Nueve castillos de la provincia de Toledo que merece la pena visitar haciendo una excursión
El otoño es una época del año ideal para recorrerse las tierras toledanas en busca de las históricas y bellas fortalezas que se han mantenido en pie durante siglos.
23 noviembre, 2021 10:41Visitar un castillo supone retroceder varios siglos en la historia, trasladarse a otra época y entender cómo vivían y se defendían nuestros antepasados. En la provincia de Toledo son muchas las fortalezas que bien merecen una excursión para ser conocidas y disfrutadas. Te proponemos nueve opciones que, por su belleza y majestuosidad, nunca defraudan:
Castillo de Almonacid
Hasta la joya patrimonial de Almonacid de Toledo puede accederse libremente, tanto a pie como en vehículo a través de una pista de tierra. De origen musulmán, la primera referencia documental sobre este castillo data del año 848. En aquella época servía como punto estratégico de vigilancia de un antiguo camino a La Mancha.
Castillo de Barcience
Aunque su propiedad es privada, se puede llegar hasta sus muros a través de una pista de tierra que nace en la entrada al pueblo de Barciene, rebasando su cementerio y cruzando un pinar. Su construcción fue impulsada por el primer conde de Cifuentes, Juan de Silva, en el siglo XIV. Su nieto, con el mismo nombre, hizo que las obras de la fortaleza fueran finalizadas. Destaca su imponente león rampante, emblema heráldico de los Silva, grabado en piedra sobre una de las torres.
Castillo de Consuegra
Junto a los famosos molinos de Consuegra, este castillo posiblemente sea el mejor conservado de toda Castilla-La Mancha. Su interior es visitable (aunque es recomendable consultar los horarios) después de una minuciosa restauración iniciada en los años 60 y que recrea el ambiente de la época. Se piensa que originariamente fue una torre de vigilancia erigida durante el Califato de Córdoba, hasta que Alfonso VIII lo conquistase en el siglo XII, cediéndolo a la Orden Militar de Jerusalén, quien le daría su forma actual.
Castillo de Guadamur
Es de propiedad privada aunque puede visitarse varios días a la semana bajo reserva. Con una gran influencia del arte italiano en su estructura, es uno de los más bellos castillos residenciales del siglo XV propios de la provincia de Toledo. Su constructor fue don Pedro López de Ayala, conde de Fuensalida, que lo erigió sobre una fortaleza musulmana. Durante la Guerra de la Independencia fue utilizado e incendiado por las tropas francesas. Después fue rehabilitado y resultó carbonizado de nuevo durante las guerras carlistas. Allí fue encerrada como prisionera, por orden de Felipe II, la princesa de Éboli.
Castillo de Malpica de Tajo
Este castillo que se erige junto al río Tajo solo puede visitarse por fuera, pero una visita a la zona no defrauda a nadie. Es uno de los pocos que en España han continuado habitados desde su construcción en el siglo XIV, siendo los Gómez de Toledo sus primeros propietarios y sus descendientes quienes lo convirtieron en residencia. En el siglo XVII se acometió una importante reforma en su interior para transformarlo en palacio, momento en que se abrieron las ventanas de sus muros.
Castillo de Manzaneque
Es la sede del Ayuntamiento de la localidad toledana de Manzaneque. Fue construido por doña María de Orozco y su tercer esposo a finales del siglo XIV. Más adelante fue abandonado y a principios del siglo XX restaurado. Sus sótanos y dependencias inferiores han sido usados como cárcel hasta tiempos recientes. El acceso al exterior es libre y para visitar su interior hay que concertar cita previa.
Castillo de Maqueda
El matrimonio Cárdenas-Enríquez recostruyó la fortaleza en el siglo XV sobre otra de origen musulmán. En él llegó a vivir la reina Isabel la Católica. Se ubica en un extremo de la antigua muralla de Maqueda y hasta hace pocos años fue utilizado como cuartel de la Guardia Civil. Actualmente, el Estado trata infructuosamente de venderlo mediante subasta. El interior fue reformado para albergar el que iba a ser Museo de la Benemérita, pero el proyecto quedó inconcluso tras una inversión millonaria.
Castillo de Orgaz
Se cree que originariamente fue una fortaleza árabe del siglo X que defendía el camino a Sevilla. Durante la Guerra de las Comunidades de Castilla los vecinos de Orgaz lo usaron como refugio, hasta que Carlos V ordenó quemarlo. El señor Llopis lo compró y restauró en los años 70 y su hija Gemma lo legó al pueblo en su testamento. Puede visitarse determinados días del año.
Castillo de Oropesa
Este castillo en realidad son dos: el castillo viejo, fortaleza árabe de los siglos XII y XIII parcialmente conservada, y una construcción del siglo XV, el Palacio de los Álvarez de Toledo, condes de Oropesa, que hoy por hoy funciona como Parador Nacional. En su interior hay una gran plaza, el antiguo patio de armas y un escenario de actividades culturales. Su espectacular escalinata de piedra ya justifica la visita.