¿Qué sabía la Casa del Rey de lo que estaba pasando en el Instituto Noos de Iñaki Urdangarin? La monarquía española hace historia este lunes al sentarse, por primera vez, una infanta en el banquillo: cuatro ex empleados de Zarzuela declaran como testigos en el juicio del caso Noos: dos jefes de la Casa (Fermando Almansa y Alberto Aza); el abogado del rey Juan Carlos (José Manuel Romero Moreno, conde de Fontao), y Carlos García Revenga, el secretario de las infantas Elena y Cristina.
Entre 2004 y 2007, el abogado del rey, José Manuel Romero Moreno (conde de Fontao), intentó controlar la actividad comercial de Urdangarin reportándose directamente a Alberto Aza, el jefe de la Casa, quien presumiblemente informaba al rey Juan Carlos. Según fuentes solventes, esas gestiones para acabar con Noos nunca fueron trasladadas a Carlos García Revenga a pesar de que el 23 de septiembre de 2003 éste se convirtió en tesorero del instituto presidido por Urdangarin y con la infanta Cristina como vocal.
Del mismo modo, en junio de 2006, cuando Urdangarin, Revenga y la infanta salieron de Noos a instancias de Fontao, nadie le explicó al secretario de las infantas el motivo del final de esa “aventura empresarial”. Así llamó Revenga a Noos según los múltiples correos que Diego Torres, el socio de Urdangarin, fue entregando al juez Castro con cuentagotas para implicar a Zarzuela en los negocios del ex duque de Palma.
Revenga fue imputado en enero de 2013 y desimputado en junio de 2014. Al exculparlo, sin embargo, el juez Castro escribió que el secretario de las infantas estaba “muy al tanto” de lo que ocurría en el Instituto Noos. Revenga lo negó ante Castro en febrero de 2013; lo sigue negando hoy día y volverá a hacerlo cuando vaya a declarar a Palma de Mallorca el próximo 20 de abril. Revenga insiste en que él jamás sospechó, según lo que ahora se sabe sobre el caso, que el Instituto Noos podía ser en realidad una asociación sin ánimo de lucro (non profit) usada por Urdangarin y su socio para recibir dinero público fruto de convenios ilícitos que luego desviaban a sociedades mercantiles (profit) de su propiedad (Aizoon, en el caso de los Urdangarin-Borbón) a través de las cuales cometían fraude fiscal.
Un kleenex
Entre el 23 de septiembre de 2003 (tesorero de Noos) y el 29 de enero de 2013 (imputado por el juez Castro), ¿qué hizo Revenga en Zarzuela para los duques de Palma? De su relato y de las conversaciones con otros protagonistas se desprende que Revenga fue usado por Urdangarin “como un kleenex” como “recadero-justificante en la Casa” hasta tal punto que cuando el caso salió a la luz pública Revenga tuvo un “fuerte enfrentamiento” con el marido de la infanta: el secretario le echó en cara que no le hubiese contado todo lo que había hecho Noos, a lo que el duque contestó que “no todo lo que cuenta la prensa es cierto”.
Al mismo tiempo, y debido a una “mala relación” con Aza, el jefe de la Casa, fue mantenido “al margen” de todo desde el principio hasta el final. Según fuentes solventes, apenas cuatro veces hablaron el jefe de la Casa y el secretario de las infantas en los siete años que trabajaron juntos en Zarzuela (2004-2011). En dos ocasiones fueron conversaciones “desagradables en las que Aza bronqueó a Revenga”.
El secretario “nunca” habló con nadie en Zarzuela sobre el caso Noos, aseguran fuentes solventes: ni con su jefe directo, el teniente general José Cabrera, jefe de la secretaría de la reina Sofía y jubilado desde 2012; ni con el mencionado Fontao; ni con Aza ni con el rey Juan Carlos. Su papel, según ha declarado, fue poco más que el de “redactar y corregir” cartas.
Una especie de hermano
Hace casi cuatro décadas que Revenga, de 58 años, licenciado en Filosofía y Letras con especialidad en Ciencias de la Educación, tenía 19 años cuando conoció a las infantas Elena y Cristina, por las que profesa una adoración que se mantiene intacta a pesar de todo lo ocurrido. Las llama, las ve, las quiere “muchísimo”, a ellas y a sus hijos, según fuentes del entorno. Comenzó siendo su profesor de ciencias en el colegio Santa María del Camino, donde luego les daría clase de matemáticas y física.
En 1993, fue contratado por la Casa como personal eventual con el título de asesor para ocuparse a tiempo completo de ellas y de sus actos oficiales. En Zarzuela se le conocía como una especie de “intruso” porque no era militar, diplomático o policía, que es lo habitual allí, según funtes de la Casa. De allí salió el 31 de diciembre de 2014. Lo hizo de mala manera: es el primer empleado de la historia de la Casa que presenta una denuncia ante los tribunales para exigir que le paguen los años de antigüedad. Una situación incomprensible apenas dos años antes, cuando todo estaba listo para que trabajara en Bankia como director de relaciones institucionales.
