El actor Jordi Sánchez, muy conocido y querido por su divertido personaje de Antonio Recio en 'La que se avecina', ha tenido en vilo a España durante las semanas que ha permanecido en estado de coma inducido a causa del coronavirus.

Por suerte, tras 24 días en la UCI de un hospital de Madrid, la salud del actor comenzó a remontar hasta que fue dado de alta, algo que ahora le ha permitido retomar muy poco a poco su agenda pública, que ha estrenado con una entrevista que ha ofrecido este sábado aCatalunya Ràdio, donde ha asegurado que lo peor de su estancia en la unidad de críticos del hospital fueron las alucinaciones, que incluso le hicieron creer que uno de sus hijos había muerto. De hecho, recuerda haber estado preparando los papeles para su entierro.

"Viví en un mundo paralelo durante esos 24 días. Fue terrible. Estaba tan drogado que pensaba que todo aquello era cierto. Las alucinaciones son más fuertes que los sueños. Me desperté súper triste y cuando me dijeron que no estaba muerto me puse a llorar", ha añadido.

"Después de 24 días en coma inducido, cuando me despertaron no podía ni caminar ni hacer nada, ni siquiera escribir. A los dos días ya escribía y a los cuatro ya caminaba", ha dicho el actor, que cree que se pudo contagiar del coronavirus durante el rodaje de una película pese a que el equipo se sometía a pruebas muy frecuentes para detectar el virus, recordando que el riesgo cero no existe y que los actores están más expuestos puesto que trabajar sin mascarilla.