El decálogo para periodistas de Miguel Ángel Mellado en su día de oro
Este jueves, 23 de enero, en el transcurso de la Gala de la Comunicación que la Asociación de Periodistas de Ciudad Real organiza por segundo año, coincidiendo con la festividad de San Francisco de Sales, se han entregado los premios de la asociación, que por primera vez ha concedido la insignia de oro a un periodista destacado, en este caso Miguel Ángel Mellado.
El periodista de Campo de Criptana, tal como ha comentado al recoger el galardón, se considera un periodista de provincias porque fue en el Ya de Toledo donde se apasionó por el periodismo para desarrollar después su carrera profesional en Madrid.
Mellado nos ha dejado su decálogo para "jóvenes periodistas con ganas de sentirse satisfechos con lo que hacen, que es el mejor triunfo para cualquiera que se toma el trabajo en serio". Viniendo de él hay que aprovecharlo al máximo.
Aquí os dejamos el valioso decálogo:
1. Nunca escribáis para agradar al jefe ni tampoco para vuestra autocomplacencia. Escribid, radiad, filmad…, pensando siempre en el destinatario, pensando en lo que les interesa a vuestros clientes, que son los lectores, televidentes, los oyentes y los anunciantes. Lo que les interesa y les puede hacer, también, mejores ciudadanos.
2. Cuidad a vuestras fuentes como si fueran vuestras madres. Porque de ellas, de las fuentes y de las madres, depende el primero de los alimentos. En nuestro caso, las noticias exclusivas.
3. Dudad de todo, comprobad las noticias, sobre todo si afectan a personas en concreto. Así os equivocaréis menos veces y no haréis daño innecesario. En una redacción de Washington había un cartel que decía: si tu madre te dice que te quiere, contrástalo. Hay que dudar: el propio san Francisco de Sales era un hombre dubitativo. Se cuenta que estuvo 10 semanas seguidas convencido de que iría al infierno. Yo, cuando he pequeñas maldades en la profesión, o sea, frecuentemente, también he pensado que acabaría en el infierno, si es que hay.
4. Para ser buen periodista hay que ser buena persona, o al menos intentarlo. Lo dijo Kapuchinski y yo lo he comprado. Esta no es una profesión de atajos.
5. Hay que ser buen compañero, pero siempre que puedas, dale un pisotón; o sea, publica una noticia que ellos no tengan. Las exclusivas, grandes y pequeñas, son la sal de la profesión.
6. Sed refractarios al halago. El halago debilita. El halago del poder es el peor de todos. Es pan para hoy y hambre para mañana. Decía Julio Camba que todas las pompas le parecen fúnebres. Menos la pompa de recibir una insignia de oro en Ciudad Real por los compañeros de profesión.
7. No os rindáis jamás. Si empezáis algo, acabadlo; si no, será tiempo perdido. Sed atrevidos. Como dice una canción de Coldplay: Si no lo intentas, nunca sabrás lo que vales.
8. En el periodismo, para enterarse bien, tan malo es estar muy lejos del foco de la noticia como muy cerca. Hay que mantener una distancia prudencial. Sin prejuicios. No hay que tener prejuicios para informar bien. El periodismo es como mirar una obra de arte: tan malo si estás muy pegado, porque pierdes objetividad, como si estás muy distanciado, porque no te enteras.
9. Lo más valioso que tenemos los periodistas es la reputación. Pero no confundamos la buena reputación –que es la que te conceden los demás con su afecto por la sumas de tu labor diaria - que la autorreputación de los periodistas ensimismados con uno mismo. Que abundan, eh. Estos, más que periodistas, son los periolistos.
10. Cuidad el prestigio de la profesión como decía el presidente norteamericano Lyndon Johnson de la sopa: “No escupas en la sopa, que todos tenemos que comer”, decía. Nuestra sopa es el periodismo. Nos da de comer, en muchos casos poquito, pero alimenta también a la comunidad, que es toda la sociedad.