La pesadilla de este hombre comenzó en 2005 cuando una analítica le confirmaba los altos índices de mercurio en su cuerpo hasta ser considerados tóxicos. La razón: la supuesta intoxicación debida a la colocación de amalgamas dentales entre 1985 y 1992. Desde entonces ha tenido una batalla para conseguir que le indemnizaran por los daños causados. El Ministerio de Sanidad le rechazó su pretensión y ahora, el Consejo de Estado, en un dictamen al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL le cierra totalmente las puertas.
En 2006, un año después de conocer su intoxicación se quitó los empastes pero aún así su médico le diagnosticó "diversos trastornos derivados de un cuadro de candidasis concomitantes con una intoxicación importante por mercurio". Un siguiente informe fechado en 2006 por el Servicio Vasco de Salud de la Unidad de Síndrome de Fatiga Crónica concluyó tras recibir una analítica hecha en Suiza que esta personas sufría una intoxicación por mercurio de amalgamas de empaste.
Seis años después, en 2012, y a la vista de que los síntomas empeoraban acudió a la Unidad de Seguimiento de Síndrome de Fatiga Crónica en el Centro Médico Delfos y Nisa-Pardo de Aravaca (Madrid). La coordinadora concluyó que "valorados todos los antecedentes del paciente, la revisión de los informes aportados y exploraciones complementarias, considero que el paciente cumple los criterios para el Síndrome de Fatiga Crónica del Consenso Internacional de 2011 así como los de Holmes y Fakuda". Asociado a este síndrome, también fue diagnosticado de fibromialgia, intoxicación por metales pesados, disfunción endocrina al SFC y S.D. ansioso-depresivo adaptivo”.
Actuación médica negligente
Con todos estos informes en la mano, el perjudicado por el mercurio acudió al Ministerio de Sanidad en 2014 para pedir una indemnización de 250.000 euros por responsabilidad patrimonial del Estado por los daños y perjuicios padecidos por considerar que sufre una serie de dolores y molestias derivados de la actuación médica negligente llevada a cabo durante las intervenciones a las que fue sometido.
La reclamación estaba prescrita. La ley establece un año para reclamar desde que se produce el daño. Aún así, Sanidad entró en el fondo del asunto y no le dio la razón en base a un informe de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, que concluyó en enero del pasado año que "las amalgamas dentales se llevan utilizando durante más de 150 años para el tratamiento de las caries dentales y todavía se utilizan, en particular, en grandes cavidades, debido a sus excelentes propiedades mecánicas y a su durabilidad".
La Agencia española se basó en un informe de la Comisión Europea de 1999 que sostiene que "los datos disponibles indican que el mercurio de las amalgamas dentales no causa un riesgo inaceptable a la población general". Este documento reconoce que pueden ocurrir reacciones locales por este material "pero son relativamente raras, siendo generalmente de tipo alérgico o irritativo y se resuelven eliminando el material".
Sólo reconocen reacciones alérgicas al mercurio
Existe otro informe del Comité Científico sobre Riesgos Sanitarios Emergentes y Recién Identificados de 2007 que señala que los efectos adversos que puede provocar el mercurio son locales leves, como reacciones alérgicas. "Teniendo en cuenta que la mayor exposición al mercurio se produce durante la colocación y la extracción de la amalgama, el informe no recomienda una extracción de las mismas, excepto en los pacientes que puedan ser alérgicos a alguno de sus componentes".
Con todos estos informes, el órgano instructor del Ministerio de Sanidad concluyó desestimar la pretensión del afectado. Aún así, se requirió informe del Consejo de Estado, que acaba de avalar en un dictamen la decisión de Sanidad, rechazando así la indemnización por responsabilidad patrimonial. Primero, porque la reclamación está prescrita. Segundo, porque no entregó informe de invalidez como consecuencia de las enfermedades supuestamente contraídas por el mercurio. Y tercero, porque entrando en el fondo, el Consejo de Estado no puede concluir que el mercurio de las amalgamas dentales sean perjudiciales para la salud.
El beneficio sobrepasa los riesgos
El Consejo se basa en el informe de la Agencia Española de Medicamentos que sostiene que "los beneficios de la restauración dental con amalgamas dentales sobrepasan significativamente los riesgos documentados estando la relación beneficio-riesgo en concordancia con el estado del arte actualmente conocido y aceptado". "No hay indicación clínicamente satisfactoria que justifique la eliminación de las amalgamas", añade.