El colegio religioso Santa María de Toledo, popularmente conocido como Maristas, ha reconocido a través de un comunicado interno al que ha tenido acceso este periódico que varios exalumnos sufrieron a principios de los años 90 presuntos abusos sexuales por parte del hermano Marino González, que dirigía el gabinete psicopedagógico del centro educativo marista.
En un texto dirigido a las familias, la directora del colegio concertado toledano, Valle Simón Gómez, ha pedido "perdón a las víctimas por no haber sido capaces de protegerles" y ha manifestado en nombre de la institución su "condena" ante lo que califican como "terribles hechos".
Esta reacción del colegio Maristas, ubicado en el barrio de Buenavista de la capital castellano-manchega, se produjo este miércoles 20 de octubre cuando solo habían pasado unas horas desde que el diario El País sacase a la luz el caso y publicase el crudo testimonio de uno de los antiguos alumnos que fue supuestamente abusado por el hermano Marino en las propias instalaciones de la institución educativa toledana.
Supuestos masajes de relajación
"Daba masajes de relajación para que los estudiantes se concentrasen", ha explicado la víctima manteniendo su anonimato. Según su relato, en una ocasión el religioso le llevó a unas aulas y le dijo que le iba a hacer un masaje porque le veía muy nervioso, pero poco a poco fue llegando a sus partes íntimas hasta introducir la mano por debajo de la ropa interior. Después, se levantó la camisa y se puso encima de él diciéndole "¿Lo sientes?".
Aunque ya han pasado 30 años desde aquel episodio, reconoce que todavía trabaja por superarlo. Además, asegura que no fue el único menor que pasó por un trance similar, sino que a un compañero suyo le ocurrió exactamente lo mismo.
La oficina de comunicación de la Provincia Ibérica de Maristas ha confirmado a EL DIGITAL que este profesor recaló en la capital castellano-manchega en septiembre de 1990 y permaneció allí durante dos años. A día de hoy, admiten haber recibido un mensaje de denuncia por parte de una de las víctimas y otro de un testigo poniendo de manifiesto los hechos, aunque no han querido ofrecer más detalles sobre los mismos.
A disposición de las víctimas
"Creemos en la palabra de las víctimas, ellas son nuestra prioridad, y estamos a su disposición para todo lo que necesiten", asegura ahora el colegio en el comunicado remitido a las familias, en el que ofrecen a otros posibles damnificados un correo electrónico para comunicar "si eres o has sido objeto de abuso, haya prescrito o no tu caso para la justicia; o has sido testigo de que un menor ha sido abusado". Actualmente, el colegio Maristas de Toledo cuenta con un Equipo de Protección de Menor que ha desarrollado un protocolo para "crear un sistema de prevención contra el maltrato de todo tipo".
Por último, en el comunicado se indica que el colegio sigue investigando estos casos y trabajando en la prevención, la escucha y la denuncia. "Nuestro firme deseo es colaborar con la sociedad para erradicar esta lacra de los abusos sexuales y ofrecer ayuda a todas las personas que lo necesiten", afirma la directora.
Una actitud llamativa
Según El País, el hermano Marino, actualmente un anciano que hace años fue apartado de la Congregación Marista, ejercía como psicólogo y alternaba su presencia en varios colegios, entre ellos dos de la Comunidad de Madrid y el de Toledo. Al parecer, en todos ellos se han producido acusaciones de abusos contra él.
Antiguos alumnos del colegio Maristas de Toledo que coincidieron temporalmente con el hermano Marino aseguran que, aunque en ese momento no fueron conscientes de ninguna situación de especial gravedad, la actitud del profesor era muy comentada en el centro, puesto que mostraba una llamativa efusividad con algunos estudiantes varones.