Los humedales son una pieza clave del ecosistema, pero desde hace varias décadas sufren una lenta agonía en todo el planeta. La mala gestión del agua, la climatología o las actividades humanas están ahogando a prácticamente la totalidad de estos hábitats en España. Un 85% ya presentan un estado de conservación preocupante.
Así lo indica el último informe de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/Birdlife), publicado con motivo de la celebración hoy del Día Mundial de los Humedales. Son cifras alarmantes, porque son cuna de casi la mitad de las especies del mundo, una barrera ante posibles inundaciones, abastecen de agua y mitigan el cambio climático a través de la captación de dióxido de carbono.
Una de las conclusiones de los informes del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente es que los humedales continentales y costeros son el tipo de ecosistema más valioso en el sentido socioeconómico, con un valor global de los recursos del ecosistema para la gente estimado en 15 trillones de dólares por año, es decir, cerca del 45% del valor de todos los ecosistemas naturales del planeta.
Su importancia, por tanto, es mundial y son motivo suficiente para que, en 1971, los dirigentes de 18 países se reunieran en Ramsar (Irán), donde adoptaron la Convención sobre los Humedales (también conocida como Convención de Ramsar), con el objetivo de protegerlos. Hasta ese momento, al menos el 64% de los humedales del mundo habían desaparecido.
En España, las cifras más recientes disponibles constataban que más del 60% de la superficie original de zonas húmedas había desaparecido hasta la década de los años 90. Eso sin mencionar cómo una gran parte de los hábitats acuáticos naturales se están perdiendo. Es el caso de Doñana, Daimiel o el Delta del Ebro, o incluso la completa desaparición de humedales como el de La Janda o la laguna de Antela.
En el caso de estos últimos, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico se comprometió a iniciar las tareas para avanzar en la recuperación y restauración de ambos humedales. Estimó en 1.000 hectáreas la superficie a recuperar en el primero y 500 hectáreas en el segundo. No obstante, hasta la fecha, en ninguno de los dos casos han existido avances conocidos.
En la actualidad, España lidera el Convenio Ramsar por el número de humedales reconocidos por su importancia internacional. Cuenta con al menos 75, lo que convierte a nuestro país en el tercero del mundo, solo por detrás de Reino Unido y México. Sin embargo, suman en total más de 304.564 hectáreas para las que su protección activa y conservación a largo plazo no está asegurada.
La revisión llevada a cabo por SEO/Birdlife concluye que todos los humedales Ramsar analizados sufren una presión global calificada como alta o muy alta, que afecta a la extensión y calidad del hábitat requerido por las poblaciones de aves acuáticas.
Las principales amenazas son las relacionadas con la gestión del agua y afectan al 60% de humedales analizados. Le sigue la agricultura, que impacta sobre el 38% de los humedales analizados. Otras están relacionadas con factores climáticos, con fenómenos extremos como sequías e inundaciones, que afectan también al 38% de los humedales analizados.
Las principales amenazas son las relacionadas con la gestión del agua y afectan al 60% de humedales analizados
Doñana, S’Albufera de Mallorca, L’Albufera de Valencia, Delta del Ebro, Laguna de Gallocanta y el Mar Menor son los puntos negros de nuestro país. Áreas calificadas como importantes para la conservación de las aves y la biodiversidad y, sin embargo, se encuentran entre las más amenazadas del mundo.
Las lagunas costeras, un termómetro
Al menos el 70% del agua dulce en España se encuentra en una situación desfavorable. Una suerte compartida por las lagunas costeras. Estos son espacios abiertos de aguas costeras salobres someras, de salinidad y volumen de agua variable, que pueden estar total o parcialmente separadas del mar por bancos de arena, gravas o, con menor frecuencia, rocas.
La revisión realizada por SEO/Birdlife concluye que su situación en España no solo no ha mejorado en los últimos años, sino que ha empeorado y refleja una imagen desalentadora del compromiso gubernamental por la conservación y protección efectiva de estos ecosistemas. Y para comprobarlo, no hay más que observar los episodios que han rodeado a los humedales en estos últimos años.
El pasado mes de agosto, volvieron a aflorar los cadáveres de toneladas de peces en el Mar Menor. Sus aguas, putrefactas y verdes, se habían intoxicado hasta tal punto que habían dejado sin oxígeno a las especies que habitaban la que se conoce como la mayor laguna salada de Europa. El exceso de nutrientes al que se enfrenta ha dejado este hábitat cerca de la asfixia en varias ocasiones.
Asimismo, sin dejar a un lado la sobreexplotación de los recursos hídricos que sufre Doñana y los vertidos a la laguna de L’Albufera de Valencia, hay una cara especialmente visible en la crisis de los humedales españoles.
Por primera vez, desde hace 170 años, se ha declarado una especie de ave extinta en Europa. Se trata del torillo andaluz, un ave acuática parecida a una codorniz. La última vez que se había tenido constancia de este animal fue en los años 80 en Andalucía.
La destrucción de los humedales costeros, donde crían especies como esta, está acabando con la supervivencia de especies con un alto valor ecológico. De hecho, los resultados obtenidos en el informe publicado por SEO apuntan a una insuficiente y grave falta de conservación de las poblaciones de aves acuáticas.
En total, al menos el 22% de las poblaciones invernantes y migrantes de especies aves acuáticas presenta importantes problemas de conservación, cifras que se disparan al 63% en el caso de las poblaciones reproductoras. En este sentido, y como concluye el estudio, casi 3 de cada 10 especies de aves que dependen del agua están gravemente amenazadas.
El 63% de las poblaciones reproductoras de aves acuáticas presenta importantes problemas de conservación en nuestro país
El estado de los humedales es, por tanto, alarmante. Por este motivo, por parte de la ONG, se ha presentado la declaración de las lagunas costeras como el primer hábitat en peligro de desaparición de España dentro del Catálogo Español de Hábitats en Peligro de Desaparición, pendiente aún de aprobación.
Como explica Roberto González, responsable del programa de Aguas de SEO/BirdLife, "esta petición, podría acelerar una intervención rápida y eficaz para salvar del deterioro absoluto y la muerte ecológica de Doñana", además del "Mar Menor, que representa el 40% de las lagunas costeras amenazadas en España, y la albufera de Valencia, con el 20%". De hecho, puntualiza, "los tres juntos representan más del 90% de las lagunas costeras de España".
Por todo lo explicado, la organización reclama a las autoridades "compromisos firmes" que corrijan las carencias en la conservación de los humedales. Piden "respaldarse en la información científica existente" y "dejar de mirar a otro lado". Para SEO, es una obviedad el colapso ambiental al que se enfrentan los humedales más emblemáticos de España y, por ende, las especies de aves ligadas a ellos.