamientos democráticos de 1978 Enrique Tierno fue elegido Alcalde de Madrid, gracias al pacto de progreso suscrito por el PSOE y el PCE. Tierno revalidó el cargo en las elecciones de 1983, desempeñándolo con gran dignidad durante siete años, hasta que se produjo su muerte. Durante esos años el Alcalde Tierno realizó una extraordinaria gestión. Renovó y transformó la ciudad, fomentó las nuevas tendencias artísticas y culturales, apoyó a los jóvenes y proyectó una imagen renovada de Madrid en los escenarios internacionales. Impulsó grandes proyectos, pero estuvo atento también a los pequeños detalles. Por eso adquirió una gran notoriedad y llegó al corazón de los madrileños, que leían alborozados sus originales “Bandos”, escritos con un excelente castellano y una singular ironía, que , como él mismo precisó, “debían ser como las minifaldas: cortos y que enseñaran mucho”.

Distintas varas de medir, como en tantas otras ocasiones.