Chapapote forestal: alertan de la pesadilla que crea la mezcla de agua y ceniza tras los incendios de Galicia
Los incendios gallegos de este verano arrastrarán más de un millón de toneladas de tierra y ceniza a los ríos.
14 septiembre, 2022 01:56Los incendios forestales que ha padecido Galicia estos últimos meses de verano ha provocado que más de un millón de toneladas de residuos, sobre todo tierra y cenizas, acaben siendo arrastradas a los ríos.
Asociaciones ecologistas como Arco Iris han alertado del peligro que supone para el medio natural que semejante cantidad de desperdicios acabe en los ríos tras los incendios. Desde la oenegé explican que los fuegos que arrasan Galicia han provocado una capa hidrofóbica (que repele el agua), conocida como chapapote forestal, que impide la normal filtración del agua respecto a las zonas no quemadas.
Esta dificultad para la absorción del agua, comentan desde la organización ecologista, acaba convirtiéndose en escorrentía, lo que hace que la erosión del terreno aumente.
En otras palabras, como la tierra no es capaz de absorber el agua de la lluvia, esta corre como un torrente hacia los ríos, arrastrando todo lo que hay en la superficie y evitando también que el subsuelo se humedezca.
Arco Iris revela también que, hasta el momento, se han registrado tasas de escorrentía en las zonas afectadas por los incendios hasta ocho veces superiores. Las tasas de erosión del terreno son también hasta 30 veces superiores en aquellos lugares donde tras el fuego ha habido lluvias importantes.
Situaciones irreversibles
Ante esta situación, la asociación insta a las administraciones a instaurar "con urgencia" programas de estudio de todos los factores modificadores de las áreas quemadas y a adoptar "de inmediato" mecanismos para amortiguar los impactos de los incendios, "algunos ya irreversibles".
"Es de esperar que las rías reciban en un plazo de dos o tres meses alrededor de un 38% más de escorrentía de agua con cenizas, de gran poder sedimentario y que podría afectar seriamente a los bancos marisqueros", alertan.
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Además, aclaran desde Arco Iris, "el carácter dulce de esos afluentes hídricos anormales puede traducirse en una mortandad añadida de los bancos de marisco, lo que produciría en ciertas zonas, como Barbanza, un verdadero cataclismo en la extracción de marisco y la riqueza biológica de la costa afectada".
Por último, insisten en que los cauces fluviales recibirán una cantidad ingente de depósitos sedimentarios, que causarán un impacto muy negativo en especies piscícolas y colmatarán los embalses. "Esos arrastres de cenizas se están produciendo ya en zonas como Pobra do Caramiñal", advierten.
Inversión en prevención
Los ecologistas denuncian que "la Diputación Provincial no ha realizado labores de limpieza" en zonas como la carretera de acceso al Faro de Louro "desde hace varios años y tampoco ha cumplido con sus obligaciones la Comunidad de Montes, propietaria del enclave".
También aseguran que "ni el Ayuntamiento ni la Xunta de Galicia han hecho absolutamente nada para minimizar el peligro de que esta bomba de relojería estalle más pronto que tarde".
Ante este escenario se pide que la Xunta ponga en marcha diversas medidas de emergencia para intentar mitigar el impacto ambiental que supone semejante cantidad de residuos forestales.
Entre estas acciones se encontrarían el sembrado intensivo mediante el uso de drones, mediante el que se esparcen semillas de gramíneas antes de que las lluvias acaben de arrasar con toda la superficie. Por supuesto, entienden los ecologistas, también es imprescindible la inversión en prevención y mantenimiento de los montes para evitar que el fuego haga estragos irreparables.