La división interna entre los partidarios de investir a Artur Mas y los que optan por no ceder a las presiones de CDC ha aflorado en la CUP, que dos meses después de los comicios todavía no ha decidido si está dispuesta a desencallar la situación o prefiere forzar unas nuevas elecciones el próximo marzo.
El lunes por la noche dos facciones del partido anticapitalista publicaron sendos comunicados con posiciones contrapuestas, en lo que supone las primeras discrepancias internas sobre la investidura que se han hecho públicas hasta la fecha. La reelección de Mas amenaza con romper la cohesión de la formación y los dos sectores del partido han decidido mover ficha para presionar a su favor.
El colectivo Endavant mandó ayer un comunicado muy duro con CDC, a quien acusa de ser un obstáculo para la independencia. En un extenso artículo llamado La independencia del pueblo o un nuevo pacto entre élites, asegura que “sólo apartando a Artur Mas de la presidencia de la Generalitat será posible avanzar en la ruptura con el Estado”. El texto llama a “aguantar las embestidas de CDC” y critica la declaración de ruptura ya que “deja de lado” la idea de construir unos Países Catalanes así como la salida de la UE y de la OTAN.
Este sector considera que la dificultad para llegar acuerdos se debe a “los intereses partidistas” de CDC y a que Mas pretende revalidar su presidencia para pactar con el Gobierno español. Según el comunicado, Mas no pretende conseguir el apoyo de la CUP “para avanzar hacia una ruptura con el Estado” sino para “garantizarse una legislatura sin molestias”. La número 2 de la formación, Anna Gabriel, forma parte de este colectivo.
La otra facción interna, Poble Lliure, considera en cambio que la prioridad del momento es la independencia. Este sector cree que “no favorecer la ruptura independentista en el momento actual es ponerse al lado del Estado español y la oligarquía”. Sin nombrar a Mas de manera explícita, este sector detalla en seis puntos la necesidad de llegar a un acuerdo para construir una República catalana. “Abandonar el apoyo a los objetivos actuales del independentismo con la excusa de una hipotética mejora en la correlación de fuerzas en un futuro inconcreto no es otra cosa que un engaño que esconde posicionamientos políticamente inmovilistas”, asegura el comunicado. Forma parte de este sector el actual portavoz de la formación en el Parlament, Albert Botran.
Riesgo de ruptura
El diputado anticapitalista Benet Salellas alertó el lunes por la noche del riesgo de ruptura en el seno de la formación que supone la decisión de investir a Mas. La CUP se encuentra con el dilema de cumplir su promesa electoral o bloquear el proceso independentista, y dentro del partido hay opiniones encontradas.
“Reducir el debate a la investidura de Mas puede llevar el partido a una ruptura”, avisó Salellas en una entrevista en la televisión de Girona. Salellas no descartó la posibilidad de que la CUP se abstenga en una votación después de las generales en el caso de que otra formación también acceda a abstenerse.
La CUP decidió la semana pasada que consultaría con sus bases la decisión de investir a Artur Mas. Este martes los diputados de la formación y los 15 miembros del secretariado nacional han empezado una ronda por las asambleas locales para conocer la opinión de la militancia, que se reunirá en una asamblea nacional el próximo 29 de noviembre.