Poesía y humor con sello castellano-manchego para enseñar a los más pequeños el entorno que les rodea

Dos autoras de raíces castellanomanchegas han publicado los primeros cuatro títulos de una colección que utiliza la poesía como vehículo para que los más pequeños adquieran conocimientos con musicalidad, ritmo ... y humor, indispensable para hablar de algo tan divertido y cotidiano como pueden ser los mocos.

Sagrario Pinto y María Isabel Fuentes, que tienen orígenes en Talavera de la Reina (Toledo) y La Pesquera (Cuenca), son las autoras de 'Curiosidades en verso' (Anaya), que pretende desvelar curiosidades del cuerpo humano, las plantas, los animales o el universo a los primeros lectores.

En una entrevista con Efe, la talaverana Sagrario Pinto ha explicado la importancia que tiene la poesía dirigida a los más pequeños, tanto como un medio de adquirir conocimientos como por su "propio valor" y lo atractivo que resulta para los niños.

Esta escritora, que arrastra una larga trayectoria como autora de libros que conjugan educación y literatura, defiende que la musicalidad y el ritmo de la poesía "atrapa a los niños desde el primer momento" y les incita a desarrollar otras muchas actitudes y cualidades.

Por ejemplo, potencia la memoria y la atención, estimula su imaginación y amplía su vocabulario, de tal forma que cuando no conocen una palabra y la descubren "para ellos es como descubrir un auténtico tesoro: será una palabra que no van a olvidar y que permanecerá con ellos si la han adquirido mediante el ritmo".

Las autoras defienden que la poesía fomenta también el interés por la lectura, porque la musicalidad de los versos atrae su atención, y potencia su capacidad de atención, además de que aumenta su capacidad oral y escrita y estimula la educación emocional.

La poesía puede ser divertida

Y puede ser divertida, algo que reivindican Pinto y Fuentes al introducir humor en sus versos ya que "el desarrollo del sentido del humor es muy importante, el humor es un signo de inteligencia", argumentan.

Uno de los poemas del libro dedicado al cuerpo humano, por ejemplo, habla de algo tan habitual para los más pequeños como los mocos: '¿Para qué sirven las lágrimas?/¿Para qué sirve el sudor?/¿Para qué sirven los mocos...?/¡Todos cumplen su función!/ Salen de tu cuerpo y fluyen/Afinan tus sensaciones/Te limpian y te refrescan,/y son solo... ¡secrecciones!'.

"Es muy divertido para los niños y así damos valor a todo lo que nos rodea, también el cuerpo humano y las pequeñas cosas. Al final, decimos que son secrecciones, y ellos se lo pueden pasar pipa diciendo que los mocos son secrecciones. También supone adquirir vocabulario de una forma divertida y atractiva", ha agregado Sagrario Pinto.

Esta colección enseña a los niños pero su planteamiento es eminentemente literario y el primer objetivo de las autoras es acercarles a la poesía. Por eso han huido de "lo fácil y lo ripioso" y han cuidado "mucho" los poemas: "no son dos versos que riman, porque la poesía no es eso".

Precisamente ha costado mucho esfuerzo conseguir una colección literaria, que el libro tenga "equilibrio" y que los niños comprendan un texto que también debe encerrar "ese fondo de misterio" que es tan sugerente.

Primeros cuatro libros editados

Ya se han editado los primeros cuatro títulos de la colección, que tiene ilustraciones de Lucía Serrano, y hay otros tantos preparados, sobre dinosaurios o deportes.

"Entendemos los libros como un paralelismo entre lo que nosotros somos y lo que nos rodea con las palabras. Maribel y yo intentamos enseñar a los niños que al igual que hay palabras que les van a resultar muy familiares y que salen con frecuencia, otras son más difíciles de comprender", ha explicado.

Así, han introducido animales desconocidos y plantas gigantescas bajo la premisa de que "lo que es nuevo, diferente, les va a resultar atractivo y les animará a seguir investigando un poco más".

Sagrario Pinto siempre ha introducido poesía en su trabajo con los niños, precisamente porque el primer contacto que tienen con los versos son las nanas y porque ha constatado que les abre un "gran abanico" de posibilidades y les enseña valores.

Como ocurre con el baobab, que es el "árbol más generoso" porque ofrece medicinas, fruta, aceite, leche y, además, ahorra agua. Una divertida manera de fomentar un consumo responsable de agua.