La 'gran renuncia' llega a España: cientos de personas abandonan sus empleos en pro de la salud mental
Las renuncias se disparan un 78,9% respecto a 2021 y un 40% desde los niveles prepandemia: el bienestar emocional o el rebote de actividad, entre los motivos.
30 septiembre, 2024 00:58Han pasado más de cuatro años desde que se detectó el primer caso de Covid-19 en el territorio español y pese a que el confinamiento y las restricciones se han acabado, siguen latentes algunos resquicios de su paso por España. En aquel sombrío 2020, de un día para otro y sin apenas tiempo para reaccionar, los empleados se vieron obligados a cambiar completamente su modelo de trabajo.
Las horas en la oficina se sustituyeron por tiempo trabajando desde el sofá, y los cafés con compañeros pasaron a ser desayunos solos en la cocina de casa. Y aunque muchas de las cosas cambiaron a peor, también hubo mucho tiempo para pensar y eso hizo que hombres y mujeres se replantearan su vida tal y como era en aquel momento.
Entre esas cuestiones, explica Sílvia Balcells, directora general de Synergie en España, una multinacional especializada en soluciones globales de recursos humanos, "muchas personas reflexionaron sobre su situación laboral y reevaluaron sus prioridades". Esto, dice, "llevó a una mayor conciencia entre el equilibrio de la vida personal y profesional, lo que empujó a los empleados a valorar aspectos como la flexibilidad horaria, el bienestar, la posibilidad de trabajar en remoto y la conciliación".
En consecuencia, esto se tradujo, de cara al 2021, en un 40% más de bajas de afiliación a la seguridad social por dimisión, reflejando "una búsqueda de mejores condiciones, tanto laborales como de calidad de vida, que las empresas prepandemia no siempre ofrecían". Ahora, en 2024, España ha vuelto a batir récords, incrementado aquella cifra de hace tres años en un 78,9% más. Y nos preguntamos, ¿qué está fallando en el mercado laboral?
¿Quién dimite?
Vayamos de lo más amplio a lo más concreto. Si hablamos de países, este no es un fenómeno exclusivo de España y en territorios como Alemania, Países Bajos y Reino Unido, también se ha experimentado un incremento similar. Un hecho que Balcells justifica, "en parte, porque disponen de mercados laborales muy dinámicos que ofrecen oportunidades amplias a los trabajadores".
Además, indica, "estos países cuentan con entorno donde la flexibilidad laboral y la búsqueda de un equilibrio entre la vida profesional y personal ha ganado mucha relevancia".
La situación actual se trata, como bien decíamos, de una continuación de aquella 'gran renuncia' producida en Estados Unidos en 2021, donde, asegura Balcells, según un informe de Microsoft "el 40% de la fuerza laboral mundial consideró la posibilidad de abandonar su puesto de trabajo" antes de finalizar el año.
Si ponemos el foco en los sectores más afectados, destaca el tecnológico. ¿El motivo? Según la directora general de Synergie, la consolidación de los modelos de trabajo híbridos y remotos y la digitalización de las empresas, lo que ha incrementado las expectativas de los trabajadores.
Porque, dice, pese a que muchas de estas empresas fueron "pioneras en ofrecer flexibilidad laboral, están viendo cómo sus empleados demandan mejores condiciones, salarios más elevados y una cultura corporativa que priorice el bienestar". Lo que ha hecho de ellos personas "más propensas a cambiar de trabajo si las condiciones ofrecidas divergen de sus expectativas".
Sin embargo, no es el único sector. Balcells señala que los trabajadores que estuvieron expuestos a una alta presión durante la pandemia, como fueron los sanitarios, también han experimentado lo que se conoce como 'burnout' o, en otras palabras, estar quemado.
Junto a ellos, la hostelería también ha sido uno de los grandes perjudicados como consecuencia del golpe que sufrió tanto con el cierre temporal en momentos de Covid, como con las dificultades para atraer y fidelizar al talento que está observando.
En cuanto al perfil del trabajador, expone Balcells, se trata, "por lo general, de personas jóvenes y cualificadas, de entre 25 y 40 años". Un grupo que, dice, "se caracteriza por tener un elevado nivel educativo y una alta demanda en el mercado laboral, lo que les aporta mayor seguridad para cambiar de empleo". En concreto, en los "sectores tecnológicos, relacionados con la salud, creativos o de servicios".
