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Qué es el TLP, la enfermedad mental con el mayor índice de suicidio: "Tenía miedo constante a ser abandonada"

El trastorno límite de la personalidad afecta al 10% de la población y es la afección mental con mayor riesgo de mortalidad.

6 julio, 2023 01:51

Es el trastorno mental con mayor riesgo de mortalidad y se estima que lo sufre, alrededor de un 10% de la población española. Hablamos del trastorno límite de la personalidad, definido por el DSM-V como una alteración en los pensamientos, emociones y sentimientos sobre uno mismo y los demás. 

Según un estudio sociológico sobre TLP, realizado por AMAI (Asociación Madrileña de Ayuda e Investigación del Trastorno Límite de la Personalidad), esta condición tiene un índice de suicidio 50 veces mayor que el resto de enfermedades mentales, y la esperanza de vida se reduce entre 18 y 24 años en comparación al resto.

El trastorno límite de la personalidad (TLP) es un trastorno que impacta en la forma de pensar y sentir, causando problemas para insertarse con normalidad en la vida cotidiana. Incluye problemas de autoimagen, dificultad para manejar las emociones y el comportamiento, y un patrón de relaciones inestables.

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"No todas las personas que sufren un trastorno límite de la personalidad o TLP presentan exactamente las mismas características, dos personas con este mismo diagnóstico pueden mostrar síntomas muy diferentes", explica a ENCLAVE ODS Joana Palomares Herrero, psicóloga general sanitaria experta en trastornos de la personalidad para que nos explicase en que consiste el TLP.

Esto es debido a que el TLP es un trastorno complejo, en cuyo desarrollo influyen diferentes aspectos de tipo traumático, biológico y de apego. Las personas que tienen este trastorno sufren un miedo constante al abandono y presentan una baja autoestima, por lo que les cuesta concebir que alguien les pueda querer. "Esto acaba afectando a sus relaciones personales, y acaban realizando conductas para evitar a toda costa ese abandono que, muchas veces, no es real", añade Herrero.

Y añade: "Son personas muy impulsivas, con falta de autocontrol, que les lleva a hacer comportamientos adictivos, sufrir otro tipo de trastornos como un TCA, fracaso escolar o estar en relaciones de maltrato. Su tolerancia ante la frustración es muy baja, y compensan esa frustración con este tipo de comportamientos". 

Miedo al abandono 

En el caso de Martina (pseudónimo), una joven de 26 años que convive con el TLP desde hace 6 años, fue diagnosticada con 20 años, pero asegura que llevaba conviviendo con el trastorno desde pequeña. “Tenía tanto miedo a ser abandonada, así que prefería alejarme yo antes de que se alejaran de mí”.

“Lidiaba muy mal con mis emociones. Un día me levantaba contenta, todo estaba bien a mi alrededor, y por la tarde me invadía una sensación de tristeza y rabia enorme. Al no comprender de dónde venían esos sentimientos, me frustraba y buscaba conductas autolesivas para acabar con ese dolor”.

No existe una causa específica por la que se desarrolle este tipo de trastorno. Hay veces que tiene una parte genética, puede ser incluso heredado o asociarse estrechamente con otros trastornos de la salud mental que ocurren entre los miembros de la familia. También se puede desarrollar por factores sociales: hogares conflictivos, padres emocionalmente inestables o situaciones de abuso sexual, físico y emocional.

Por ejemplo, en el caso de Martina, es 100% genético. “Afortunadamente, no he tenido ningún problema en la infancia ni en el ámbito familiar”, afirma la joven.

Tampoco existe un solo tratamiento, por lo que es muy importante realizar un diagnóstico personalizado, debido a que la sintomatología e incluso el origen del trastorno varía dependiendo de la persona. Uno de los tratamientos más usados es la terapia dialéctica conductual de Linehan. Es fundamental también llevar a cabo una psicoeducación para ayudar al paciente a comprender mejor su trastorno.

Por último, asegura Herrero, hay que trabajar con distintas herramientas que permitan mejorar el manejo de las emociones, la alteración de la identidad y la impulsividad, evitando así que se lleguen a conductas autolesivas. 

Pero, sobre todo, es muy importante acudir a un psicólogo y tratar el TLP con terapia. “Si bien los psicofármacos me ayudaron en un inicio a controlar la ansiedad o la depresión que desarrollé en un momento específico de mi vida debido al TLP, lo que verdaderamente me ha cambiado la vida ha sido la terapia”, explicaba Martina. 

“No fue un camino fácil, al principio estuve con varios psicólogos que no me acabaron de convencer. Acabé desesperada de pasar por tantos profesionales y hubo un tiempo en el que desistí y decidí abandonar el proceso. Obviamente, empeoré, y a los meses acudí a una psicóloga nueva con la que llevo trabajando ya 3 años”.

