La familia taurina llora la muerte del torero albaceteño Dámaso González a los 68 años
El matador de toros Dámaso González ha fallecido a primera hora de esta mañana a los 68 años víctima de una fulminante enfermedad que se lo ha llevado en menos de un mes desde que se la diagnosticaron, han informado a Efe fuentes allegadas al veterano espada albaceteño.
Sus restos mortales están siendo velados en el tanatorio madrileño de San Isidro, donde la familia, sumida en un tremendo dolor, está encontrando cobijo en las numerosas muestras de cariño recibidas por parte del mundo del toro.
También la ministra de Defensa y expresidenta de la Junta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal; el actual presidente de esa región, Emiliano García-Page; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes; y el alcalde de Albacete, Manuel Serrano, han trasladado su pésame a la familia y amigos de González, al mismo tiempo que han elogiado su figura.
El primero en llegar al tanatorio de San Isidro ha sido el torero y ganadero Pedro Gutiérrez Moya "Niño de la Capea", quien no se ha separado en ningún momento de los cuatro hijos de su íntimo amigo, Sonia, Marta, Elena y Dámaso, ni de su mujer, Feli Tarruella, totalmente desolados por la repentina pérdida del considerado "Rey del Temple".
Igualmente de apenado se ha podido ver también a Miguel Ángel Perera, quien no ha podido contener las lágrimas a la salida del tanatorio, lo que le ha imposibilitado articular palabra.
Paco Ureña ha estado también presente en el velatorio para dar el último adiós a una persona con la que tenía una estrecha relación personal. El brindis de hace pocos días a las hijas de Dámaso desde Ciudad Real cobra ahora sentido tras el triste suceso: "Brindo la muerte de este toro a Sonia, Marta y Elena. Ellas saben por qué".
También Gonzalo Caballero ha querido acompañar a la familia de Dámaso en estos momentos tan difíciles. El joven madrileño sí ha confesado que se ha ido "todo un número uno en la historia del toreo, además de una persona inigualable".
Muy querido
Porque Dámaso González era una persona muy querida dentro del mundo del toro. Su inagotable calidad humana hizo que tuviera innumerables amigos dentro y fuera de los ruedos.
Su finca "Los Prados" estaba siempre abierta para que profesionales taurinos pudieran ir a tentar alguna vaca de la ganadería que también tenía en propiedad, la de Sonia González, nombre de su hija mayor.
Las últimas fotos que pueden verse en las redes sociales acompañado por toreros de la talla de Enrique Ponce, Cayetano Rivera o Ginés Marín, así lo corroboran. Aunque la estampa más emotiva es la que aparece junto a su nieto Tristán, hijo de Sonia y del cantaor Paco Peña, viendo torear a Dámaso, hijo, en su plaza de tientas.
Precisamente las redes han sido un hervidero de mensajes y de dolor y condolencias por esta pérdida irreparable para el toreo, y todos con el denominador común de ensalzar a un hombre que fue "grande como torero, inmenso como persona", como reconocía el murciano Rafaelillo.
"Un trocito de vida"
Miguel Abellán reconocía estar "desolado, triste y apenado" por la pérdida de una figura "sin igual", un ser humano "tan dulce" como lo fue su muleta. Perera aseguraba que se iba "mucho más que un maestro", y Ureña confesaba también que con él "se va un trocito de cada uno de nosotros".
El francés Sebastián Castella ensalzaba todos los valores que encarnó Dámaso: "Valor. Hasta el final. Y temple. Que dos magníficas lecciones nos deja, maestro", mientras que José Garrido remarcaba también que "Nos ha dejado un grande, un hombre que siempre fue de frente. Un torero".
El rejoneador Diego Ventura le tributaba también un emotivo mensaje: "Olvidarte será imposible. Quererte siempre, inevitable. Admirarte, irremediable. Pocos tan grandes como usted maestro".
Y muchos mensajes más de la familia del toro: los matadores de toros Tomás Campuzano, El Cid, José Garrido, Álvaro Lorenzo, Curro Escarcena, David Mora, Javier Cortés o Curro de la Casa; los novilleros Carlos Ochoa y Andy Younes, casas ganaderas como Núñez del Cuvillo, Victorino Martín o Luis Algarra, y entidades como la Fundación del Toro de Lidia o la Unión de Toreros, entre otros.
El tenista Feliciano López, reconocido aficionado a la tauromaquia mandó a través de su cuenta persona de twitter: "Un abrazo fuerte para toda la familia. Que Dios conserve tu temple Dámaso".
Y el grupo musical "Los del Río" volvía a remarcar lo que todos destacaban de él: "Un hombre bueno. Si enorme era como torero, mas grande era como persona. Te echaremos de menos".
Por su parte, la televisión autonómica Castilla-La Mancha Media (CMM) va a alterar esta tarde su programación ordinaria para incluir dos programas especiales en homenaje al diestro albaceteño.
