El Juzgado de Instrucción número 2 de Toledo ha retirado la patria potestad a los padres detenidos por maltratar a sus dos hijos menores de edad. Aunque han quedado en libertad provisional, se ha determinado la prohibición de acercarse a una distancia inferior a 500 metros y de comunicarse con los niños.

Así lo ha dictado la titular del Juzgado después de que los detenidos hayan pasado a disposición judicial este jueves y tras prestar declaración. Además, se les ha prohibido salir del territorio nacional y obligado a comparecer ante el juzgado los días 1 y 15 de cada mes.

A ambos se les imputa de manera provisional como presuntos autores de delito de maltrato habitual de menores en el ámbito familiar. El Juzgado ha dado traslado a los servicios sociales para iniciar el correspondiente procedimiento por desamparo de los menores.

Detectado en el ámbito escolar

Los padres de los dos hermanos, un niño de cuatro años y una niña de cinco, fueron detenidos el pasado martes tras detectarse en el colegio público Ángel del Alcázar del barrio de Santa Bárbara de Toledo que los jóvenes podrían estar siendo víctimas de maltrato.

Ambos menores pasaron la noche del martes al miércoles en observación del Hospital Universitario de Toledo, acompañados por una persona especializada de la Consejería de Bienestar Social.

Asimismo, desde el Gobierno de Castilla-La Mancha se ha informado de que en el momento en que tuvieron constancia del caso activaron los protocolos necesarios para salvaguardar el bienestar de los niños. Por ello, han abierto un expediente con el fin de buscar "la mejor solución de futuro" para los dos hermanos.

"Me pegan porque me porto mal"

Según adelantó el diario ABC, cuando un profesor fue a retirar una prenda de manga larga al niño porque tenía calor observó lesiones que podrían ser compatibles con maltrato. En ese momento, el joven aseguró que en su casa le pegaban mucho porque se "porta mal".

Hasta el colegio se desplazó la Unidad de Atención a la Familia y Mujer de la Policía Nacional de Toledo, que comprobó las lesiones del niño y también las que presentaba su hermana, compatibles, según el citado periódico, con latigazos, moratones y quemaduras.