A estas alturas nadie duda de que el sector turístico ha sido uno de los más castigados por la covid-19.
Hace más de 19 meses del estallido de la pandemia que paralizó muchas actividades económicas, especialmente el turismo. Y aunque todavía estamos lejos de la plena recuperación y de alcanzar las cifras récord del 2019, podemos afirmar que su recuperación está en marcha y se consolida mes a mes.
Como acabamos de conocer, el pasado mes de agosto España recibió cerca de 5,2 millones de turistas internacionales, lo que supone un 112,8% más que en el mismo mes de 2020. Además, su gasto total se situó en los 5.902 millones de euros, lo que supone un aumento del 140,2% respecto al mismo mes del año anterior.
Finalmente, en septiembre se crearon 134.903 afiliados más que en septiembre de 2020, lo que supone un incremento interanual de un 6%.
Y todo ello gracias a un factor fundamental: el proceso de vacunación que nos ha situado como uno de los países con una alta inmunidad de grupo. Es un gran éxito que hayamos superado ya el 75% de población vacunada con la pauta completa.
La positiva situación epidemiológica ha provocado que los principales países emisores de turistas, como Reino Unido o Alemania, hayan relajado las exigencias a sus ciudadanos que quieren viajar a España. Esto, junto a la apertura del mercado estadounidense, nos permite encarar los próximos meses con optimismo.
La vacunación, junto a la extraordinaria red de seguridad que el Gobierno de España ha desplegado desde el inicio de la pandemia, con medidas muy eficaces como los ERTE, la nueva prestación a autónomos, la línea ICO y los 11.000 millones de euros de apoyo a la solvencia empresarial, son las principales políticas públicas que tienen la capacidad de devolvernos a las cifras turísticas anteriores a la pandemia.
Otro aspecto que también está permitiendo reactivar el turismo son los instrumentos para facilitar la movilidad internacional y hacerlo de forma segura.
Nuestro objetivo no debe ser solo recuperar los niveles de turismo anteriores a la pandemia, sino consolidar nuestra posición de liderazgo mundial
Desde el Gobierno hemos sido firmes impulsores del Certificado Digital UE-covid y España es uno de los primeros países que desde el 7 de junio expide y reconoce los diferentes tipos de prueba que contempla ese certificado –antes incluso de que esta herramienta estuviera plenamente operativa en toda la Unión, desde el pasado 1 de julio–.
Pero nuestro objetivo no debe ser solo recuperar los niveles de turismo anteriores a la pandemia. Debemos consolidar nuestra posición de liderazgo mundial y para ello debemos aprovechar los fondos Next Generation EU.
Para alcanzar esta meta vamos a poner en marcha el Plan de Modernización y Competitividad del sector, un plan ambicioso, con una inversión pública sin precedentes de 3.400 millones de euros.
Este plan es una de las 20 políticas de inversión tractoras del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
Nuestra prioridad es abordar, junto a la reactivación del sector, las transformaciones necesarias para modernizar nuestro modelo turístico, con pilares basados en la sostenibilidad, la calidad, la seguridad y la digitalización como hoja de ruta. Este es el futuro de nuestro turismo.
En el futuro no tiene cabida ninguna forma de turismo que no sea sostenible desde un punto de vista medioambiental, socioeconómico y territorial.
No tiene cabida ninguna forma de turismo que no sea sostenible a nivel medioambiental, socioeconómico y territorial
La sostenibilidad medioambiental, la conservación del medio, la mejora de la eficiencia energética y la introducción de aspectos de economía circular en el turismo permitirán al sector acelerar su participación en la transición ecológica, en consonancia con la gran estrategia verde que representa el Green Deal europeo.
En el ámbito de la de sostenibilidad socioeconómica, es fundamental ser referentes en materia de desestacionalización turística y bienestar del conjunto de las comunidades de acogida.
No hay gestión eficaz del turismo sin una estrategia de desestacionalización, que disminuya la presión sobre la capacidad de carga de los destinos y ofrezca distintas experiencias turísticas que atraigan a visitantes fuera de la temporada alta.
Sin lugar a dudas, quedan retos también pendientes en nuestro mercado de trabajo turístico, incluyendo aspectos como la mejora de las condiciones laborales y salariales de los trabajadores del sector, la necesidad de luchar contra la temporalidad o la mejora de la formación, la capacitación y cualificación profesional.
Por lo que hace a la sostenibilidad territorial, la vertebración del territorio no es ajena al hecho turístico. El viajero, con su sola presencia, transforma el medio.
El turismo rural o de interior es un destino que nos ofrece no sólo una interesante oportunidad de negocio, sino una herramienta para la generación de riqueza y la fijación de la población al territorio.
El turismo, como ningún otro sector, favorece un reparto equilibrado de la riqueza.
No hay gestión eficaz del turismo sin una estrategia de desestacionalización
Para abordar los retos en materia de sostenibilidad, vamos a poner en marcha los Planes de Sostenibilidad Turística en Destino, dotados con 1.900 millones de euros.
La sostenibilidad la vamos a trabajar en destinos, en empresas, en las relaciones laborales y también en nuestra estrategia país, en nuestra hoja de ruta política. Y es que hoy sabemos que nuestra competitividad como destino se basa en saber aprovechar ciertas ventajas, entre las que la sostenibilidad es un pilar central.
Muchos modelos y estudios ya lo corroboran, como los Índices de Competitividad de Viajes y Turismo del Foro Económico Mundial o el Sistema Europeo de Indicadores Turísticos. Sostenibilidad y seguridad van a determinar la reactivación del turismo.
