Abierto el expediente para declarar Bien de Interés Patrimonial la plaza de toros de Albacete
Tres patios del cementerio municipal de Guadalajara, que son un ejemplo de la arquitectura funeraria del Romanticismo, han sido declarados Bien de Interés Patrimonial y, por otra parte, se ha iniciado el expediente para la declaración patrimonial de la plaza de toros de Albacete. La Consejería de Educación, Cultura y Deportes ha publicado hoy en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha una resolución con la declaración patrimonial para los patios de Nuestra Señora de la Antigua, Nuestra Señora de la Soledad y Santa Ana del camposanto de Guadalajara, y otra abriendo un periodo de información pública de un mes para examinar el expediente de la plaza de toros de Albacete y, en su caso, presentar alegaciones.
En el caso de la plaza de toros, el expediente recoge que Albacete siempre ha sido tierra de toros pero sobre todo de toreros, y de hecho, según datos del historiador Fernando de Claramunt, a mediados del siglo XX había un torero en la ciudad por cada 280 habitantes, en total 246 a los que había que sumar otros 40 de la provincia. Las noticias más antiguas sobre la celebración de fiestas de toros en Albacete se remontan al 29 de mayo de 1564, cuando las autoridades albaceteñas decidieron celebrar en la plaza del Altozano una corrida de toros al coincidir el mismo día la fiesta del Corpus y la de San Juan.
Hay datos de que ha habido hasta cinco plazas de toros en la ciudad de Albacete, la primera de ellas construida a finales del siglo XVIII en el Paseo de la Feria y conocida como la plaza de Caulín, en recuerdo de su primer empresario. No obstante, las más relevantes han sido las Plaza Vieja y la actual, conocida como 'La Chata', cuyo proyecto técnico contó con la asesoría taurina del mítico torero de la época José Gómez Ortega, Joselito El Gallo.
Las obras de construcción del coso comenzaron el 17 de febrero de 1917 y en apenas ocho meses se inauguró, el 9 de septiembre de ese mismo año, con una corrida que lidiaron los diestros Gaona, Joselito y Saleri II y ganado de Fernando Villalón. En 1918 se reformaron los tendidos, colocándoles piedra de Novelda (Alicante) que se conserva en la actualidad; en 1921 se cambió la cubierta y hace dos décadas se amplió el aforo.
De inspiración neomudéjar, con arcos de herradura, alfices, arcos apuntados, cornisas escalonadas y pináculos gotizantes, 'La Chata' es una de las "más excelentes" plazas de toros de España, según Cossío, por su comodidad y seguridad, con capacidad para 12.000 espectadores. Respecto al cementerio de Guadalajara, los patios de Nuestra Señora de la Antigua, Nuestra Señora de la Soledad y Santa Ana son un hermoso ejemplo de la arquitectura funeraria del Romanticismo, abarcan una extensión total de 20.000 metros cuadrados y conservan su fisonomía original casi al completo.
La construcción del cementerio de Guadalajara se aprobó en un pleno del Ayuntamiento de 1814, aunque el proyecto no se ejecutó hasta 1840, en un primer espacio que recibió el nombre de Nuestra Señora de la Antigua. Cuatro décadas más tarde, este lugar se amplió con el patio de Nuestra Señora de la Soledad y en 1896 aumentó de nuevo con un tercer patio que recibió el nombre de Santa Ana en honor a la marquesa de Villamejor, que colaboró en la adquisición del terreno.
De las tumbas de finales del siglo XIX destacan el mausoleo de los marqueses de Villamejor, un proyecto del arquitecto alcarreño más reconocido de la época, Manuel Medrano Huetos, y los de la familia Chávarri (1899).