La Asamblea de la CUP ha tomado su primera decisión. Las 3.577 personas que decidirán el futuro del proceso independentista votarán en secreto si invisten o no a Artur Mas. Todos los militantes debían concretar al acreditarse si querían votaciones secretas o a mano alzada. El 42% se ha decantado por el voto secreto, ante la incomodidad que puede suponer para muchos el respaldo a Mas. La Asamblea había fijado que si al menos el 25% optaba por la votación secreta se realizaría de esa manera.
Todo Cataluña y parte de España miran este domingo hacia una pista de atletismo situada en Sabadell. Los casi dos millones de votantes independentistas estarán pendientes de esta asamblea de 3.577 militantes de la CUP. Las bases de un partido que se presentó por primera vez a unos comicios autonómicos en 2012 votarán si se convocan nuevas elecciones o si se intenta poner en marcha la hoja de ruta que pretende separar Cataluña de España en 18 meses.
Exactamente tres meses después de haberse celebrado las elecciones autonómicas y tras decenas de interminables reuniones entre los negociadores de Junts pel Sí (JxS) y la CUP, las bases del partido llegan fuertemente divididas a su asamblea más importante desde que se fundó la formación a finales de los 80. El grupo parlamentario de JxS presentó el lunes una propuesta de acuerdo de 61 páginas en las que ofrece un plan de choque social de 270 millones así como una presidencia de Artur Mas compartida con tres vicepresidentes. La propuesta también incluye el compromiso de que Mas se someta a una cuestión de confianza en el Parlament al cabo de un año.
Nadie se aventura a prever un resultado. Prácticamente hay tantos partidarios de investir a Mas para evitar el naufragio del proceso soberanista como detractores que insisten en que lo mejor serían unas nuevas elecciones donde ERC asumiría el papel de líder del independentismo. Unos y otros se han pasado las últimas semanas tratando de movilizar a los suyos y escribiendo artículos en medios catalanes para justificar su postura. La dirección del partido ha tenido que cambiar en dos ocasiones el emplazamiento ante el alto número de inscritos.
¿Qué y cómo se votará?
Durante la mañana se presentarán los informes del grupo parlamentario así como la propuesta ofrecida por JxS. Después de discutir sobre esta oferta, la investidura y la actual coyuntura política, a las 13 horas se prevé una primera votación antes de comer. A las 16 se retomará la asamblea y se repetirán las votaciones hasta las 20 horas, cuando podrá acceder la prensa y conocer el resultado de la votación.
Las opciones para votar son cuatro: investir a Mas y aceptar el acuerdo de JxS, investirlo pero sin aceptar la oferta de acuerdo, rechazar al president y concurrir a unas nuevas elecciones y finalmente rechazarlo con una abstención, invitando a JxS a buscar otras complicidades en la cámara.
Si una de las cuatro opciones obtiene más del 50% de apoyos, será la ganadora automáticamente. Si ninguna de las opciones obtiene este porcentaje de apoyo, se irán eliminando gradualmente las propuestas que obtengan menos apoyo.
¿Quién votará?
No todos los 3.577 inscritos son militantes de la CUP. Entre los participantes en la asamblea se encuentran miembros de las organizaciones sociales afines al partido así como simpatizantes de la formación. Estos simpatizantes requerían el aval de alguna de las más de 70 asambleas locales que tiene el partido por toda Cataluña. Tanto las asambleas locales como la dirección han tenido que hacer una criba entre los inscritos (el martes, cuando se cerró la inscripción, había más de 4.000) ante el intento de personas ajenas al partido de entrar en la asamblea para interferir en la votación.
Los 10 diputados que forman el grupo parlamentario de la CUP no votarán ninguna de las opciones. Tampoco defenderán la propuesta de acuerdo de JxS ante la militancia para no condicionar el voto de los asistentes a la asamblea. Simplemente se limitarán a explicarla a los asistentes.
¿Puede romperse el partido?
La CUP se enfrenta este domingo al mayor reto de su historia. Nunca la formación había estado tan dividida y, en las anteriores ocasiones en que ha habido divergencias, las cámaras y los tertulianos no estaban pendientes de lo que decidía en la asamblea del partido. La última vez que vivió algo similar -aunque a escala reducida- fue en 2009, cuando se votó si se concurría a las autonómicas de 2010. Finalmente se impuso la opción de no presentarse, defendida por el corriente que actualmente se opone a investir a Mas.
“El debate ha tensionado mucho a la CUP”, reconoció el miércoles Eulàlia Reguant, diputada de la formación. “Estamos entrando en una guerra que no es necesaria”, añadió, refiriéndose a los múltiples artículos que militantes partidarios y detractores de Mas han estado publicando en los medios catalanes. En una reciente entrevista, el también diputado Albert Botran reconoció que el partido “no es indemne” a la posibilidad de una escisión en función de lo que se decida el domingo. Algún parlamentario incluso ha amagado en privado con la posibilidad de dimitir si finalmente se apoya a Mas en la asamblea.
¿Quién apoya a Mas y quién no?
Entre los partidarios de investir a Mas se encuentra la organización interna Poble Lliure. Esta corriente se creó en 2014 y no es de las más influyentes en el seno de la formación, a pesar de contar con un buen número de militantes históricos del independentismo de izquierdas. En el grupo parlamentario esta organización está representada por el diputado Albert Botran.
Las corrientes en contra de investir a Mas son Endavant, Arran, En Lluita o Corrent Roig. De estas organizaciones, la más poderosa es Endavant. Representada en el Parlament por la número dos Anna Gabriel, Endavant encarna al sector a la izquierda de la CUP y algunos militantes históricos critican que sus miembros se han hecho con el control del partido durante la última década. En el caso de que el ‘no’ a Mas se descuelgue en la votación, esta corriente apostaría por investir al president pero sin aprobar el acuerdo ofrecido por JxS. De esta manera la coalición de CDC y ERC lo tendría muy difícil para superar cualquier votación en el Parlament.
Entre el resto de diputados hay todo tipo de opiniones. Desde los que han insinuado que prefieren apoyar a Mas, como el presidente del grupo parlamentario Antonio Baños, hasta los que han preferido no mojarse.