Se hace el silencio en el auditorio. Flavia Gotuzzo se coloca tras el atril para comenzar su discurso. Sonríe, pero sabe que lo que va a contar tiene una pizca de amargura. Trata de aguantar la emoción, aunque apenas puede cuando recuerda su negocio familiar en Lima y su tienda de trajes de gitana en Córdoba. Esta empresaria peruana lo perdió todo a raíz de la pandemia. No puede evitar que la voz se le quiebre y que las lágrimas le inunden los ojos al evocar ese trágico momento de su vida.
A pesar del mal trago provocado por un virus que le obligó a echar el cerrojo a décadas de esfuerzo, Gotuzzo se siente una mujer renovada y llena de esperanza y vocación. Ella formó parte de la primera edición de Reinventa-Tech, el proyecto de formación STEM impulsado por Oracle en el marco de su programa Women's Leadership. A través de esta rompedora iniciativa, la empresa seleccionó a un grupo de 20 mujeres que buscaban reciclarse laboralmente y las formaron, tuvieran o no conocimientos previos, en carreras tecnológicas punteras.
Gotuzzo escogió la rama de gestión de bases de datos, la más complicada de las cuatro que ofertaba Oracle. Ella es uno de los tres perfiles que aún se siguen formando para insertarse en el sector laboral, ya que su rama es la más compleja. A día de hoy tiene una suculenta oferta de trabajo y, según relata a ENCLAVE ODS, confía en que más pronto que tarde podrá cumplir su sueño de ser una parte indispensable de una gran empresa. La formación ya la tiene; ahora tan sólo queda ponerla en práctica.
Una vida de esfuerzo y dedicación
Al preguntarle por su pasado profesional previo a Reinventa-Tech, Gotuzzo se pone nostálgica y habla de Lima, su ciudad natal, de la que emigró muy joven para venir a España a estudiar y a trabajar. Durante varios años se ganó la vida en el departamento de ventas y marketing de la reconocida empresa de papel Navigator. Sin embargo, luego su madre padeció una larga enfermedad que la obligó a volver a Lima. Allí pasó ocho años como account manager de retail en HP.
Cuando su madre falleció, el negocio pastelero familiar recayó sobre sus hombros. Decidió delegar responsabilidades y, mientras tanto, viajar de vuelta a Córdoba para rehacer su vida junto a su marido y a sus tres hijos. "No cambiaría este país por nada", confiesa Gotuzzo. "Aquí yo lo que más valoro es el sol", dice entre risas. "Lima es una ciudad muy gris, siempre está nublada. De hecho, Lima significa neblina en quechua. Está entre la costa y los Andes, así que cuando los españoles les preguntaron a los indios dónde poner la capital, les dijeron 'Lima' para fastidiarles", relata evocando su tierra y su historia vital.
"Tuvimos que cerrar. Y como la pandemia afectó a todo el mundo, también tuve que cerrar la tienda en Perú"
Flavia Gotuzzo tenía la ambición de ser una mujer independiente y de negocios. En Lima había conocido a una cordobesa, Vanesa, y al llegar de vuelta a España ambas decidieron abrir un negocio de trajes de gitana juntas. "Yo no sabía ni lo que era un lunar", recuerda, divertida. "Pero es que en Córdoba la cosa es turismo, feria y aceite de oliva, así que pusimos la tienda. Tuvimos una primera temporada que fue fenomenal. ¡Vendimos el doble de lo que pensábamos!". Entonces se hace un pequeño silencio en la conversación.
"Estábamos preparadas para 2020... y nos pilló la Covid-19. Tuvimos que cerrar. Y como la pandemia afectó a todo el mundo, también tuve que cerrar la tienda en Perú, lo que implicaba dejar a 20 familias enteras en la calle, empleadas que habían trabajado conmigo y que me conocían desde pequeña". Los juicios, la burocracia, la pérdida del negocio familiar y de su propia tienda llevaron a Gotuzzo a una de las situaciones más complicadas de su vida.
Fue en esa encrucijada cuando, a través de una amiga, supo que Oracle estaba orquestando un programa de formación para mujeres que querían reinventarse laboralmente e impulsar su figura como expertas en carreras STEM. Flavia Gotuzzo no tardó en lanzarse de cabeza: quería formar parte del programa a cualquier costa. Pasó las duras pruebas de selección (de las cien candidatas tan sólo quedaron veinte seleccionadas) y se sumergió en un programa que la iba a convertir en una profesional de la gestión de bases de datos. De estudiar empresariales, un máster en gestión, vender impresoras, dirigir una pastelería y remendar trajes de gitana pasó a convertirse en una profesional del sector tecnológico.
Una carrera universitaria en un año
Gotuzzo ya ha concluido el ciclo de formación intensiva de Oracle. Durante el acto de clausura de la primera edición de Reinventa-Tech, su historia emocionó a todos los asistentes. A pesar de la amargura de recordar el mal trago que pasó en 2020, la empresa que coordina Albert Triola en España ha sido como un balón de oxígeno. Es, como decía otra de sus compañeras durante la gala de graduación, una de las veinte "reinventadas".
"Fue un proceso duro. Empezamos el curso ilusionadas. Para mí era una solución. Para mí la tecnología no me era ajena, pero sí a ese nivel", explica Gotuzzo sobre la formación de Oracle. "Había que estudiar muchísimo para entender, y de ahí el papel de los buddies y de los mentores, que era quienes no lo explicaban de 'castellano de a pie'. Ha sido como hacer una carrera universitaria en poco menos de un año".
"Me di cuenta de que no hay límites y de que si uno quiere puede hacerlo"
El de Gotuzzo era el programa formativo más difícil: administración de bases de datos. "Es la magia que tiene el programa: te reinventas en algo que es el futuro", señala la experta. "Hace dos años mi vida era muy tranquila, pero dos años después veo que he recuperado una seguridad en mí misma tremenda. Una vez que cumples cuarenta te dices: 'Por Dios, qué vieja estoy'. Pero ahora tengo la oportunidad de hacer una cosa totalmente distinta. Me di cuenta de que no hay límites y de que si uno quiere puede hacerlo. Ha sido un proceso intenso, pero sacarlo adelante ha hecho que me sienta súper poderosa".
Precisamente ese es el mensaje que quiere trasladar a todas las mujeres que busquen reinventarse: se puede hacer siempre que haya un esfuerzo por delante. "No simplemente te van a dar algo por ser mujer: gánatelo. Ese es el mensaje que tenemos que transmitir las mujeres: nosotras tenemos la capacidad. Es cuestión de querer. El programa de Oracle, que iba específicamente destinado a mujeres porque hace falta cubrir esa carencia en el sector STEM, me dio ilusión, motivación, ganas de tener nuevos objetivos. Así que mi mensaje para el mundo es el siguiente: si no eres feliz debes reinventarte".