Alerta ante la presencia de la cucaracha langosta en España: una especie más grande y fuerte que ya vive en el norte

Las cucarachas son posiblemente el insecto más temido de todos. Este tipo de temor hace tan solo unos años aparecía únicamente en primavera y verano, cuando más se reproducían; sin embargo, ahora también es posible verlas en otoño e incluso invierno. Estas visitas habituales no solo se deben al cambio climático, sino a la llegada de multitud de especies invasoras que están cambiando las reglas del juego.

En los últimos meses, España ha comenzado a experimentar una invasión de un nuevo insecto que está causando alarma tanto entre los expertos como entre la población general, ya que parecen una 'evolución' de aquello que tanto temen, la cucaracha. Los nuevos ejemplares se llaman cucaracha langosta (Nauphoeta cinerea), y además de ser más grandes, son mucho más resistentes.

Ha sido a través del estudio dirigido por el investigador del departamento de Biología de Organismos y Sistemas de la Universidad de Oviedo, Jairo Robla, con el que se ha confirmado la llegada de esta especie al país, y más concretamente, se han podido identificar 149 ejemplares en diversas áreas de Asturias.

Una nueva especie en España

El estudio dirigido por Jairo Robla, investigador del departamento de Biología de Organismos y Sistemas de la Universidad de Oviedo, ha permitido obtener una visión sobre la presencia de cucarachas langosta en Asturias. Este proyecto, que se llevó a cabo durante un período de dos años, se centró en la identificación y análisis de los ejemplares de esta especie en la región.

A través de un proceso de recolección y análisis, lograron identificar un total de 149 ejemplares en Asturias. Este hallazgo es significativo, ya que proporciona información valiosa sobre la presencia de estas cucarachas en España, donde normalmente no se encuentran en estado silvestre.

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El trabajo de Robla y su equipo no solo ha sido fundamental para entender la presencia de las cucarachas en el país, sino que también ofrece un contexto para evaluar cómo estas especies podrían adaptarse o dispersarse en áreas fuera de sus entornos habituales y a los cuales todavía no están seguros de cómo han podido llegar.

Los científicos manejan dos principales teorías acerca de la presencia de la Nauphoeta cinerea y la primera de ellas es que pudo haber llegado a través de barcos comerciales debido a la globalización del comercio. La otra es la liberación accidental por parte de algún coleccionista o entusiasta de la entomología.

En cualquiera de los casos, la cucaracha langosta ha mostrado una capacidad de adaptación al clima asturiano, lo cual ha preocupado a los expertos al ser una especie invasora que ya ha provocado, anteriormente, graves daños en los ecosistemas.

Cómo son las cucarachas langosta

Las cucarachas langosta, conocidas científicamente como Nauphoeta cinerea, son una especie de cucaracha que destaca por su tamaño y comportamiento. Aunque a menudo se les asocia con plagas y ambientes sucios, estas cucarachas tienen características y un ciclo de vida que las hacen muy interesantes para la ciencia.

Originaria de África, ha sido introducida en varias partes del mundo debido a su uso como alimento para reptiles y otros animales exóticos en cautiverio. Su nombre común "cucaracha langosta" proviene de su aspecto ligeramente robusto y su capacidad de trepar, que recuerda a las langostas en ciertos aspectos. 

A diferencia de otras cucarachas que suelen vivir en entornos domésticos, las cucarachas langosta prefieren ambientes cálidos y húmedos, y suelen encontrarse en la naturaleza bajo troncos, hojas y rocas, ya que tienen una mayor destreza y velocidad que las que ya conocemos.

Cucaracha langosta. Istock.

En términos de alimentación, las cucarachas langosta son omnívoras. Su dieta puede incluir restos de plantas, frutas, vegetales e incluso pequeños invertebrados. En cautiverio, se les suele alimentar con una combinación de frutas, verduras y piensos comerciales, lo que asegura su rápido crecimiento y reproducción.

La cucaracha langosta causa daños a los ecosistemas al competir por recursos con especies nativas, alterando el equilibrio ecológico y poniendo en riesgo la biodiversidad. Además, puede transmitir enfermedades y contaminar alimentos, representando un peligro para la salud pública.