Algunos definían así, irónicamente, su trabajo con las hijas del rey: “Lo mismo servía para planchar un huevo que para freír una corbata”. Tan pronto esquiaba con ellas como cenaba o las acompañaba a una montería. Para otros es “una especie de hermano” para las infantas y de “tío” para sus hijos. Las dos hijas de Revenga son ahijadas de las infantas, en cuyas bodas fueron damas de honor.
El duque em..Palma..do
El 24 de enero de 2013, El Mundo publicó uno de los correos filtrados por Torres al juez Castro. En él, Urdangarin se despedía de Revenga como “el duque em..Palma..do”. El resultado fue sumamente embarazoso para la Casa del Rey, pero días más tarde, la imputación de Revenga resultó letal. En la Casa querían dejarlo caer, pero Rafael Spottorno, el entonces jefe, insistió en mantenerlo.
Los correos de Torres eran siempre en una dirección: jamás filtró las respuestas, si las hubo. En el caso de la firma de mal gusto en correos de trabajo, Revenga le dijo a Urdangarin telefónicamente que se abstuviera de mandar emails de esa naturaleza, según fuentes de su entorno. De la misma forma, desde su entorno se niega categóricamente que Revenga acompañara al ex duque a ver a presidentes de grandes empresas del Ibex 35 para captarlos como clientes. Uno en concreto, Borja Prado, presidente de Endesa, llegó a decirle a Spottorno que Revenga había acompañado a Urdangarin a una de esas visitas, según fuentes solventes.
Al ser imputado, Revenga comprendió que estaba “solo ante el peligro”, según fuentes de su entorno. La Casa del Rey lo había dejado a los pies de los caballos al no informarle de sus sospechas sobre el Instituto Noos, y Urdangarin le había ocultado la ingeniería que había detrás de Noos destinada a pagar la mansión de Pedralbes. Revenga contrató a su propio abogado, Enrique Molina, al que pagó de su bolsillo como también los viajes a Mallorca para declarar. Ningún otro imputado tuvo que acudir a Palma.
“Cuando doña Cristina compró la casa de Pedralbes, Revenga fue el único que le dijo a Urdangarin que le parecía exagerada, que no tenían por qué hipotecar el resto de sus vidas”, explican fuentes de su entorno. “El marido de la infanta le explicó que la iban a pagar con el dinero del piso antiguo; unos ahorros que tenía él; el millón que les había prestado don Juan Carlos, y la hipoteca que irían cubriendo con el sueldo de ambos”. A Revenga le pareció suficiente.
De la misma forma, desde el entorno de Revenga se le defiende afirmando que él estaba tranquilo entre 2003 y 2006 viendo la “gente de alto nivel, profesores de Harvard, Rafa Nadal, ayuntamientos, gobiernos autónomos” que participaban en los actos de Noos: “Todo parecía entonces normal, y la gente se mataba por saludar a los duques de Palma. ¿Cómo iba a pensar que había algo raro en una cosa que era pública y notoria”.
Por eso en 2013, cuando fue imputado, Revenga ya no se fiaba ni de unos ni de otros. Cuando abdicó, el rey Juan Carlos le prometió que le ayudaría a buscar nuevo empleo. En estos momentos, sigue en el paro.
Global Cinoscéfalos
Hasta tal punto estaba Revenga “fuera de onda” de lo que sucedía en Noos que en diciembre de 2007, cuando ya Aza y Fontao habían logrado parar los negocios de Urdangarin en Noos, éste aceptó ser el administrador único de una empresa tipo Aizoon para la infanta Elena, explican fuentes de su entorno. Se llamó Global Cinoscéfalos y se constituyó el 10 de diciembre de 2007 a instancias de un abogado de la infanta. La única socia era doña Elena.
El objetivo: facilitar operaciones como el alquiler de una casa para doña Elena sin que tuviera que figurar su nombre “por discreción”, según fuentes conocedoras de esa operación.
Nada más firmarse la constitución de Cinoscéfalos en la notaría, alguien filtró la información a la prensa. Revenga recibió una llamada de Aza que aún hoy recuerda, según fuentes de su entorno: “Le montó una bronca monumental y le ordenó que cerrara la sociedad de inmediato”. El secretario no sabía que Aza acababa de neutralizar Noos y no quería que se le abriera otro frente con la infanta Elena.
Revenga, junto a los tres testigos de la Casa del Rey y el matrimonio Urdangarin-Borbón, no tiene previsto reunirse con el resto para preparar las declaraciones de cara al juicio. “Irá a Palma a decir la verdad, como lo hizo la primera vez”, señalan en su entorno, donde insisten que en su próximo empleo, aplicará una norma que no respetó en Zarzuela: “Separar la vida personal de la profesional”.
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