Siempre digo que a mí, mi psicóloga me ha salvado la vida. Me encontraba en un momento muy delicado de mi vida cuando comencé a trabajar con ella. Si en ese momento me llegan a decir que iba a conseguir todo lo que he conseguido hasta ahora, no me lo hubiera creído”.

Hoy en día, Martina ha conseguido llevar una vida completamente normal y ha dejado atrás un "montón de comportamientos autodestructivos". "Tengo un mayor control de mis emociones, manejo mejor los conflictos y las crisis que tengo cada vez son menores y duran menos tiempo".

Martina también ha conseguido tener una relación sentimenal sana y equilibrada, y anima a todo el mundo a no darse por vencido si la primera experiencia con un psicólogo/a es mala. “Lo fundamental es sentirte cómoda con tu psicólogo/a, encajar bien y que exista cierta conexión terapeuta-paciente. Y sobre todo tener paciencia. Es un proceso largo, con muchos altibajos, pero que merece la pena”.

Las crisis en el TLP

"Las personas que tienen trastorno límite de la personalidad suelen tener intensas, pero breves crisis en las que sus emociones se descontrolan por completo", indica la psicóloga. El sentimiento de culpa que sienten cuando termina, es enorme, por lo que es muy importante acompañarles en ese momento. 

Martina aún sigue aprendiendo a frenar estas crisis, y de momento, lo que mejor le funciona es reconocer las cosas que suelen llevarle a esa situación para así poder anticiparse.

“Si las 'pillo' a tiempo y estoy con mi pareja, por ejemplo, suelo avisarle y pedirle ayuda. Si me encuentro sola o no dispongo de alguien cercano cerca, intento salir a correr, ponerme música o realizar alguna actividad que me mantenga ocupada. Es algo en lo que sigo trabajando y no siempre lo consigo. Eso sí, hace mucho que no acudo a la autolesión cuando entro en crisis, algo que antes hacía casi a diario”

Respecto a las autolesiones, hay que dejar muy claro que no lo hacen por llamar la atención. "Responden a la rabia interna acumulada. Son personas que no les gusta hacer daño a los demás, por eso se lo hacen a sí mismos", explica la psicóloga.

Para ellos, afirma, estas conductas suponen un alivio, una liberación de la tensión para combatir un dolor emocional muy elevado. El daño físico desplaza la atención. A veces también se utiliza en forma de castigo.

Trucos para ayudar a familiares/amigos de personas que tienen TLP

  1. Mantener la calma en todo momento, haciendo que la persona se sienta apoyada y no juzgada en ningún momento.
  2. Intentar conectar con el presente y evitar irnos al futuro o al pasado, que serán recurrentes en un momento de crisis.
  3. Separa o disocia a la persona del trastorno límite, diciéndole que no se trata de ella, sino del trastorno que le hace tener esos puntos de vista, no haciéndola responsable de su conducta. Con ello, evitamos que se sienta culpable.
  4. Validar las emociones de la persona.
  5. Aunque nos parezcan causas mínimas o no suficientes para provocar una crisis, vamos a escuchar a la persona empáticamente, validándolas y expresando comprensión. Vamos a intentar validarlas, aunque dándoles puntos de vista más objetivos y menos negativos.
  6. No dejar a la persona sola en ningún momento (por el riesgo real de suicidio o conductas autolíticas).
  7. No abandonar a la persona, puesto que será uno de los principales miedos o activadores del trastorno. Repetirle que estás ahí y que no te vas a ir.

Una visión inexacta 

Existen muchísimos conceptos erróneos respecto a este trastorno como que son personas peligrosas, bipolares o que nunca mejoran. A nivel social, hay aspectos que no se nos enseñan ni se visibilizan lo suficiente. La complicación que genera el TLP es que hay mucha desinformación, incluso ignorancia. "Cuanto más visibilizado esté, la gente que lo sufre se sentirá más integrada y entendida", asegura Herrero.

Por su parte, Martina echa en falta más representación sobre el trastorno en los medios de comunicación, las películas o los libros. “En las redes sociales, sobre todo en TikTok, cada vez hay una comunidad mayor de personas con este trastorno que comparten sus experiencias, pero el alcance sigue siendo insuficiente”.

Por eso, está a favor de que la salud mental "sea un tema de actualidad" y que se aborde de una manera más amplia. "Es importante que se lance información sobre el TLP, pero también un mensaje de esperanza. Si solo se cuenta lo malo habrá mucha gente que llevará fatal el diagnóstico", concluye.