Usted también puede ser uno de los 10,5 millones de espectadores que hoy se ha levantado con una extraña resaca, fruto de haber trasnochado para seguir un debate electoral en el que los candidatos parecían más empeñados en anestesiar al votante que en emocionarlo.
De no ser por la breve embestida de Albert Rivera, ya entrada la noche, a diestro y siniestro, España tendría que haberse conformado con dos horas y media de Mariano Rajoy encastillado tras las cifras macroeconómicas mientras contemplaba a Pablo Iglesias y Pedro Sánchez escenificar por capítulos su desamor.
"Menos mal que existe Twitter" fue el comentario más extendido en las redes sociales. Los sufridos espectadores pudieron encontrar compañía y consuelo comentando las anécdotas que deparó el debate. No quedó detalle sin descubrir, frase sin punta que sacar, ni montaje por hacer.
1. El regreso de las cartelas
Fue Albert Rivera quien desenfundó primero, con una portada de El Mundo contra la subida de impuestos de Podemos. Casi todos caerían en exponer portadas, gráficos y tuits, una envidiable oportunidad para los montajes.
2. ¡Un disparo!
Uno de los primeros sobresaltos, entre las protestas por la mala calidad del sonido, fue el estallido de un foco. No sobresaltó a los candidatos pero sí a los espectadores.
3. Periodista por sorpresa
Una de las bromas recurrentes entre los tuiteros consistió en el poco caso que hicieron los candidatos a los tres periodistas encargados de la moderación. En un momento dado, sin embargo, Vicente Vallés pasó al ataque contra Rajoy, contrariándole.
4. Un hombre a un post-it pegado
El presidente del Gobierno en funciones llenó su mesa de apuntes, un detalle que no pasó desapercibido.
5. La coletilla de un Sánchez despechado...
El candidato del PSOE no desperdició prácticamente ninguna oportunidad de recordar a Pablo Iglesias que no le había apoyado para ser investido presidente.
6. ... y el conjuro de amor de Iglesias
El líder de Podemos repitió hasta el hastío que "él no era el rival del PSOE", susurrándolo incluso mientras Sánchez hablaba.
7. De repente: ¡Venezuela!
El ataque de Rivera contra Iglesias por la financiación del gobierno chavista al partido fue celebrado por los tuiteros en la órbita de Unidos Podemos, que ya preparaban chupitos para cuando saliera a colación.
8. A Iglesias se le van las manos
Precisamente las protestas por verse acusado de financiación irregular dispararon la gestualidad del líder de Podemos.
9. Rajoy tuerce el gesto
Aunque los tics del líder del PP son famosos, sus balbuceos en el segmento dedicado a la corrupción y la extraña mueca que realizó en su alegato final marcaron un nuevo hito.
10. Despedida y cierre... no para todos
Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias abandonaron sus atriles para saludar a los periodistas al final del debate. Mariano Rajoy, sin embargo, no se movió del sitio hasta minutos después.
Bola extra:
Pedro Sánchez quiso darle en Facebook Live un remate al debate. Y el remate le llegó por la rama de un árbol.
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