En 2015, cuando las Naciones Unidas adoptaron los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), se presentaron como una llamada universal a erradicar la pobreza y garantizar la paz y la prosperidad para todas las personas antes del 2030.
A diferencia de los Objetivos del Milenio, que, aunque representaron un hito en la cooperación global, involucraron principalmente a instituciones públicas, los ODS, se diseñaron para involucrar a la sociedad en su conjunto.
En WA4STEAM, una asociación de mujeres que invierten en emprendedoras en campos STEAM (ciencia, tecnología, ingeniería, arquitectura y matemáticas por sus siglas en inglés), tuvimos muy claro desde el principio que con nuestras acciones podíamos contribuir al logro de varios ODS.
La asociación busca aumentar el número de mujeres inversoras al democratizar la inversión business angel, con lo que se contribuye al ODS 5 (Igualdad de Género). También fomenta la igualdad en el ecosistema emprendedor al apoyar solo proyectos donde al menos uno de los confundadores es mujer.
Asimismo, nuestras asociadas invierten exclusivamente en startups en campos STEAM, contribuyendo al ODS 9 (Industria, innovación e infraestructura) y, paralelamente, a la generación de crecimiento económico, el ODS 8.
Es innegable que la popularidad de los ODS ha crecido en los últimos años y casi todas las empresas informan sobre su contribución a los ODS en sus informes de sostenibilidad y en sus estrategias comerciales. Por ejemplo, en España, en 2019 un 86% de las empresas cotizadas mencionaban los ODS en sus informes de responsabilidad corporativa.
Sin embargo, esta popularidad ha generado preocupación sobre la realidad de la persecución de los ODS, temiendo que en muchos casos no sea más que maquillaje, donde la comunicación no refleje la estrategia real de la empresa, provocando el 'síndrome de fatiga ODS'.
Este síndrome de fatiga, sumado al impacto de las acusaciones a la Agenda 2030 de estar ideológica y políticamente sesgada, ha llevado a que las iniciativas de colaboración se hayan enfriado, precisamente ahora que estamos en el ecuador del proyecto.
El pasado julio, la ONU publicó un informe sobre el progreso hacia el logro de los ODS en 2030. Aunque ha habido avances significativos en la reducción de la mortalidad infantil, el aumento del acceso al agua potable y la batalla contra ciertas enfermedades, los resultados son bastante descorazonadores: solo un 15% de los objetivos progresan según lo previsto y, en algunos casos, incluso se ha retrocedido.
El impacto del Covid-19 y los conflictos geopolíticos de los últimos años han obstaculizado el avance hacia los ODS. Pero no podemos permitir que la fatiga se instale; como bien dice la ONU en su nueva campaña 'SGD’s at Halftime'. los partidos se ganan en la segunda parte, y tenemos todavía 7 años.
Los desafíos que los ODS abordan son fundamentales para el bienestar de las generaciones actuales y futuras. La desigualdad, la pobreza, el cambio climático y la falta de acceso a servicios básicos son problemas que no pueden esperar y es crucial encontrar formas de mantener el impulso y el compromiso de empresas e instituciones con los ODS.
Para mantener ese impulso deben mejorarse, en primer lugar, la transparencia y la rendición de cuentas: las empresas deben comunicar no solo su compromiso sino también los logros de manera concreta.
Cada vez está surgiendo más regulación sobre los estándares a seguir para reportar información de sostenibilidad. La Unión Europea aprobó en el 2022 la Directiva sobre información corporativa en materia de sostenibilidad (CSRD, por sus siglas en inglés) y el pasado 17 de octubre el Parlamento Europeo aprobó el primer conjunto de NEIS, las Normas Europeas de Información sobre Sostenibilidad buscando precisamente esta estandarización. Las NEIS entrarán en vigor a partir de 2024 para la mayoría de las compañías europeas cotizadas y determinadas empresas de terceros países.
En segundo lugar, la consecución de los ODS debe formar parte integral de la estrategia empresarial y contar con recursos específicos asignados. Los objetivos de desempeño de la dirección deberían medir también su aportación a los objetivos de sostenibilidad de la empresa.
En tercer lugar, es importante seguir concienciando a la sociedad de la importancia de la Agenda 2030, explicando lo logrado y lo que todavía queda por hacer. Con la comunicación correcta, podrá vencerse la fatiga y seguir implicando a la sociedad civil en su logro.
En el segundo tiempo del partido, no podemos renunciar a poner fin a la pobreza, a proteger el planeta y garantizar que para el año 2030 todas las personas disfruten de paz y prosperidad. Porque ¡#imaginaqueganamos! Este es el hashtag que ha lanzado la ONU para acompañar las iniciativas de está última fase de logro de los ODS hasta el 2030.
***Marta Huidobro es presidenta y cofundadora de WA4STEAM.