La singular historia de Marchamalo, el pueblo en el que los vecinos votaron por la independencia
La localidad guadalajareña de Marchamalo ha cumplido la mayoría de edad desde que proclamó su independencia en 1999, y en los últimos 18 años ha evolucionado desde los 4.000 habitantes hasta casi superar los 8.000, partiendo con un presupuesto de apenas 300 millones de pesetas hasta cuentas generales de más de 12 millones de euros en los últimos años.
El alcalde de Marchamalo, Rafael Esteban, --que fue uno de los concejales electos en las primeras elecciones de junio del 99 cuando contaba 27 años--, ha explicado a Europa Press que cuando la localidad se separó de Guadalajara "había que pagar muchas cosas, empezar a sufragar servicios con fondos propios como autobuses, Policía Local o depuración", lo que hizo que el primer año "fuera complicado".
Recuerda que solo había un centro social que era "el centro neurálgico del pueblo" al que acudían desde los más jóvenes hasta los jubilados, y que la sede del Ayuntamiento tuvo que llevarse a cabo transformando las antiguas escuelas de la Plaza Mayor.
A medida que Marchamalo fue gestionando los tributos municipales, la localidad fue creciendo, y a partir de 2005 "se empezó a levantar cabeza en cuanto a desarrollos urbanísticos", logrando una gran dotación de servicios como colegios, centros de mayores o guarderías.
El desarrollo poblacional de Marchamalo en los últimos años ha sido sostenible según su alcalde ya que fueron capaces de "aguantar" y no acoger a gran cantidad de gente hasta que no estuvieran los servicios apuntalados, "no como otras localidades del entorno".
Tras resaltar que la deuda está tan solo en el 12 % del presupuesto municipal, ha adelantado que en breve comenzará la construcción de una residencia de mayores, para la cual los pliegos saldrán a lo largo del mes de junio.
"Lo única que queda es terminar los desarrollos industriales que llevan en puertas algunos años. Los retos son buenos, pero hay que culminarlos, aprovechando que estamos en el proceso de ser una de las zonas con más potencial industrial y empresarial de la región", ha afirmado Esteban, quien ha puesto de manifiesto que están por venir proyectos como la segunda ampliación del Polígono Sepes o la Ciudad del Transporte "a medias con Guadalajara".
En este sentido, ha anunciado que el próximo día 16 de mayo mantendrá reuniones con el Gobierno autonómico para hablar de una nueva propuesta empresarial que pretende instalarse en el pueblo. "Estamos a los pies de la R-2, de la A-1 y de la R-3, además de la autovía de Barcelona. Y eso es lo que queremos potenciar, aunque a veces es un trabajo muy silencioso", ha señalado.
Gallardos ilustres
El gentilicio de Gallardo, tomado del sobrenombre del Cristo de la Esperanza que en el siglo XVIII liberó a la ciudad de una plaga de langostas, ha acompañado a los marchamaleros desde casi sus orígenes.
El portero Juan Carlos, que ha militado en Primera División, el diseñador de éxito Juan Carlos Pajares, el experto en medicina deportiva José García Fraguas que da nombre al polideportivo del pueblo, el investigador del CSIC Roberto Solano, el joven escritor Sergio Díaz o jugadoras de fútbol de primera categoría como Bea Torija son algunos de los ilustres que ha dado la localidad.
Una firma en Nochevieja
La Nochevieja del año 1998, el entonces alcalde de Guadalajara, José María Bris, y el alcalde pedáneo de Marchamalo, Juan Armando Monge, firmaron el convenio definitivo que sirvió para regir el proceso de desconexión de la localidad con respecto a la capital de la provincia.
Según la crónica oficial, Marchamalo ponía fin a 26 años de municipio autónomo unido a Guadalajara, tras un proceso que fue polémico desde su raíz, ya que por la vía del Decreto en los años 70 se puso fin a 350 años de autogobierno gallardo bajo la Alcaldía de Antonio del Vado.
Ya en época democrática, con el PSOE al frente del Ayuntamiento guadalajareño y con Fernando Olalla como alcalde pedáneo, Marchamalo se constituyó en 1994 como Entidad de Ámbito Territorial Inferior al Municipio.
Referéndum
La Junta Vecinal compuesta tras las elecciones de 1995, de nuevo con Olalla a la cabeza, continuó apostando por la independencia. De este modo, en 1996 dicha Junta Vecinal, compuesta por tres representantes del PSOE y dos del PP, acordó por unanimidad iniciar el proceso de desanexión, que arrancaría con una consulta popular celebrada tan sólo un mes después.
El 17 de noviembre de 1996, con una participación del 55 % de la población en la consulta popular, el 'Sí' se impuso con un 82,5 % de los votos emitidos, un total de 1.776.
A partir de ahí se negoció el convenio de segregación con Guadalajara, en el que se logró que Marchamalo conservara la práctica totalidad de los servicios que venía recibiendo en el pasado.
En septiembre del año siguiente, el Ayuntamiento de Guadalajara aprobaba el expediente de segregación refrendado en Marchamalo y abría el plazo de alegaciones, y ya en marzo del 98 la Junta Vecinal pidió que la conversión en municipio se hiciera efectiva el 1 de enero del 99.
Seis meses antes, el Consejo de Gobierno regional aprobó el expediente de segregación, último paso necesario para hacer realidad la independencia de Marchamalo, la cual se consumó en enero del 99 con once concejales, entre ellos el actual alcalde, Rafael Esteban.