La Fundación Toledo lamenta el atentado a la emblemática escultura de Victorio Macho
La Real Fundación de Toledo ha lamentado el vandálico atentado que ha sufrido laescultura ecuestre de Sebastián de Belalcázar de Popayán (Colombia), realizada por el escultor Victorio Macho.
Además de lamentar "la violencia que supone la destrucción de cualquier obra de arte", la Fundación ha querido dar algún dato de la obra que ofrece el archivo personal del escultor, que demuestra la importancia que tuvo este encargo para la carrera artística de Macho.
Las dos esculturas dedicadas a Belalcázar, una para Cali y otra para Popayán, encargo del presidente colombiano Eduardo Santos, tuvieron para Victorio Macho una gran repercusión: el inicio de su fructífera etapa americana y la evolución artística hacia una escultura monumental y patriótica, lejana del regeneracionismo escultórico de los años precedentes.
Pocos días antes del inicio de la Guerra Civil española, el escultor firma el contrato en Madrid para el monumento de Popayán por 65.000 pesetas, inicia trabajos en Valencia, cuando fue trasladado por el gobierno de la República, y termina la escultura en París, donde sufrió una caída desde un andamio, cuyas consecuencias perduraron el resto de su vida. La obra fue fundida también en París en los talleres Rudier, la misma con la que solía trabajar el escultor Rodin.
Victorio Macho viajó a Colombia, invitado por el Presidente, para dirigir el montaje del monumento en el paraje conocido como El Morro del Tulcán, ubicación con la que no estaba de acuerdo, pero no fue un simple viaje, ya que en su pensamiento estaba alargar su estancia allí ante las posibilidades artísticas que el nuevo continente le brindaba, estancia que duró hasta 1952.
En el Museo Victorio Macho se puede contemplar un boceto en yeso de la obra, que ahora desgraciadamente es noticia por el salvaje atentado que ha sufrido por parte de indígenas de Misak.