La reina emérita acude al rescate de un Gobierno en funciones que ha situado en el limbo a la política exterior española: doña Sofía llenará el vacío que han dejado los reyes Felipe y Letizia en el Reino Unido después de que Madrid cancelara la visita de Estado con apenas un mes de antelación. La madre de Felipe VI será la invitada de honor de la cena de gala que la British-Spanish society celebra el próximo 20 de abril en Londres con motivo de su centenario.
La cena en el hotel Dorchester de Londres organizada por esta prestigiosa ONG cultural coincide además con el 90 cumpleaños de la reina Isabel II. Junto a doña Sofía ha confirmado su asistencia el príncipe Andrés, duque de York, el segundo hijo de la reina de Inglaterra. “Doña Sofía esperó a que los reyes emitieran el comunicado oficial de la visita de Estado en diciembre antes de confirmar su propia presencia en el Reino Unido”, señalan fuentes diplomáticas. “Ahora la casualidad ha querido que al menos haya una presencia real española en una fecha tan señalada después del vacío creado por la desafortunada cancelación”.
La reina Isabel II ha entendido los motivos que han llevado al Gobierno en funciones a cancelar el viaje. No así las legiones de altos funcionarios del Foreign Office, de Buckingham Palace y hasta de la Shakespeare Company que habían culminado todos los detalles de la histórica visita 30 años después de la última. Madrid culpa ahora a Londres de que se insistió demasiado en emitir el comunicado conjunto el 3 de diciembre con las elecciones de por medio.
Londres responde diciendo que desde Madrid se insistió en que “el Gobierno podría estar en funciones, pero no el Estado”. El Ejecutivo de Rajoy empezó a dudar sobre la conveniencia de realizar el viaje después de Reyes, a principios de enero, pero sólo lo comunicó a Londres cuando quedaba un mes, con las invitaciones enviadas para el banquete de gala y todo el programa cerrado.
Margallo en Marruecos
Fuentes diplomáticas destacan que la cancelación in extremis de la visita oficial a Londres es solo un ejemplo más del limbo en el que se halla la política exterior española en este periodo de formación de Gobierno. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, optó la semana pasada por viajar a Ouzarzate (Marruecos) para la inauguración de un planta solar construida por empresas españolas junto al rey Mohammed VI.
Allí, acompañado por los periodistas elegidos para viajar con él a bordo de un avión de las Fuerzas Aéreas Españolas, se ratificó en las declaraciones del día anterior que tanta indignación crearon entre las filas políticas: “Me ví obligado a a informar a mis colegas de que un posible Gobierno de coalición PSOE-Podemos, si prevaleciesen las tesis del segundo, España podría ser el primer país de los 66 que abandonase la coalición internacional”.
Al mismo tiempo tenía lugar en Londres la conferencia de donantes sobre Siria bajo los auspicios del primer ministro David Cameron y el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon. Acudieron más de 30 jefes de Estado y de Gobierno, entre ellos la canciller Angela Merkel. En un solo día se recaudaron 10.000 millones de dólares, una cifra jamás alcanzada por la comunidad internacional.
Una donación "embarazosa"
Los países que no enviaron a sus gobernantes (aproximadamente la mitad) fueron representados por sus ministros de Asuntos Exteriores. En el caso de España, y como Margallo estaba en Marruecos, se envió al secretario de Estado de Iberoamérica, Jesús Gracia. Mientras países vecinos como Francia donaron 890 millones de euros, la contribución de España fue de las más bajas: 9 millones. “Una cifra francamente embarazosa”, según fuentes diplomáticas.
Carmen Chacón, la secretaria de Relaciones Internacionales del PSOE, ha subrayado el “errático” comportamiento del Gobierno en funciones en torno a la cancelación de la visita oficial a Londres. “Al fin y al cabo, se trata de un vuelo de apenas dos horas”, ha señalado Chacón a este periódico. “Nosotros nunca nos hemos opuesto a que se realizara este viaje, al contrario del de Arabia Saudí, que sí nos parecía inoportuno”, señala.
La British-Spanish Society fue creada en 1916 bajo los reinados de Alfonso XIII y Jorge V con el nombre de AngloSpanish League of Friendship por un grupo de académicos y hombres de negocios británicos preocupados por la derivada proalemana que España estaba tomando dentro de la neutralidad oficial durante la I Guerra Mundial. En los últimos años ha sido vigorizada por su actual presidente, Jimmy Burns Marañón, el periodista británico nieto de Gregorio Marañón. Uno de sus más destacados patronos honorarios es el duque de Wellington. Además de dar becas a estudiantes de posgrado de ambos países, esta sociedad es la joya de la corona de las instituciones que luchan por defender “la amistad y el entendimiento” entre España y el Reino Unido.
La reina Sofía guarda excelentes memorias del Dorchester, uno de los hoteles con más solera del mundo, situado en el exclusivo barrio de Mayfair. Allí fue, el 8 de junio de 1961, donde sus biógrafos sitúan el primer baile lento con don Juan Carlos durante la fiesta posterior a la boda del duque de Kent, primo hermano de la reina Isabel II.