La semana que viene se alumbrará la 'primera promoción' de una nueva figura profesional: el operador agroambiental. Su cometido, básicamente, será hacer cumplir a los agricultores del Campo de Cartagena la Ley de Protección y Recuperación del Mar Menor: una norma aprobada por unanimidad en la Asamblea Regional, en julio de 2020, pero que no se ha aplicado a rajatabla a la vista de la 'sopa verde' en la que se ha convertido la albufera murciana.
"La Ley de Protección y Recuperación del Mar Menor obliga al agricultor a contratar a este profesional cualificado, para asesorarle en la toma de medidas correctoras en su explotación para que no sean sancionados en una inspección", subraya Antonio Aroca, jefe del Servicio de Formación y Transferencia Tecnológica del Gobierno de la Región de Murcia.
Por este motivo, son los propios inspectores de la Consejería de Agricultura los encargados de impartir los contenidos del curso de operador agroambiental, a través de cinco sesiones teóricas y cuatro prácticas, en el Centro Integrado de Formación y Experiencias Agrarias de Torre Pacheco. Esta nueva figura será la responsable de asesorar al agricultor para que cumpla las obligaciones de ordenación y gestión de la Ley de Protección y Recuperación del Mar Menor, así como de elaborar la documentación que aportará a la Consejería para controlar la contaminación por nitratos que envenena el ecosistema de la albufera.
"Los inspectores les enseñan a interpretar la Ley del Mar Menor y a conocer qué buscan ellos en sus controles a las fincas". Es decir, a través de su propia experiencia fiscalizando la actividad de explotaciones dedicadas a la agricultura, les asesoran sobre los errores más repetidos en el sector y que a la postre generan vertidos al litoral marmenorense.
Pregunta: ¿Cuáles son los incumplimientos más habituales que cometen los agricultores con la Ley de Protección del Mar Menor?
Respuesta (Antonio Aroca): Las estructuras vegetales, el uso de sondas, el diseño de las líneas de cultivo para que no favorezcan las escorrentías y el tema de la fertilización porque algunos abonan a la vieja usanza.
¿Qué se está haciendo mal con las sondas de humedad en el Campo de Cartagena?
La ley te obliga a aplicar esta herramienta en la zona 1 del Mar Menor, pero hemos observado que no se le está sacando el máximo rendimiento a esta tecnología. Este sensor sirve para detectar la humedad que tiene el suelo a 25, 40 y 60 centímetros de profundidad, de modo que cuando riegas la planta sabes si te estás excediendo con el agua. Todo lo que riegues más allá de la raíz de la planta hortícola, supone perder dinero en un agua que termina en el acuífero y se convierte en lixiviado que acaba contaminando el Mar Menor. Hemos detectado que los agricultores no hacen un uso adecuado de las sondas, por eso enseñamos a los operadores agroambientales a instalarlas y a hacer una lectura de datos.
Otro de los problemas que castiga el ecosistema de la albufera son los fertilizantes. De hecho, la Ley del Mar Menor vetó la fertilización en la franja de 500 metros desde la orilla, y posteriormente, el Gobierno regional prohibió en la zona 1 el uso de fertilizantes nitrogenados inorgánicos, considerados como los más contaminantes, por este motivo, uno de los temas que se aborda en el curso es un código de prácticas agrarias.
"El operador se forma para hacer la 'calculadora de nitrógeno' y los planes de abonado para que el agricultor cumpla la normativa: abonar de más es perder dinero y contaminar", insiste el jefe del Servicio de Formación y Transferencia Tecnológica.
Pregunta: ¿Cuál es el perfil de los inscritos?
Respuesta (Antonio Aroca): Los matriculados para formarse y ejercer de operador agroambiental son personas en activo en el mercado laboral, con título de ingeniero agrónomo, ingeniero técnico agrícola y técnico de Formación Profesional de Grado Superior en Agricultura. Tenemos ya 250 inscripciones y daremos cursos gratuitos hasta diciembre: la primera remesa de treinta operadores estará funcionando este mes de mayo.
