Los castellano-manchegos, entre los más adictos al móvil
Los smartphones han provocado uno de los cambios más disruptivos de las últimas dos décadas, permitiéndonos comunicarnos y acceder a Internet desde cualquier lugar y en cualquier momento. Con los años, estos dispositivos se han convertido en la herramienta clave para realizar todas las operaciones diarias de los españoles y España ya lidera el ranking mundial de penetración de móviles, con un 88 % de usuarios únicos, 22 puntos por encima de la media mundial.
Sin embargo, el uso de estos dispositivos varía sustancialmente en función de la comunidad autónoma y Castilla La Mancha es, precisamente, una de las zonas cuyos habitantes están desarrollando mayor dependencia hacia sus teléfonos móviles. Así se desprende del análisis realizado por Rastreator.com, el comparador online líder que ya ofrece más de diez comparativas en el sector de Telefonía, en el que se analizan los hábitos de uso del móvil entre la población española.
El uso intensivo del móvil provoca en los usuarios la necesidad de llevarlo consigo en todo momento y estar permanentemente pendientes de él. Este fenómeno ha llegado hasta tal punto que un tercio (33,8 %) de los castellano-manchegos se declaran adictos a su terminal, según el ‘IV Estudio de Comparación Online hacia el Ahorro Inteligente’, elaborado por el comparador.
Este porcentaje es el tercero más alto de España (solo por detrás de Extremadura y Asturias), situándose más de cinco puntos por encima de la media nacional. Pero, además, estos datos muestran una creciente adicción año tras año, una tendencia ascendente que en esta comunidad es especialmente evidente. De esta forma, en esta edición del estudio, el porcentaje de castellano-manchegos que se considera adicto al móvil ha subido considerablemente: 11 puntos porcentuales respecto a 2016 (22,7 %) y más de 12 puntos respecto a 2015 (21,35 %).
Tan dependientes se han vuelto muchos castellano-manchegos que incluso un 47,5 % reconoce que está pendiente de su móvil siempre que está con amigos, familiares o en pareja, más de tres puntos más que la media de la población española. Esta necesidad de estar enganchados permanentemente puede derivar en fenómenos sociales como el phubbing o la nomofobia, cada vez más extendidos.
Tres horas y media de uso al día
A pesar de la creciente adicción al móvil que admite gran parte de los castellano-manchegos, el aumento de concienciación sobre este problema está derivando en un intento de reducir sus horas de uso diario. Así, la población de Castilla-La Mancha ha pasado de dedicar cuatro horas y 33 minutos a su terminal en 2016 a invertir en él una media de tres horas y 29 minutos. De esta forma, la cifra se ha reducido en una hora y tres minutos respecto a la media del año pasado, lo que pone de manifiesto que esta comunidad está tratando de hacer un uso más responsable de sus dispositivos móviles.
Precisamente, el estudio de Rastreator.com muestra que el móvil se ha integrado de tal forma en la rutina de los castellano-manchegos, ya que el 61,3 % de ellos afirma que mirarlo es lo primero que hace al levantarse y lo último al acostarse. Además, el 82,5 % declaran que no podrían vivir sin su smartphone – frente al 75 % de la media nacional- y el 32,5 % preferiría incluso perder la cartera antes que el móvil.