Los Planes de Sostenibilidad Turística en Destino persiguen modernizar nuestros destinos más pioneros para que no pierdan competitividad. Además de desarrollar nuestras zonas de la España interior, donde la actividad turística tiene aún margen de crecimiento y capacidad para tirar de la economía local y, con ello, frenar la pérdida de población.
Sostenibilidad y seguridad van a determinar la reactivación del turismo
Pero también queremos hacer una apuesta estratégica por el destino urbano, que concentra aproximadamente un cuarto de la demanda turística internacional hacia España. El turismo urbano es intensamente competitivo, desestacionalizado y afronta retos considerables en materia de sostenibilidad social, territorial y medioambiental.
Con los fondos europeos, estos planes, que ya recuperamos en 2020 con los Presupuestos Generales del Estado, van a adquirir una nueva dimensión al poder financiar proyectos mucho más ambiciosos.
Estamos hablando, por ejemplo, de actuaciones de esponjamiento, de supresión de equipamientos obsoletos para ganar espacios públicos o mejorar la movilidad del turista en el destino.
Junto a los Planes de Sostenibilidad, y para acompañar a las empresas turísticas en su transición verde, hemos previsto una inversión de 760 millones de euros, con la que vamos a financiar proyectos de eficiencia energética y economía circular en empresas turísticas.
Aquí completaremos los recursos que nos proporcionan los fondos europeos con recursos propios de la Secretaría de Estado de Turismo. Hablamos, por ejemplo, de la instalación de sensores para el ahorro energético y de materiales para el aislamiento térmico, de planes de reutilización y reciclado de residuos, de producción y obtención de suministros de proximidad, planes de kilómetro 0, o de instalación de sistemas de climatización o energéticos más eficientes, de bajo consumo o de fuentes de energías renovables.
El nuestro es un sector muy atomizado. El 92,2% de las empresas del sector turístico de nuestro país tiene menos de diez empleados. Incluso en el sector del alojamiento, donde tenemos cadenas entre las más grandes del mundo, se da esta atomización. Ocho de cada diez establecimientos hoteleros en España tienen tres estrellas o menos y emplean al 35% de la plantilla de trabajadores de nuestros hoteles y hostales.
Pocas actividades como la turística tienen tanta capacidad de generar riqueza y bienestar en los territorios y sus gentes
A nuestros establecimientos más pequeños y modestos, pero también a nuestros destinos turísticos incipientes, va dirigida fundamentalmente la reconversión que vamos a acometer en nuestro Sistema de Calidad Turístico Español.
Su objetivo es transformarlo en un programa de mejora continua que contribuya a que nuestros negocios y destinos turísticos alcancen la excelencia y el aprendizaje constante.
Este sistema, que hoy ofrece manuales de buenas prácticas y formación específica a 36 subsectores de nuestra industria, lo vamos a completar incorporando elementos asociados a la sostenibilidad, tales como la calidad del empleo, el impacto sobre el territorio, el bienestar de la comunidad o la satisfacción del visitante.
Concebimos este programa como la plataforma que proporcionará la formación mínima de calidad a nuestros destinos y establecimientos turísticos para que estén bien preparados en una etapa posterior para dar el salto a su conversión en Destinos Turísticos Inteligentes o a una especialización mayor en caso de tratarse de una empresa, como pudiera ser su integración en un club de producto turístico.
La apuesta decidida que hacemos con nuestro plan por la sostenibilidad de nuestro modelo en su triple dimensión persigue, en definitiva, que España siga reteniendo su posición de liderazgo en competitividad turística y que el turismo siga siendo la locomotora del conjunto de nuestra economía. Pocas actividades como la turística tienen tanta capacidad de generar riqueza y bienestar en los territorios y sus gentes.
Hay que dejar de medir el éxito turístico por el número de turistas, y hacerlo por el gasto turístico y la estancia media
El futuro del turismo nos obliga a apostar por la calidad en nuestros destinos y el desarrollo de producto turístico. España es líder en sol y playa, pero lo queremos ser también por nuestra gastronomía, nuestra oferta cultural y patrimonial, nuestros espacios naturales y el turismo congresual o de compras, el de bienestar y el de ocio a través de la oferta de parques temáticos y de atracciones.
Además, vamos a dedicar inversiones a la modernización de las zonas comerciales de gran afluencia turística, para que el comercio se convierta en una parte consustancial de la experiencia turística.
Invertiremos también en la recuperación, mantenimiento y puesta en uso turístico de nuestro patrimonio histórico y cultural como uno de nuestros principales reclamos para el visitante internacional.
Otro producto más novedoso es el turismo ligado al sector audiovisual. En un reciente viaje a EE.UU., pude comprobar el potencial de este sector como promoción de España en el mundo.
Y, finalmente, hemos presentado un plan de 120 millones ligado al Xacobeo, de cara a un producto que creemos que se va a consolidar en los próximos dos años, en los que celebramos el Año Santo.
2022 será el año de la recuperación del sector, y también seremos líderes mundiales en el turismo del futuro
Soy consciente de que tenemos que seguir mejorando, sobre todo en calidad, con el objetivo de que el gasto turístico aumente en los próximos años. Y eso se consigue ofreciendo destinos y productos de calidad, y de alto valor añadido.
Por eso hay que ir abandonando la idea de medir el éxito turístico por el número de turistas, y hacerlo por el gasto turístico y la estancia media.
2022 será el año de la recuperación del turismo, pero también queremos ser líderes mundiales en el turismo del futuro. Un turismo de calidad, sostenible, digital, inclusivo y seguro.
Es un reto ilusionante y estoy segura que si trabajamos juntos –sector público y privado– vamos a conseguirlo.
***Por Reyes Maroto, ministra de Industria, Comercio y Turismo.