Los denominados vuelos fantasma se están convirtiendo en una gran fuente de preocupación para los ecologistas, pero también para los políticos europeos.
Según revela una información del diario británico The Guardian, casi 500 vuelos vacíos salieron del Reino Unido entre octubre y diciembre de 2021. Una petición parlamentaria ha pedido el fin de tales trayectos y ya ha sido firmada por 14.000 personas en el país.
Los vuelos fantasma son aquellos que se realizan sin pasajeros o con menos del 10% de su capacidad. Este problema ha sido constante desde el inicio de la pandemia y estos vuelos se atribuyen al sistema existente en los aeropuertos, por el cual las aerolíneas deben realizar al menos el 80% de sus vuelos para conservar sus turnos de aterrizaje.
Volar es una de las actividades que más emisiones de carbono pueden realizar. Según un análisis reciente realizado por Greenpeace, se estima que el número total de vuelos fantasmas para este invierno en Europa podría superar los 100.000.
Esto originaría la emisión aproximada de 2,1 millones de toneladas de CO₂. Es decir, el equivale a las emisiones anuales de 1,4 millones de coches diésel o gasolina medios.
La compañía alemana Lufthansa, por ejemplo, anunció en enero que operaría un estimado de 18.000 vuelos fantasmas durante todo el invierno para mantener todas sus franjas horarias.
Debido a la pandemia de la covid-19, la Comisión Europea redujo temporalmente el umbral a al menos el 50% de los vuelos, pero en marzo se aumentó al 64% de los vuelos. “Sería irresponsable por parte de la UE no poner fin a los vuelos fantasma y prohibir los vuelos de corta distancia”, señala Herwig Schuster, portavoz de la campaña European Mobility For All de Greenpeace.
Desde la oenegé ecologista solicitan a la Comisión Europea y a los gobiernos nacionales que pongan fin a la regla que fomenta este tipo de vuelos y que se prohíban de forma definitiva aquellos de corta distancia donde existe una conexión de tren alternativa de menos de seis horas.
Una recuperación detenida
El tráfico aéreo mostró síntomas de recuperación durante el tercer trimestre de 2021 gracias a la vacunación y a la eliminación progresiva de las restricciones. Sin embargo, según un reciente informe de Deloitte titulado El despegue del sector aéreo, la variante ómicron ralentizó la dinámica y provocó que la cifra de vuelos de 2021 terminara siendo un 44% menor que la cifra de 2019.
El mismo informe señala que “aunque las previsiones previas al conflicto en Ucrania indicaban que el tráfico aéreo global se recuperará entre 2023 y 2024, nos seguimos encontrando ante una incertidumbre desconocida sobre cómo será la recuperación y el futuro del sector”.