Una niña cogiendo un libro en una biblioteca

Una niña cogiendo un libro en una biblioteca iStock

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Bibliotecas y galerías de arte se convertirán en refugios contra el frío ante la escasez energética que se avecina

Ante la subida de los precios, varios ayuntamientos han propuesto habilitar espacios públicos para soportar las bajas temperaturas del invierno.

30 agosto, 2022 15:23

Debido a la tendencia ascendente del precio de la energía, los expertos predicen que este invierno será uno de los más duros de nuestra vida. Muchas familias no podrán permitirse encender la calefacción este año o tendrán que regular su consumo para evitar que sus facturas se disparen. 

Aunque en España la situación está más o menos controlada (gracias a la entrada en vigor hace unos meses de la conocida como "excepción ibérica"), en otros países aumenta la preocupación ante un invierno que, de registrarse temperaturas muy bajas, puede ser especialmente duro. 

Reino Unido es uno de esos países. Allí, el regulador del sector energético Ofgem anunció hace unos días que los consumidores tendrán que afrontar este octubre una subida de hasta el 80% en el precio de la energía, y el límite estará en los 3.549 libras (unos 4.000 euros).

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La noticia acerca de la subida del límite del precio energético, que podría seguir subiendo hasta alcanzar en los próximos meses las 5.000 libras (en torno a 6.000 euros) —y hasta y los 7000 (8.100€) en abril, según algunas previsiones—, ha creado un debate en el país sobre cómo debe afrontar el gobierno esta crisis, que afectará a alrededor de 24 millones de hogares británicos. 

Esta crisis llega, además, en un momento político complicado para el Reino Unido, después de que el primer ministro, Boris Johnson, dimitera el pasado mes de julio. Por tanto, las medidas que se tomen en los próximos meses en relación al problema del precio de la energía dependerán de quién le releve en el cargo. 

A este respecto, Johnson ha asegurado que cualquiera de los candidatos a ocupar su puesto anunciará un “gran paquete de medidas de ayuda financiera”, aunque ha admitido que los próximos serán difíciles, “quizá muy difíciles”. 

Una solución alternativa

Mientras tanto, varios ayuntamientos británicos han dado con una solución alternativa. Esta consiste en la utilización de espacios públicos como refugios cálidos, y han anunciado que este invierno algunas de sus bibliotecas, galerías de arte, espacios religiosos y centros comunitarios estarán abiertos para todo aquel que necesite resguardarse del frío.

El ayuntamiento de Birmingham ha sido el último en sumarse a esta iniciativa, que ya habían compartido otros ayuntamientos como el de Bristol, Dundee o Glasgow. Además, según han anunciado las autoridades de la ciudad, los habitantes de Birmingham podrán consultar en un mapa los lugares habilitados al efecto. 

A propósito del anuncio, el concejal laborista John Cotton ha criticado en su cuenta de Twitter la inacción del gobierno Tory ante la crisis energética, y ha explicado la propuesta de su partido para el ayuntamiento de Birmingham.

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“Hacer frente al frío va a ser un gran reto para mucha gente, debido a la espiral de precios de la energía doméstica. Vamos a trabajar con nuestros socios en la ciudad para encontrar sitios donde la gente pueda ir a resguardarse del frío”.

Catherine Donovan, número dos del ayuntamiento de Gateshead, declaró también que estaban creando una red de “espacios cálidos a los que la gente pueda acudir para protegerse del frío y donde poder tomar un café y una galleta”.

En Escocia, el Sunday Mail informó el mes pasado de que nueve ayuntamientos estaban trabajando también en esta solución, entre los que estaban el ayuntamiento de Dundee, el de Aberdeen o el de Glasgow. 

La propia Ofgem ha llamado también al gobierno a la acción para que encuentre una solución rápidamente y minimice el impacto que la subida del coste de la energía puede tener sobre la vida de los británicos. 

Según una encuesta realizada recientemente, casi un cuarto de la población británica afirma que este invierno no pondrá la calefacción, y casi el 70 por ciento asegura que la usará menos para ahorrar en la factura. 

El gobierno, por su parte, ha declarado ser consciente de la preocupación por este asunto entre la población, aunque ha intentado defenderse de las críticas achacando el incremento en los precios al contexto global y, en concreto, a la guerra de Ucrania.