Rajoy, Sánchez, Rivera e Iglesias pusieron el mismo empeño en lanzarse reproches que en exponer sus ideas durante el debate electoral. Sumaron entre todos 223 ataques en 97 minutos. Dos cada 60 segundos de media.
El candidato socialista, Pedro Sánchez, fue el que más ataques dedicó a sus contrincantes. Concentró casi todos sus esfuerzos en intentar debilitar a Mariano Rajoy. Le interpeló en 37 ocasiones de forma directa y 17 veces con alusiones al Ejecutivo del PP que ha gobernado durante los últimos cuatro años.
Todos contra Rajoy
Desde el principio del debate Rajoy tuvo que esquivar la mayoría de lo reproches. La economía y la corrupción fueron los temas en los que más incidieron los otros tres candidatos a La Moncloa. "No ha asumido en primera persona la responsabilidad política", le criticó Sánchez sobre corrupción; "usted le enviaba [a Bárcenas] mensajes diciéndole 'sé fuerte' después de que fuera imputado", le echó en cara Rivera; "las políticas de recortes no han servido para salir de la crisis", señaló Iglesias.
Después de los ataques a Rajoy y a su Gobierno, Iglesias fue el que más dardos recibió por parte de Sánchez. El líder socialista también atacó de forma sistemática y juntos a los candidatos del PP y de Unidos Podemos. Les reprochó hasta en ocho ocasiones que votaran en contra en su sesión de investidura. Tuvo palabras en especial para Iglesias al que criticó por ir de la mano de Rajoy para llevar "el no a la investidura" y "votar no al programa del cambio".
Sánchez y Rivera, pacto de no agresión
Ni Sánchez atacó a Rivera, ni Rivera atacó Sánchez. Los dos candidatos, que sumaron fuerzas en la pasada legislatura tras el Pacto de "El Abrazo", no cruzaron acusaciones durante el debate a cuatro.
El líder de Ciudadanos, igual que Sánchez e Iglesias, apuntó de forma reincidente a Rajoy, al que interpeló hasta en 26 ocasiones. Después puso especial empeño en deslegitimar a Iglesias acusándole de no tener propuestas específicas para crear empleo y de haber cobrado 7 millones de euros de Venezuela a través de la fundación CEPS. Este último reproche sacó de sus casillas al candidato de Unidos Podemos, que dijo que no toleraba acusaciones falsas.
Mariano Rajoy mantuvo sus ataques a los otros tres candidatos en un segundo plano durante la mayoría del debate. El líder popular comenzó criticando al Gobierno de Rodríguez Zapatero por la herencia recibida. Aunque también lanzó acusaciones conjuntas a Sánchez, Rivera e Iglesias, a los llegó a decir: "Cuando se viene a un debate conviene traerse los temas estudiados". O: "Aquí no se viene a hacer prácticas, al Gobierno se viene aprendido".
Iglesias también concentró la mayoría de sus ataques en Rajoy. El líder de la formación morada fue el menos ofensivo, pero no se olvidó de criticar las puertas giratorias, los paraísos fiscales o la corrupción de los partidos políticos.
Las interrupciones durante el debate siguieron una tónica similar a la de los ataques. Rivera y Sánchez fueron los que más veces cortaron el discurso de sus rivales. Iglesias y Rajoy los que menos. En este apartado Rajoy se mantuvo frío: sólo detuvo en tres ocasiones a sus contendientes.