El mismo día que la Guardia Civil detiene al exvicealcalde de Valencia, Alfonso Grau, Mariano Rajoy ha presidido el Comité Ejecutivo Nacional del Partido Popular, el órgano de dirección del partido al que también acuden ministros y barones territoriales. En la reunión, el presidente del Gobierno en funciones ha intentado aplacar los ánimos de sus compañeros, que deambulan con la moral por los suelos desde que la lista de corruptos se amplía cada semana. Sin embargo, el malestar que todos critican en privado no se ha puesto de manifiesto en la reunión, que ha durado menos de una hora y en la que nadie ha pedido la palabra en el turno de réplica. Solo intervinieron el presidente del PP; su secretaria general, María Dolores de Cospedal y la nueva presidenta de la gestora en Madrid, Cristina Cifuentes, que se limitó a dar las gracias por la confianza.
Mariano Rajoy reconoció ante sus compañeros que los escándalos están pasando una factura innegable al Partido Popular. “Nos ha dicho que la corrupción es letal y que nos están intentando poner una malla conjunta para sepultar todo lo bueno que ha hecho este partido durante 35 años”, añadió el vicesecretario de Comunicación, Pablo Casado, al finalizar la reunión. En un intento de inyectar algo de adrenalina al equipo, el líder del PP argumentó que “no nos podemos dejar llevar por la histeria” para justificar su falta de contundencia ante los sucesivos casos que van apareciendo. Nadie mencionó al exvicealcalde de Valencia, Alfonso Grau. Tampoco se habló de Rita Barberá, que el viernes ya comunicó que se ausentaría a la convocatoria de este lunes. Ni una sola voz discordante en la sala.
Este sábado, el presidente del PP de Vizcaya, Antón Deamborenea, dijo en alto que está “hasta los cojones” por el daño que estos escándalos están causando. Una afirmación que secundó este lunes Casado, que afirmó estar “hasta las narices” de dar la cara por “cuatro golfos”. Por su parte, el líder del PP se ha defendido alegando que su Gobierno ha impulsado varias medidas de regeneración democrática y ha impuesto dos gestoras en dos históricos feudos como son Valencia y Madrid. Además, instó a sus compañeros a que expliquen a los ciudadanos que no solo hay que condenar la corrupción, “sino que hay que impulsar medidas para evitar que ocurra”, añadió Casado.
Las primeras palabras tras la reunión las dedicó el ministro en funciones José Manuel García Margallo, que aseguró que se ha propuesto un comité de sabios “españoles y extranjeros para redactar un libro blanco sobre la corrupción”. Cristina Cifuentes tuvo que esperar más de diez minutos dentro de la sede de Génova hasta que las cámaras dejaran de enfocar al ministro en funciones. En su comparecencia, la nueva presidenta del PP de Madrid hizo hincapié en que no va a tolerar ningún caso de corrupción que manche a su equipo y que trabajará duro para regenerar el partido regional que acaba de heredar de Esperanza Aguirre.
En ese mismo Comité se han nombrado a todos los miembros de la gestora que sustituye al equipo anterior. Todos los elegidos forman parte del núcleo duro de Cifuentes, que ha preferido que no haya ningún alcalde en el órgano que dirige el partido madrileño. Hay cuatro consejeros: Ángel Garrido (Presidencia), Jaime González Taboada (Medio Ambiente, Administración Territorial y Ordenación del Territorio), Carlos Izquierdo (Políticas Sociales y Familia) y Pedro Rollán (Transportes). También forma parte de la nueva dirección del PP regional Rosalía Gonzalo (secretaria 1 de la Mesa de la Asamblea de Madrid) y Manuel Quintanar (secretario general del Consejo del Gobierno madrileño).
Tras Cifuentes habló en los aledaños de la sede de Génova el presidente de Galicia, con quien llegó agarrada del brazo tras tomar un café en un StarBucks cercano. Alberto Núñez Feijóo dijo que había visto a Mariano Rajoy “centrado”, sin especificar más sus palabras. El gallego respaldó a su líder y, ante las cámaras, dijo que Mariano Rajoy había ganado las elecciones y si se disolvían las Cortes era él quien debía representar al partido.
Casado reconoció que la convocatoria de unas nuevas elecciones sería “un fracaso” para la clase política y volvió a recordar que si Pedro Sánchez fracasa Mariano Rajoy intentará encontrar apoyos para presentarse a la investidura antes del 3 de mayo. “La pelota ahora está en el tejado de Pedro Sánchez. Que deje de deshojar la margarita, que ya se ha quedado sin pétalos”.