La madera como motor económico, que regenere ecosistemas degradados por la urbanización, genere empleo e industria sostenibles en zonas de paro endémico, contribuya a la agricultura ecológica y hasta capture CO₂ de la atmósfera.
Quizás demasiado bonito para ser verdad, pero son los objetivos, ambiciosos y modestos a la vez, del proyecto LIFE Madera para el futuro, encabezado por la Universidad de Granada (UGR) y financiado por la Unión Europea, que pretende recuperar como zonas forestales las alamedas de la Vega de Granada, abandonadas o degradadas por la acción humana, y ya de paso limpiar el aire de la ciudad.
En concreto, Madera para el futuro se propone plantar bosques de chopos que sirvan para convertirse en madera laminada para la construcción, un material renovable, biodegradable y neutro en emisiones de gases de efecto invernadero.
Al mismo tiempo, con el uso del régimen agroforestal, en el que los árboles conviven con otros tipos de cultivos, se pretende regenerar suelos y aire. El proyecto, oficialmente llamado Wood for future, forma parte del Programa LIFE de la Unión Europea de Mitigación del Cambio Climático, financiado por la Comisión Europea a través de la Agencia Ejecutiva Europea para el Clima, Infraestructuras y Medio Ambiente (CINEA).
Antolino Gallego, coordinador del proyecto y catedrático de Física Aplicada de la UGR, explica a ENCLAVE ODS que en el llamado régimen agroforestal los chopos “convivirán con cultivos de huerta, maíz, ajos o hierbas aromáticas”. En estas parcelas se deja entre los árboles más espacio del habitual y convive la agricultura con el bosque, explica, lo que permite que “den beneficios anuales”.
Los chopos “sirven de filtro a los fosfatos y nitratos si se usan abonos químicos, absorbiéndolos e impidiendo que se filtren en los acuíferos, ayudan a aumentar a la biodiversidad aumentando el número de insectos y capturan CO₂, fijándolo durante décadas, porque luego se convierte en vigas para la construcción”.
“Otra innovación”, añade Gallego, es que en la Vega se han plantado “una variedad de chopo nueva zona, la AF8, de patente italiana más resistente a las sequías, algo muy importante de cara al futuro”. Estas fincas, que ya están surgiendo dentro del término municipal de Granada capital, confía el coordinador del proyecto, contribuirán a paliar los problemas de contaminación de la ciudad “a modo de bosque urbano”.
Primer sistema agroforestal
Aunque más de 20 agricultores se han sumado al proyecto, la parcela demostrativa de Madera para el futuro y enseña del modelo es la llamada finca de La Nocla, perteneciente al ayuntamiento hasta el pasado diciembre, cedida a la organización ecologista local Salvemos La Vega.
En la misma se plantaron este febrero 430 chopos y se puso en marcha el primer sistema agroforestal del proyecto, ya que la mayoría de fincas privadas serán sólo de chopos. En el proyecto de investigación en La Nocla participa también el Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (Ifapa) de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía.
El problema de la contaminación y la calidad del aire en la capital granadina viene de lejos y es recurrente. El último informe de la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA), de 2019 –sigue pendiente 2021 y 2020 no es representativo por el confinamiento– señalaba que la ciudad cuadruplica los límites máximos de dióxido de nitrógeno (NO₂) recomendados por la OMS para la salud humana.
Además, encabeza el ranking de peor calidad del aire de España, por encima de capitales de mucho mayor tamaño. El área metropolitana, de hecho, es la segunda conurbación más contaminada del país, sólo por detrás de Madrid.
Dichos datos se unen los problemas de tráfico y una Vega que hace menos de 10 años se asociaba habitualmente a pelotazos urbanísticos de dudosa legalidad. Lo cual explica que en la presentación de la cesión de la finca de La Nocla a Madera para el futuro el actual alcalde de la localidad, Francisco Cuenca (PSOE), subrayase la necesidad de recuperar la zona como “el auténtico pulmón verde de Granada”.
La deforestación en la zona es bastante significativa y se calcula que en los últimos 20 años la superficie del chopo se ha reducido en 4500 hectáreas, sustituida por cultivos agrícolas intensivos.
En parte, el proyecto de LIFE Madera para el futuro se basa en entender que este relevo tiene que tener también un incentivo económico, para lo que cuentan con la asesoría de la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España y la Universidad de Santiago de Compostela, ya que el modelo es la industria de madera sostenible gallega.
Una fábrica de madera de chopo
Según datos del Clúster de la Madera y Diseño de Galicia, el sector agrupa a más de 3.000 empresas de toda la cadena de la madera de Galicia –aserraderos, fábricas de vigas, tableros, chapas y pasta de papel, empresas de muebles y contract, pellets y biomasa-, que facturó el año pasado casi 2.000 millones de euros y dio empleo a 18.000 personas.
El objetivo a largo plazo sería la creación de una fábrica de madera laminada de chopo para la construcción, que generaría industria sostenible en la zona. La normativa europea ya incentiva abandonar materiales de construcción que generan grandes cantidades de CO₂ y pueden escasear en el futuro, como el cemento o el acero, frente a una madera renovable y no solo es neutra en carbono, sino que lo captura y es fácilmente reutilizable o reciclable.
En Andalucía no existe ninguna fábrica de estas características, pero el proceso tecnológico e industrial sí está desarrollado en otras comunidades, como Galicia o el País Vasco.
De momento el primer paso de la cadena de producción está dado y una veintena de propietarios de terrenos de la Vega han dado ya los primeros pasos para constituirse como Agrupación de Ecoproductores de Madera de Chopo de Granada.
LIFE Madera para el futuro, como proyecto europeo, se fija una duración de cuatro años, pero su ambición va mucho más allá, y su objetivo es poner los conocimientos que desarolle al servicio de productores en toda la provincia o el resto de España.