Pedro Sánchez aún cree que puede ganar las elecciones. Lo dice a todas horas y lo repite su maquinaria de campaña. Aunque ninguna encuesta lo augure -de hecho, la encuesta de Metroscopia dice que su formación cae y sube Podemos-, el candidato socialista y su equipo insisten en que aún hay partido y que el PSOE podría superar al PP. Es difícil discernir si el equipo del candidato quiere creer o cree de verdad. En cualquier caso, prefiere que no asomen las dudas y evitar el riesgo de aniquilar cualquier posibilidad de dar la vuelta a los sondeos.
La estrategia de Sánchez permanece prácticamente invariable. Desde hace 10 días, cuando comenzó la campaña, los socialistas sólo han introducido retoques para elevar la presión sobre los partidos emergentes y reforzar el mensaje de que representan el voto útil. Para muestra, el mitin de este domingo en Valencia. Fue el más multitudinario de los que dará en toda la campaña. En torno a unas 8.000 personas llegadas en autobuses abarrotaron en Valencia el pabellón de La fuente de San Luis, la Fonteta. Pese a contar con un marco propicio, Sánchez se limitó a repetir el mitin de todos los días sin apenas cambios.
“Creo que vamos a ganar, aunque sea por muy poco”, aseguraba este domingo una de las personas clave en la estrategia del candidato. Según los cálculos socialistas, el PSOE y el PP se encuentran más igualados de lo que parece y el debate de este lunes acentuará el tono bipartidista de la campaña, algo que beneficiaría más a Sánchez que a Rajoy.
El Rajoy que se espera Pedro Sánchez
En el PSOE están preparados para un debate “bronco” y un Rajoy “correoso”, según la misma fuente. Rajoy ha demostrado en las últimas dos campañas a la Moncloa (2008 y 2011) que se crece ante este tipo de oportunidades y sin duda se lo pondrá difícil a Sánchez, que se enfrenta a su primer cara a cara. Lo que espera el equipo de estrategia del PSOE es que Rajoy insista en dos mensajes: la recuperación frente al riesgo que suponen las políticas socialistas y el pacto de perdedores que según el PP podría intentar Sánchez a cualquier precio.
El candidato socialista tratará de mostrar dos caras de una misma moneda para atacar a Mariano Rajoy. Cuando Rajoy defienda su gestión en los pasados cuatro años, Sánchez le atacará con datos y con propuestas de futuro. Cuando le reproche su inexperiencia o su disposición a pactar con cualquiera para que no gobierne el PP, el candidato socialista tirará de pedigrí y reivindicará los avances logrados por gobiernos socialistas. A partir de ahí, “lo importante es no cometer errores”, insisten en el PSOE.
En el discurso de Sánchez ya no queda ni rastro de autoflagelación por la herencia recibida en la que aún hoy se escuda Rajoy. El candidato ha resucitado el legado de José Luis Rodríguez Zapatero y cita a menudo algunos de sus ejemplos de gestión, como las leyes sobre derechos civiles o incluso el fondo de reserva de la Seguridad Social, cuya dotación ha bajado con el PP. “¡Yo reivindico el legado de los gobiernos socialistas!”, clamó Sánchez este domingo en Valencia.
Corrupción sí, Kabul no
Preguntadas por si creen que la corrupción tendrá un papel central en el cara a cara, fuentes del equipo de Sánchez aseguraron que será importante “porque hay un bloque sobre regeneración democrática”, pero han eludido precisar si será uno de los arietes con los que esperan ganar el debate. Sánchez recuerda a menudo los SMS que Rajoy mandó a Bárcenas en 2013 (“Luis, sé fuerte”) y recuerda que el presidente debería haber dimitido entonces, pero hasta ahora ha evitado confrontar a Rajoy con documentos conocidos en las últimas semanas y que abundan en las nuevas y graves ramificaciones de los papeles de Bárcenas.
Donde Sánchez no entrará será en la gestión del atentado contra la embajada española en Kabul (Afganistán). El PSOE cree que el presidente se equivocó gravemente al informar de la tragedia, pero no lo criticará esgrimiendo la unidad política frente al terrorismo y la imagen de presidenciable de Sánchez que no quiere manchar con la sombra del electoralismo.
Los 15 o 20 escaños clave
En el PSOE no se creen las encuestas que colocan al PSOE a 30 ó 40 escaños del PP. Creen que la diferencia está más bien en 15 ó 20 que bailan en circunscripciones grandes y pequeñas. Es en esas provincias clave donde el panorama parece cambiar cada día y donde los socialistas prevén un recuento muy ajustado en la noche electoral.
En Andalucía, por ejemplo, el PSOE se juega un puñado de escaños con Podemos y Ciudadanos en grandes provincias como Sevilla, Málaga o Cádiz. En el resto de España, además de en Madrid y en Barcelona, los socialistas esperan poder asegurar que Ciudadanos no logra escaño en circunscripciones más pequeñas. Eso sería letal para el resultado socialista y por eso la estrategia de campaña se centra en equiparar a Albert Rivera con un Rajoy “20 años más joven”, según repite Sánchez constantemente. Según los socialistas, los patinazos de Ciudadanos sobre violencia de género han contribuido a reforzar la idea de que Ciudadanos es de derechas y por eso el PP podría tener más que temer.
En cualquier caso, que Ciudadanos supere al PSOE o quedar cuartos no está en las previsiones de Ferraz, que sitúa a Pablo Iglesias en torno al 15% y a Albert Rivera en el 18 o 19%.