Los dirigentes de Podemos no van a variar su mensaje tras la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) conocida este jueves. La estrategia política del partido dirigido por Pablo Iglesias consistía hasta hoy y seguirá consistiendo en lanzar continuas apelaciones a "la remontada", así como mensajes de desconfianza hacia los sondeos.
A solo dos semanas de la cita con las urnas, el sondeo del CIS confirma la tendencia de todos los anteriores: Podemos (45-49 escaños y 15,7% de los votos) es ahora mismo la cuarta fuerza política en intención de voto y apenas tiene opciones de lograr una victoria en las urnas. Unos datos que son radicalmente distintos a los que se conocieron en enero de este año, cuando algunas encuestas situaban a Podemos como primera fuerza política en España.
Desde hace semanas, Iglesias, su número dos, Íñigo Errejón, y el resto de líderes de la formación morada insisten en los dos mensajes antedichos: la remontada es posible el 20 de diciembre y las encuestas se han equivocado en numerosas ocasiones en el último año y medio. De hecho, la primera reacción pública del secretario general y candidato de Podemos ha ido en esa misma línea.
Primera reacción: los indecisos
"El CIS no se ha demostrado muy fino para prever lo que ha pasado este año. Las encuestas no predijeron que Manuela Carmena iba a ser alcaldesa de Madrid o Ada Colau de Barcelona", ha afirmado Iglesias en declaraciones a la Sexta, recogidas por Europa Press. Además, ha recordado que el CIS otorgó a Podemos un eurodiputado en las elecciones europeas de mayo del 2014, en las que finalmente obtuvieron cinco y se convirtieron en un actor relevante de la política nacional.
Iglesias ha querido destacar que en intención de voto directa Podemos está por encima de Ciudadanos. "El CIS dice que vamos a ganar en Cataluña. Se respira aire de remontada", ha agregado. "Afortunadamente no decide el CIS, deciden los ciudadanos españoles", ha dicho, antes de añadir que siguen teniendo el convencimiento de que pueden ganar las elecciones porque "la cantidad de ciudadanos que no ha decidido su voto es enorme". Es decir, el número de indecisos, que según el sondeo supera el 40%, es el dato donde los dirigentes de Podemos depositan sus esperanzas.
Estoy convencido de que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no tendría tanto miedo de mostrarse en un debate
En opinión de Iglesias, sus "adversarios" no estarían "tan preocupados" como, a su juicio, demostró este jueves la vicepresidenta del Congreso y diputada del PP, Celia Villalobos, durante el choque que ambos han protagonizado en el inicio de las jornadas de Puertas Abiertas del Congreso de los Diputados. "Estoy convencido de que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no tendría tanto miedo de mostrarse en un debate. Si no estuviera preocupado por perder, no le importaría debatir", ha añadido.
La confluencia, clave
La mención de Iglesias a su posible victoria en Cataluña no es baladí. Y es que no es un secreto que gran parte de las opciones de Podemos el 20-D pasan por el buen funcionamiento de sus alianzas en tres territorios: Cataluña, Valencia y Galicia. Lo cierto es que la encuesta del CIS evidencia unos resultados más que positivos para Podemos en esas tres comunidades autónomas, donde ha confluido con otras opciones políticas.
De hecho, las candidaturas en esos tres lugares conseguirían entre 22 y 24 escaños, casi los mismo que en todo el resto de España, donde la formación lograría entre 23 y 25 diputados. Una demostración empírica de que las candidaturas junto a otras formaciones de izquierda resultan decisivas para Podemos.
El problema para Iglesias, Errejón y sus correligionarios es que no llegaron a una alianza con Unidad Popular/Izquierda Unida, la candidatura que a nivel nacional encabeza Alberto Garzón, quien aparece en la encuesta del CIS mejor valorado que Iglesias. De hecho, según este sondeo IU resistiría mejor de lo previsto en las elecciones, con el 3,6% de los apoyos que le servirían para obtener entre 3 y 4 escaños.
Así las cosas, el reto de Podemos para esta campaña electoral es doble: por un lado, tendrá que intentar fagocitar definitivamente a IU; y, por otro, tendrá que compaginar ese intento con la moderación de su discurso para intentar arrancar los votos tradicionales del PSOE. El desafío es muy complejo. Pero Iglesias y los suyos insisten en que es posible remontar.