El covid obliga a suspender unas fiestas con más de cuatro siglos de historia en Castilla-La Mancha
La localidad guadalajareña de Cogolludo no celebrará este 5 de febrero, como es tradicional, la fiesta en honor a Santa Águeda, una tradición documentada desde el siglo XVI que se da por suspendida por la situación sanitaria y el avance del coronavirus.
El alcalde de la localidad, Juan Alfonso Fraguas, ha explicado que la primera cita histórica de esta fiesta aparece en el 'Libro de rentas y propios de la villa de Cogolludo en el año 1594, donde se explica cómo se pagó la misa de Santa Águeda a cargo del Concejo y aclara que a partir de ahí, sería costumbre establecida.
La imagen de Santa Águeda estuvo en su retablo situado en el frente del brazo norte del crucero de la iglesia de San Pedro, hasta que fue saqueada ésta en la Guerra Civil. Y era en esta iglesia donde se celebraba dicha festividad, ha informado el Ayuntamiento en nota de prensa.
Fue en el año 1925 cuando, volteando las mujeres las campanas de la iglesia de San Pedro en las vísperas de Santa Águeda, la señora Elisa, la lavandera, rompió una de ellas al enredarse su mantón de seda en la misma. Pasada la Guerra Civil se retomó la tradición, aunque esta vez más en serio, puesto que en el año 1945 se formó la primera junta que se hizo cargo de instaurar la fiesta.
Fiesta que, como no había imagen de Santa Águeda, consistía en merendar juntas las mujeres y organizar el clásico baile que mantenía el privilegio femenino de sacar a bailar a los hombres.
La fiesta religiosa se inició en el año 1950, año en el que con la nueva imagen de la Santa se pudo hacer la procesión como era costumbre inveterada. Así fue celebrándose la fiesta año tras año, hasta que en el 1980 un hecho vino a dar un nuevo empuje a la misma, cuando la junta de este año estrenó los trajes típicos regionales que se habían confeccionado en el Taller de Artesanía.