CMM, que es uno de los medios de comunicación públicos que presta especial atención al mundo de los toros, ha expresado el pésame a la familia del diestro, en especial a su hija Sonia González, trabajadora del ente.
Natural de Albacete
Dámaso González Carrasco nació en Albacete el 11 de septiembre de 1948. Fue un virtuoso del temple, una capacidad que dominó más que nadie para imponerse a todo tipo de toros, domeñarlos y llevarlos siempre cosidos a la muleta, la cual era prácticamente intocable, lo que le hizo erigirse en una de las grandes figuras del toreo de los setenta y ochenta junto a Manzanares, Paquirri y El Niño de la Capea.
Aún se desconoce donde serán velados sus restos mortales, aunque, según las mismas fuentes, será en Albacete, donde era muy querido y considerado uno de sus hijos predilectos por sus innumerables triunfos y, sobre todo, por la calidad humana que siempre demostró.
Proveniente de una familia humilde de ganaderos, Dámaso trabajó en su juventud como repartidor de leche, de ahí su apodo de "El Lechero" en las capeas.
Se vistió de luces por primera vez el 27 de agosto de 1966 en un festejo menor de Albacete. El 10 de agosto del año siguiente toma parte de una becerrada en Alcalá del Júcar (Albacete).
Comenzó su carrera de novillero en 1967 bajo el sobrenombre de Curro de Alba. El 19 de marzo de 1969 se presenta en Barcelona y obtuvo un gran éxito de cuatro orejas y un rabo, lo que propició que pocos meses más tarde, debutara en Madrid.
Se despidió del escalafón menor cortando siete orejas y un rabo en Valencia, para tomar la alternativa el 24 de un junio de 1969 en Alicante de manos de Miguelín y de Paquirri, con toros de Flores Cubero.
Confirmó doctorado el 14 de mayo de 1970 con toros de Francisco Galache, teniendo a El Viti como padrino y a Miguel Hernández como testigo.
En 1970 sumó 45 actuaciones en España y otras tantas en América, confirmando alternativa en La México el 20 de diciembre. Su éxito comenzó a descender en 1973 como consecuencia de una cogida en Almansa. A pesar de todo, realizó un total de 65 corridas.
El receso de su carrera profesional fue todavía mayor a raíz de unos Sanfermines desafortunados y a un toro devuelto al corral en Barcelona, el 18 de julio de 1975.
Volvió a salir a flote en la Feria de Valencia y terminó el año de nuevo en vanguardia, con 63 corridas toreadas.
"Oreja de Oro"
En 1980, los críticos de Radio Nacional de España le otorgaron por mayoría absoluta el trofeo "Oreja de Oro", al triunfador de esta temporada.
Desde 1970, Dámaso González toreó en todas las Ferias de Madrid, menos en las de 1972 y 1985. Obtuvo una oreja en 1970 y otra en 1978 y, finalmente, el 25 de mayo de 1979, logró cortar dos orejas a un ejemplar de La Laguna y salió por la puerta grande.
Una cornada el día de la alternativa y cuatro más en sus años de matador en León, Barcelona, Lima y Almansa, le dejaron como huella una cicatriz en la cara.
Fue un matador que tuvo buenos años durante las dos temporadas en las que fue apoderado por los hermanos Martín Berrocal (1986 y 1987), su declive comenzó en 1988, ese año intervino en la última de la Feria de San Isidro, de Madrid.
Aparcó el traje de luces en enero de 1989, dedicándose desde entonces a intervenir en algún que otro festival taurino, en su mayoría benéficos.
Intervino en los carteles de la corrida a beneficio de Asprona, de Albacete, entre 1983 y 1988, en marzo de 1989 fue nombrado socio de honor de esta asociación dedicada a la protección y educación de niños deficientes.
En enero de 1990 anunció su vuelta a los ruedos para el año 1991, vistiéndose de luces el 20 de septiembre para intervenir, en Nimes, en la alternativa de su paisano y discípulo Manuel Caballero. Esa tarde cortó tres orejas y un rabo.
Prosiguió con su carrera de luces hasta que el 16 de septiembre de 1994 tuvo lugar su última corrida en Albacete, en la que sus compañeros, José María Manzanares y Espartaco le sacaron a hombros.
En octubre de 1994, Dámaso González fue elegido "Manchego del año", por la casa de Castilla-La Mancha de Barcelona, por haber paseado el nombre de Albacete por todo el mundo y por sus cualidades humanas y taurinas.
En mayo de 1998, el diestro, aún en retiro, cortó dos orejas en un festival taurino celebrado en Albacete, a beneficio de la institución "Sagrado Corazón" (Cotolengo)
Su última corrida en activo fue en la Feria de Valencia de 2003, a los 55 años. Desde entonces se ha dedicado a su ganadería, que llevaba el nombre de su hija, Sonia González. También su hijo, del mismo nombre que él, llegó a ser novillero.