Fotograma de la películo 'El planeta de los simios'.

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Un profesor de la Universidad de Oxford predice el animal que dominará la Tierra tras el ser humano: no son los primates

Raquel Nogueira
Publicada

El ser humano ha cambiado sustancialmente la morfología terrestre. La expansión de nuestra especie sobre la faz de la Tierra no tiene parangón. Pero ¿qué ocurriría si dejásemos de existir? ¿Y si los humanos —dentro de más o menos tiempo— sufriéramos el mismo destino que los dinosaurios? Precisamente eso es sobre lo que teoriza un profesor de la Universidad de Oxford.

Tim Coulson, investigador en el prestigioso centro educativo británico, publicaba a finales de año un libro que en pocos meses verá la luz en España: The Universal History of Us, que la editorial Crítica editará en marzo bajo el título La historia universal de nosotros. En él, hace un recorrido de 13.800 millones de años —desde el Big Bang hasta hoy— e, incluso, se atreve a imaginar qué pasará cuando el ser humano desaparezca. 

Porque, explica, todas las especies tienen fecha de caducidad en el planeta. Puede ser más o menos lejana, pero la evolución demuestra que, tarde o temprano, ya sea a base de mutaciones genéticas o eventos extremos —como un cambio climático o el impacto de un meteorito—, unos animales desaparecen y otros llegan para reemplazarlos.

Ese, asegura, Coulson, acabará siendo el futuro de la especie humana. Y es que, como explicó en una entrevista en la web The European, "la evolución es un proceso de cambio gradual que sufren todos los organismos vivos con el paso del tiempo". Es, dice, la clave para adaptarse al entorno. 

También insiste en que "la extinción es el destino de todas las especies" y, precisamente por eso, empezó a preguntarse "quién ocuparía nuestro lugar". Su primer insisto fue apostar por los primates, esos parientes lejanos del ser humano.

Ni simios ni delfines

Pero rápidamente desechó la idea: los grandes simios podrían extinguirse junto a los humanos. Pues, matiza, "se enfrentan a los mismos desafíos que nosotros". 

Por otro lado, "ciertas aves, como los cuervos o los loros, son muy inteligentes y pueden resolver puzles bastante complejos. También pueden construir áreas de anidación compartidas que puedan durar muchos años, fomentando lazos comunitarios a largo plazo y un tipo de cultura sencilla", explica.

Y continúa: "Algunas especies de insectos construyen hábitats intrincados y elevados que hacen eco de la complejidad y organización encontradas en las sociedades humanas, aunque este comportamiento está impulsado por el instinto (genética) más que por la inteligencia".

A pesar de todo ello, descarta que los pájaros o los insectos tengan la capacidad de "asumir el papel ecológico una vez ocupado por los humanos". El problema está en que "carecen de las habilidades motoras necesarias para construir una civilización".

Y es que, dice Coulson, "el futuro de la vida en la Tierra probablemente vería ecosistemas reequilibrados y nuevas formas de inteligencia y complejidad que emergen de maneras inesperadas". La vida, recuerda, "probablemente persistirá en la Tierra por otro billón de años".

Civilización de ocho patas

Entonces, ¿qué animal nos reemplazará cuando llegue ese momento? El profesor de Oxford tiene un favorito, que despunta por encima del resto: los pulpos

Su inteligencia excepcional, su capacidad de adaptación y sus habilidades para resolver problemas lo convierten en el candidato perfecto para coger el testigo humano en su rol ecosistémico en el planeta. Especialmente, indica el experto en su libro, sus aptitudes cognitivas y de comunicación, combinadas con su anatomía única, hacen que los pulsos seas más resilientes que los humanos u otros mamíferos. 

Así, asegura que podrían llegar a construir toda una civilización en un mundo poshumano. Porque, dice, tienen todas las características necesarias para convertirse en "la próxima especie inteligente del planeta después de los humanos". 

Eso sí, su teoría es puramente especulativa, tal y como él mismo confirme, y se basa en la observación. "¿Los pulpos construirán vastas ciudades submarinas y llegarán a tierra usando aparatos respiratorios para disparar a un ciervo? No tenemos forma de saberlo. Pero ciertamente no podemos descartarlo", reconoce Coulson.

Y recuerda: "¿Habría predicho que nuestros antepasados, que vivían hace unos pocos millones de años, evolucionarían en humanos y dominarían el planeta? Probablemente no. Sin embargo, los humanos aprendieron a pescar y a navegar sobre y bajo el agua, por lo que también es posible, si no probable, que los pulpos puedan hacer lo mismo en tierra".