Presidida por Don Ángel Rubio, obispo emérito de Segovia y capellán del coso en los años sesenta, el cual estuvo acompañado por una nutrida representación eclesiástica entre los que estaban Santiago Calvo, antiguo deán y canónigo de la catedral primada y Josué García, nuevo capellán de la plaza de toros de Toledo, se ha celebrado este sábado en el coso taurino de la capital de Castilla-La Mancha una misa de acción de gracias del mundo del toro.

La misa se ha celebrado con afluencia destacada de la propiedad del coso y su junta, con Eduardo Martín Peñato al frente, el presidente de los festejos taurinos, el inspector de policía Javier Fernández, miembros de la peña el Trapío y de otras asociaciones de la provincia. La familia del toro tuvo a sus dos matadores de toros más importantes presentes, Eugenio de Mora y Álvaro Lorenzo, así como el novillero torrijeño Jorge Molina. También una destacada presencia de los alumnos de la escuela taurina de Toledo, que fueron encargados de leer las peticiones.

Joselito de Vega como profesor de los futuros toreros, tampoco quiso perdérselo, así como banderilleros, mozos de espadas, ganaderos, empresarios taurinos, médicos, personal de la plaza y sobre todos aficionados toledanos.

No pudo la fría mañana del sábado mermar que los aficionados taurinos, profesionales y propiedad y trabajadores del coso, asistiesen a la primera celebración eucarística llevada a cabo en el ruedo de la plaza de toros de Toledo. Ayer fue la primera vez que celebró una misa en sus más de ciento cincuenta años de historia del edificio y cerca de doscientas personas se han dado cita en esta primera celebración religiosa, que nace con vocación de continuidad.