En muchas de las películas que hemos podido ver en los mejores cines, o incluso en nuestros hogares, cuentan historias que ocurren en islas misteriosas, desconocidas o inhóspitas. La isla de la que vamos a hablar podría ser una gran candidata para tenerla como referencia en próximos estrenos. 

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Hablamos de Cleft Island, también conocida como Skull Rock (Roca Calavera), nombre que se le ha asignado debido a la semejanza que tiene con un cráneo. Está situada al otro lado del planeta, en el Estrecho de Bass, a cinco kilómetros de la costa del estado de Victoria, en Australia. 

Se trata de una isla ubicada en medio del mar con una accesibilidad prácticamente imposible debido a sus acantilados de más de cincuenta metros de altura. De hecho, son muy pocas las personas que han conseguido llegar a ella aunque, viendo el lado positivo, así se consigue evitar que se llene de turistas. En caso de querer acceder a ella, habrá que hacerlo a través de un helicóptero y descender de él haciendo rápel.

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Solamente han sido 9 las personas que han tenido la oportunidad de acceder a esta isla, y gracias a ello ha podido mantener un aspecto similar al que tendría hace miles de años. A pesar de ello, se cuenta que se encontraron viejas balas de cañón de barcos antiguos, que utilizaban la isla como diana para practicar su puntería. 

Y es que la cavidad de esta cueva tiene unos 60 metros de altura, 130 metros de ancho y 30 metros de profundidad. Esto se debe a la meteorización y la erosión marina que hubo cuando el nivel del agua era más alto, hace milenios. A pesar de ello, hubo procesos kársticos debido a los niveles de lapiaz encontrados. Se piensa que podría haber sido una caverna en aquellos tiempos.

Esta cueva se ha convertido en un atractivo turístico, pero, debido a su difícil acceso, hay que verla de lejos, más concretamente desde el parque nacional de Wilsons Promotory, que está justo en frente de esta isla.