Resquicios de la pandemia
El interés por la salud mental se ha visto especialmente incrementado a partir de la Covid-19 y, en consecuencia, ha crecido la conciencia sobre la salud laboral. Y es que, cuenta Balcells, "el agotamiento provocado por el confinamiento, la incertidumbre económica y la presión por adaptarse a nuevas formas de trabajo llevó a un aumento significativo en los casos de 'burnout' y estrés laboral".
Un hecho que, dice, "si sumamos a que muchas personas han tenido más tiempo para reflexionar, nos encontramos la tormenta perfecta"; y así ha sido. Desde entonces, explica la portavoz de Synergie, "el bienestar se ha situado en el centro de sus prioridades en el momento de escoger si mantenerse o no en un empleo".
Además, subraya, "la creciente visibilidad y mayor aceptación de los problemas de salud mental en los últimos años ha contribuido a que los empleados se sientan más empoderados para tomar este tipo de decisiones, siempre que favorezcan su bienestar emocional".
Sin embargo, pese a que este ha sido un factor determinante, no ha sido el único y "la búsqueda de mejores condiciones laborales, especialmente en sectores como la hostelería y el turismo o el sector primario" también ha sido una causa clave para las bajas voluntarias.
Porque, asegura Balcells, "los empleados ya no se rigen únicamente por la búsqueda de salarios más altos. Buscan que les enamore un proyecto, que les motive y que las organizaciones apuesten por el bienestar de sus empleados, ofreciendo entornos laborales flexibles que les permitan una mayor conciliación entre la vida personal y profesional".
De hecho, para muchos, explica, "la posibilidad de adaptar modelos de trabajo híbridos o totalmente remotos se ha convertido en un factor decisivo". Especialmente para quienes no viven en áreas urbanas o que lo experimentaron durante la pandemia.
Cómo retener talento
Para hacer frente a esta situación, confiesa Balcells, "las empresas están implementando diversas estrategias, enfocadas a fidelizar al talento a través de mejores condiciones laborales y la apuesta por la cultura del bienestar". Entre las acciones más habituales, se encuentra la flexibilización de horarios, la posibilidad de trabajar en remoto o en modelos híbridos y un mayor enfoque en la conciliación.
Al mismo tiempo, desde Synergie están siendo testigos de "un incremento en la inversión por parte de las organizaciones en programas de formación en materias como bienestar corporativo, trabajo en equipo, comunicación y resolución de conflictos o liderazgo". Todo ello, asegura, con el objetivo de "aumentar la satisfacción de los empleados y fomentar su compromiso".
Y es que, tal como explica el estudio Better Work 2024, realizado por Betterfly y Criteria, "un alto nivel de compromiso no solo mejora el rendimiento individual y colectivo, sino que también impulsa la innovación, reduce la rotación de personal y fortalece la cultura organizacional".
Las dimensiones del compromiso organizacional
La investigación exploró las seis dimensiones del compromiso organizacional, que los trabajadores evalúan en una escala del 1 (menos importante) al 5 (más importante). Como resultado del análisis, se obtiene un Indicador de Compromiso.
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Permanencia: la predisposición a permanecer y crecer profesionalmente en la empresa.
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Legado: la percepción del impacto del trabajo individual en el éxito de la compañía.
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Orgullo: el valor personal que representa trabajar en la compañía.
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Recomendación: la disposición a recomendar la empresa como un buen lugar para trabajar.
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Prestigio: el valor social de ser parte de la empresa.
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Disfrute: la satisfacción derivada de realizar las tareas diaria del trabajo.
El reporte señala que, entre las claves para mejorar dicho compromiso, se encuentra —en orden de importancia— el clima laboral, destacando la relación con la jefatura, la cultura, el propósito corporativo, los beneficios y, en último lugar, la compensación monetaria.
Por ese motivo, señala Balcells, otra de las estrategias que se están implementando las compañías es "el fortalecimiento de la cultura empresarial", donde "estas deben analizar si sus valores se alinean con los de sus empleados" con el propósito de que "se sientan valorados, respetados y motivados".
Frente a este escenario, la portavoz de Synergie asegura que "las organizaciones que no rediseñen sus estrategias de recursos humanos para adaptarse a estas nuevas dinámicas corren el riesgo de experimentar un incremento en sus tasas de rotación y dificultades para atraer el talento, lo que, en definitiva, se traducirá en una pérdida de competitividad".