Groenlandia 'tirita' de miedo: su capa de hielo se ha perdido en 5.091 km2 desde 1985
Un estudio de Nature revela también que la capa de hielo groenlandesa se está reduciendo a 218 kilómetros cuadrados cada año desde el 2000.
17 enero, 2024 17:00Los glaciares de Groenlandia atienden temerosos al futuro que trae para ellos el cambio climático. Según un estudio que se publica hoy, 17 de enero, en Nature, el coloso insular ha perdido desde 1985 alrededor de 5.091 kilómetros cuadrados de su capa de hielo. Es una superficie que equivale a más de mil campos de fútbol —o a siete veces el área de Menorca— y que, lamentan los expertos, se espera que siga reduciéndose en los próximos años a ritmo vertiginoso.
La investigación, dirigida por el glaciólogo y especialista en teledetección del Jet Propulsion Laboratory de la NASA, Chad. A Greene, se basó en la utilización de imágenes satelitales con el objetivo de establecer más de 230.000 posiciones terminales de los glaciares de Groenlandia desde mitades de los años 80 hasta 2022. A partir de ellas, el equipo calculó cuál había sido el alcance del desprendimiento de estas estructuras heladas en el margen temporal delimitado por el estudio.
Las imágenes sirven como prueba gráfica de la amenaza que azota las regiones polares desde hace más de medio siglo. La capa de hielo de la macroisla danesa representa el 85% de su superficie, es la segunda más grande del mundo y una de las mayores damnificadas como consecuencia del calentamiento global. En lo que a cifras respecta, el punto en torno al que orbita la investigación de Green lo encontramos en esos cinco millares de kilómetros cuadrados que se han derretido desde 1985, lo que equivale a 1.034 gigatoneladas de hielo perdidos en tan solo cuatro décadas.
El análisis destaca también que la capa de hielo groenlandesa se ha reducido una media de 218 kilómetros cuadrados cada año desde enero de 2000. El siglo XXI no parece estar siendo especialmente considerado con la tierra verde, un territorio considerado absolutamente vital para comprender en qué estado se encuentra la salud del planeta, y cuyo estudio a lo largo del tiempo, como contempla esta investigación, puede ser crucial a la hora de prever cómo será el comportamiento de los glaciares "a largo plazo", destacan.
El deshielo groenlandés, ¿subestimado o no?
Lo paradójico de la investigación reside en lo siguiente: los expertos revelan que la cantidad de capa de hielo perdida no ha tenido una repercusión a considerar "sustancial" en el aumento del nivel del mar. Sin embargo, esto no es motivo para cruzar los brazos. Pese a ese impacto relativamente pequeño, el estudio sí que alerta de los efectos perjudiciales que puede suponer el deshielo para la circulación oceánica y, por tanto, también para la distribución de la energía térmica global.
Además de estos hallazgos, Greene y los coautores descubrieron que algunos de los glaciares que experimentaron la mayor diferencia entre el crecimiento invernal y el retroceso estival en un solo año fueron también los que más retrocedieron desde 1985 hasta 2022. Esto incluye a los denominados Jakobshavn Isbræ y Zachariæ Isstrøm; un glaciar se encuentra al suroeste y el otro en el extremo noreste groenlandés, lo que resulta un hallazgo especialmente significativo.
Hasta hace un par de años, se pensaba que los glaciares del norte de la isla eran más estables que otras regiones que llevan desde los años 80 perdiendo hielo a gran velocidad. Sin embargo, el aumento de la temperatura en la isla —vive su década más cálida en 1.000 años— y en el océano circundante, que desde principios de siglo no ha hecho más que acelerarse, se sitúan hoy como principales responsables del deshielo generalizado en toda la superficie de Groenlandia.
Finalmente, los investigadores concluyen su estudio con una afirmación ruborizante: afirman que las estimaciones que se han hecho al respecto hasta ahora, basadas en los criterios que marca el IMBIE (el ejercicio de intercomparación del balance de masa de la capa de hielo), han subestimado hasta en un 20% la reciente pérdida masiva de la masa de la capa de hielo groenlandesa, al no tener en cuenta la que se produce por encima de la superficie del equilibrio hidrostático. Son "áreas demasiado pequeñas" para permitir su detección a través de los métodos utilizados históricamente, explican al respecto.