La parte práctica de la formación como operador incluye la instalación, manejo e interpretación de datos de las sondas de humedad, así como el diseño y la implantación de estructuras vegetales de conservación para evitar las escorrentías desde las fincas agrícolas a la albufera. Otro de los focos por los que entran nutrientes a su debilitado ecosistema que camina hacia otra anoxia que supondrá un nuevo episodio de muerte masiva de especies, tal y como ha alertado el Comité de Seguimiento del Mar Menor.
"Cuando el agua fluye sobre la superficie en episodios fuertes de lluvia, arrastra sólidos al Mar Menor. Para evitarlo se recurre a estas estructuras, plantando en contra de la corriente especies vegetales autóctonas, como el romero, la lavanda y el algarrobo, con un desarrollo radicular fuerte para frenar las escorrentías", tal y como explica de forma didáctica Antonio Aroca.
"A la hora de diseñar el contenido del curso de operadores, hemos puesto énfasis en formarles como un asesor técnico cualificado para que le haga una auditoría interna al agricultor que lo contrate, donde le diga cuáles son sus incumplimientos [de la Ley del Mar Menor] y le explique cómo puede corregirlos para evitar una multa económica en una inspección". En la práctica, a pie de finca, este operador se comportará como un inspector que analizará el consumo de agua de la explotación, el nivel de uso de fertilizantes, el rendimiento de las sondas de humedad, las filtraciones…
"El operador agroambiental adquiere una responsabilidad cuando haga sus informes para el cumplimiento de la ley y todos los productores estarán obligados a que le haga una auditoría cuando entre en vigor la orden". De modo que esta nueva figura profesional tiene garantizada su actividad laboral, bien de forma autónoma, ofreciendo sus servicios de auditoría a agricultores, o siendo contratado por empresas y cooperativas agrícolas, incluso por firmas de productos fertilizantes y fitosanitarios que incorporarán este perfil para ampliar su gama de servicios a sus clientes.
El plazo para impartir los cursos de operador agroambiental se ha acelerado ante el preocupante aspecto que presenta el litoral marmenorense, plagado de chaetomorpha linum: un alga conocida como cabello de ángel, que solo prolifera en medios salinos con concentraciones elevadas de nitratos.
La situación es crítica y el próximo 5 de junio, con motivo del Día del Medio Ambiente, varias plataformas y colectivos ecologistas han convocado una recogida simbólica de algas en playas de Los Alcázares y La Manga. El objetivo es visibilizar ante las administraciones y la Comisión Europea que el ecosistema de la albufera sigue empeorando con la temporada turística a la vuelta de la esquina.
La Rambla del Albujón
En la actualidad, el Gobierno de la Región de Murcia tiene movilizados 90 efectivos para retirar algas a diario en playas marmenorenses. Este retén tiene el apoyo de la Cofradía de Pescadores de San Pedro del Pinatar y de organizaciones como la Estación Náutica, pero la situación es desbordante, tal y como admite el consejero de Agricultura, Antonio Luengo: "Estamos viendo que en algunos puntos no es suficiente para retirar de manera inmediata toda la biomasa que se está generando".
A todo ello se suma el caudal que presenta la Rambla del Albujón. A fecha 5 de mayo, su cauce arrastra 1.121 litros por segundo de agua dulce, lo que supone la entrada de 6.076 kilos de nutrientes diarios en el ecosistema marmenorense. El dato es terrible, ya que la Consejería de Agricultura ha confirmado que solo en los cinco primeros meses de 2022 ya se han superado las entradas de nutrientes de todo 2021.
"El término rambla ya no es válido para el Albujón porque se ha convertido en un río caudaloso. Por él entran, día a día, millones de litros de agua dulce y nutrientes al Mar Menor, procedentes del elevado nivel freático, fruto de un acuífero rebosante ante el que el Gobierno de España se niega a actuar", según ha denunciado el consejero, tras su última visita a la desembocadura del citado ramblizo.
Luengo ha urgido al Ministerio para la Transición Ecológica a poner en marcha la infraestructura de bombeo de la Rambla del Albujón porque "está ocasionando un 'boom' de materia orgánica en el Mar Menor, con consecuencias nefastas para el ecosistema una vez comience a descomponerse, favoreciendo los episodios de anoxia".