Las elecciones generales del próximo 20 de diciembre son las más inciertas en la historia reciente de España. Las encuestas apuntan que al menos tres partidos, o incluso cuatro, tienen opciones de victoria. Quién será el más votado o quién logrará formar gobierno son las principales incertidumbres. Pero no son las únicas. Desde el punto de vista parlamentario, uno de los principales misterios es cuántos grupos se formarán en el Congreso de los Diputados.
En los comicios del 20-D concurren muchas y muy diversas opciones políticas. Y más fragmentadas que en ocasiones anteriores. Así, el Congreso tendrá más colores que nunca.
En la legislatura que acaba de terminar hubo en el Parlamento hasta siete grupos diferentes: el grupo Popular (PP), el Socialista (PSOE), el Catalán (CiU), la Izquierda Plural (IU, ICV, CHA), el Vasco (PNV), el de UPyD y, por último, el Mixto. Es una gran incógnita saber cuántos grupos habrá en los próximos cuatro años, pero los datos puros y duros apuntan a que no habrá menos de diez (uno del PP, otro del PSOE, también de Ciudadanos, otro de Podemos, el catalán de Junts pel Sí, el vasco del PNV, el Mixto y hasta otros tres grupos de diferentes coaliciones de izquierda).
Es una gran incógnita saber cuántos grupos habrá en los próximos cuatro años, pero los datos puros y duros apuntan a que no habrá menos de diez
Es prácticamente seguro, al decir de todas las encuestas, que Ciudadanos y Podemos, hasta ahora sin representación, irrumpirán en la sede de la soberanía nacional con sus propios grupos. Es decir, al menos habrá dos colectivos parlamentarios más que en las legislaturas precedentes.
Las alianzas de Podemos
Además, la política de alianzas de Podemos complica más, si cabe, este panorama. Y es que varias coaliciones electorales en las que está inserto el partido de Pablo Iglesias pretenden tener grupo propio en el Congreso. Es el caso de la candidatura por Cataluña, donde se presenta la alianza entre Podemos, el partido de Ada Colau y la marca de IU en la región; su papeleta en las elecciones será la de En Comú Podem-Podem En Comú. Si logran los votos suficientes, también tendrán su propio grupo en el Parlamento.
Otro tanto ocurre en Galicia. Allí la candidatura es En Marea, donde confluyen Anova, IU y Podemos. El objetivo de esta coalición es, según sus promotores, lograr un grupo gallego en el Congreso. Es decir, un colectivo que en este caso también sería independiente de la marca Podemos.
Y, por último, lo mismo sucede, aunque con menos formaciones, en la Comunidad Valenciana. En esa circunscripción electoral concurren juntos Podemos y Compromís. También en este caso la intención de los aliados es conseguir tener un grupo propio en la sede de la soberanía nacional.
Hay que tener en cuenta si la Unidad Popular de Alberto Garzón y UPyD lograrán representación o no
A estos casos de las formaciones aliadas con Podemos hay que sumar, por otro lado, las incógnitas de si la candidatura de Unidad Popular que comanda Alberto Garzón y si UPyD, con Andrés Herzog a la cabeza, lograrán o no representación parlamentaria. Y, en caso de conseguirla, si obtendrán apoyos suficientes para tener grupo propio.
Sin precedentes
Fuentes del Congreso de los Diputados advierten de que la situación no tiene precedentes. “Realmente no sabemos qué va a pasar”, explican. Una vez constituido el Congreso, se abre un plazo de cinco días para constituir los grupos parlamentarios. Las normas de la cámara no ofrecen precisiones que aclaren cómo se formarían varios grupos en los que hubiera miembros de Podemos. Dependerá de la manera en la que concurran a las elecciones y de sus pactos sobre el día después del 20-D.
El artículo 23 del Reglamento del Congreso es el clave. Con 15 diputados, el grupo puede constituirse sin más requisitos. Con al menos 5, es necesario además el 15% de los votos en las circunscripciones en las que se hayan presentado o el 5% del total estatal. Sin embargo, las normas especifican que “en ningún caso pueden constituir Grupo Parlamentario separado Diputados que pertenezcan a un mismo partido”.
El caso de UPyD
La regla tiene sus excepciones y es ahí donde la flexibilidad a la hora de interpretarla es clave. En esta legislatura, UPyD tuvo grupo parlamentario al asociarse con Foro Asturias, lo que permitió a los de Rosa Díez llegar al 5% de votos a nivel nacional. Después, el diputado Enrique Álvarez Sostres abandonó el grupo sin que éste tuviera que disolverse. En el caso de Amaiur, la mayoría de partidos trató de impedir a la formación aberzale la constitución como grupo, aunque tenía 7 diputados. Acabó integrándose en el Grupo Mixto.
En el Senado, por ejemplo, el PSC ha tenido en varias legislaturas un grupo diferente del PSOE. Se llamó la Entesa pel Progrés de Catalunya y en él lo acompañaron fuerzas como ICV y ERC. La número uno del PSC por Barcelona, Carme Chacón, ha abierto la puerta a repetir la fórmula en el Senado, siempre que sus aliados no sean independentistas. Sin embargo, esta fórmula no ha funcionado en el Congreso, ya que en la cámara baja el PSC concurrió con el PSOE a las elecciones y quedó después integrado en su grupo.
¿Un gallinero?
La mayoría de los partidos luchan por tener grupo propio. No tenerlo significa formar parte del mixto y, lo que es más importante, tener que repartirse con otras formaciones los turnos de palabra y los recursos económicos que ofrece la cámara.
Fuentes del Congreso advierten de la posibilidad de que el Grupo Mixto se convierta en un gallinero con decenas de diputados que entorpezca mucho las labores de sus integrantes, constreñidos por una estructura rígida y una aplicación estricta del reglamento. Si las diferentes marcas electorales asociadas a Podemos no lo tienen claro, quien logre el control de la mesa del Congreso tendrá probablemente la llave.