El acuerdo alcanzado entre PSOE y Ciudadanos de cara a la investidura de Pedro Sánchez no ha trastocado los planes de Podemos. Los portavoces del partido emergente se han esforzado este martes en recordar que dicho pacto no es suficiente para que el líder del PSOE sea elegido como presidente del Gobierno. Tanto Pablo Iglesias como Íñigo Errejón han ninguneado esta opción con referencias que han ido desde el Capitán Trueno hasta el Papa. Y ante los rumores de que pudieran planear una abstención, han confirmado que votarán "no" a Sánchez si lo intenta solo con el apoyo de C's.
Primero, cuando solo se conocía la oferta de Albert Rivera, abría el fuego el número dos del partido morado. "El acuerdo del PSOE con Ciudadanos es absolutamente irrelevante", juzgaba. "Nuestra votación va a depender de nuestras negociaciones y conversaciones con el PSOE; si llegamos a un acuerdo con el PSOE, vamos a votar que sí y vamos a conformar gobierno, si no llegamos a un acuerdo con los socialistas, el PSOE puede llegar a acuerdos con Ciudadanos o con el Capitán Trueno, no hay Gobierno", abundaba entre las risas de los presentes en la sala de prensa del Congreso. El acuerdo entre ambos tampoco parece preocupar mucho al PP que planea incluso qué hacer cuando Pedro Sánchez fracase.
"Aunque lo ratifique el Papa"
Horas después, una vez que el propio Pedro Sánchez había anunciado que habría acuerdo de legislatura con Ciudadanos, le tocaba el turno a Pablo Iglesias. Una y otra vez, sin descanso ni piedad, el secretario general de Podemos recordaba que "no dan los números" para que Sánchez sea investido solo con el respaldo de los 40 diputados de Ciudadanos. "Son solo 130 diputados; no es un acuerdo de Gobierno ni de investidura: sólo suma si Albert Rivera consigue que se sume el PP, aunque lo ratifiquen las ejecutivas del PSOE y Ciudadanos; aunque lo ratifique el Papa". De nuevo las carcajadas retumbaban entre los informadores presentes en el Congreso.
Para el líder de Podemos, el acuerdo entre Sánchez y Rivera puede definirse como "castillos en el aire" y "fuegos artificiales". Calificativos que van en la misma línea de mofarse de este pacto que este miércoles presentarán a bombo y platillo PSOE y Ciudadanos. Iglesias ha ido un paso más allá al afirmar que "confío en que Pedro Sánchez no vaya a la sesión de investidura a hacer un teatro". Es decir, para él la alianza que incluye la reforma exprés de la Constitución es "teatro" porque, calculadora en mano, la verdad irrebatible es que ambos partidos suman solo 130 diputados, muy lejos de los 176 de la mayoría absoluta.
En la comparecencia de Iglesias de este martes se repitieron las preguntas acerca del pacto entre PSOE y Ciudadanos. Y, sobre todo, acerca de por qué Podemos continúa negociando en una mesa junto a los socialistas una vez que estos ya han alcanzado un pacto con Ciudadanos. Pacto que, además, incluye la negativa a que se celebre cualquier tipo de referéndum en Cataluña, que es una exigencia de Podemos y sus socios. La respuesta a todas estas preguntas se llama estrategia.
La misma estrategia
Y es que, declaraciones altisonantes aparte, la hoja de ruta de Podemos es la misma: tender la mano para negociar un "gobierno de progreso" como "única alternativa" a una "gran coalición entre PSOE, PP y PP en diferido" (en referencia a C's). Así, si, como parece, no hay un acuerdo de izquierdas para gobernar, desde el partido morado culparán al PSOE de Sánchez de la falta de entendimiento. Y, en caso de que se repitieran las elecciones, Podemos redoblaría los ataques a los socialistas por no haber permitido el cambio de Ejecutivo.
Estos días en el Congreso se vive una suerte de pelea soterrada entre PSOE y Podemos porque los dos partidos se afanan por mostrarse con un talante de diálogo cuando, en realidad, sus posiciones cada día parecen más alejadas. Así, sus equipos se reúnen durante horas en el Congreso aunque ese pacto de Sánchez con Rivera bloquea cualquier acuerdo porque tanto Podemos como Ciudadanos han dicho que no irán juntos en un gobierno.
Con su actitud de insistir en la vía del diálogo, Podemos consigue matar dos pájaros de un tiro. Por un lado, erosiona la figura de Pedro Sánchez por pactar con "la derecha en diferido" y no con otros partidos de izquierda. Y, por otro, intenta seducir a los votantes socialistas para otra hipotética cita en las urnas. De hecho, este martes Iglesias apelaba directamente a los votantes socialistas: "Tengo la esperanza de que muchas personas que han votado al PSOE les digan que no les han votado para que se ponga de acuerdo con el PP en diferido".
En ese marco que más parece una partida de ajedrez entre estrategas, el mensaje del partido morado no se ha movido un milímetro durante las últimas horas: "Solamente hay dos opciones: gobierno de progreso o gobierno de gran coalición; el PSOE tiene que elegir". Lo único que ha cambiado, aritmética aparte, es que el PSOE ya ha elegido.
El PP da por hecho el fracaso de Sánchez
El Partido Popular ya está dando un paso más allá y se ha citado con Ciudadanos para empezar a negociar cuando se celebre el debate de investidura. José Antonio Bermúdez de Castro, secretario general del grupo popular, ha anunciado que el encuentro será "a partir del día 4".
Además de ello el PP ha calificado de "típica" de nacionalistas la propuesta incluida en el acuerdo entre PSOE y Ciudadanos de suprimir las diputaciones. El vicesecretario de Organización del PP, Fernando Martínez Maillo, en su cuenta de Twitter, ha dicho que "afortunadamente la suma no da más". "¿Qué opinarán los presidentes de Diputación socialistas y sus diputados del acuerdo con Ciudadanos? Lo sabremos pronto..." ha añadido.
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