No hubo sorpresa en el Congreso: Pedro Sánchez fracasó en su intento de ser investido presidente. Logró 131 votos a favor —los del PSOE, Ciudadanos y Coalición Canaria—, pero tuvo 219 en contra. Votaron 'no' los diputados del PP, Podemos, ERC, DiL, PNV y el resto de fuerzas.
La gran incógnita ahora está en averiguar cómo van a reaccionar los votantes. ¿Van a penalizar al PSOE por fracasar, a Ciudadanos por girar a la izquierda, o a Podemos por impedir un gobierno socialista? Hasta ayer la situación era de equilibrio. El gráfico muestra el promedio de encuestas antes del debate de investidura.
El PP lleva desde enero perdiendo votantes. Cabe pensar que le han pasado factura dos cosas: los nuevos casos de corrupción y su incapacidad para intentar siquiera formar gobierno. Mientras tanto, Ciudadanos ha subido. Le habría beneficiado la caída del PP y el protagonismo logrado con su acuerdo con el PSOE. Si ese mismo acuerdo ha defraudado a sus votantes más a la derecha, el efecto es pequeño o no se ha trasladado aún a las encuestas.
La otra noticia desde enero es que el PSOE ha recuperado el terreno perdido frente a Podemos. Los dos partidos están ahora tal y como estaban el 20 de diciembre. La tendencia de uno y otro es casi plana, pero favorece ligeramente al partido de Pedro Sánchez.
Las encuestas podrían agitarse
Esta semana en el congreso se ha escenificado una propuesta y un sonoro rechazo. El PSOE y Ciudadanos han defendido un acuerdo de gobierno. Coalición Canaria lo ha apoyado. Y el resto de fuerzas lo ha rechazado de forma notoria. Esta escenificación es uno de esos hitos que suelen dejarse notar en los sondeos.
Una posibilidad ahora es que PSOE y Ciudadanos mejoren en las encuestas. Hay indicios que apoyan esa tesis. El primero, que Ciudadanos y PSOE tienen tendencias positivas desde enero. El segundo, que Albert Rivera y Pedro Sánchez fueron los que salieron mejor parados tras la primera votación de investidura, según una encuesta de Metroscopia. Albert Rivera consiguió la mejor evaluación de su intervención: la diferencia entre quienes le aprueban y desaprueban fue de 24 puntos positivos. Mariano Rajoy y Pablo Iglesias fueron valorados negativamente.
Había otra buena noticia para los intereses del PSOE en los datos de Metroscopia: un 29% de los votantes del PP y un 39% de los de Podemos se declararon partidarios de que su partido apoyase el acuerdo entre PSOE y Ciudadanos.
Son datos muy ventajosos para Pedro Sánchez —no es habitual que los simpatizantes de un partido contradigan a su formación—, pero que deben tomarse con cautela. La semana pasada Invymark (La Sexta) daba resultados muy distintos a una pregunta similar: el 90% de los votantes de PP y Podemos no querían que su partido favoreciese el gobierno de Sánchez. Esta discrepancia puede deberse a un cambio de opinión tras la investidura, pero también las imprecisiones inherentes a los sondeos de opinión. Serán las encuestas de los próximos días, todas juntas, las que confirmarán si el PSOE y Ciudadanos salen ganando tras la investidura fallida.
Tras este primer asalto, muchos comentaristas creen que el acuerdo es imposible. En las apuestas la repetición de elecciones se pagará hoy más barata que ayer. Y es verdad que la escena del Congreso ha sido de división: Iglesias y Rajoy han arremetido contra el PSOE y su propuesta. Pero también es cierto que los dos acabaron haciendo la goma: Iglesias volvió a decir que tienden la mano al PSOE, y desde el PP volvieron a reiterar su propuesta de gran coalición.
El escenario es en realidad el esperado desde hace semanas. Casi nadie creía probable un acuerdo en la primera investidura. La votación fallida debía servir para activar el reloj. Desde ahora los partidos pueden negociar con un ojo puesto en ese reloj y otro en las encuestas. Si esa negociación tiene que fructificar, lo probable es que sea cuando el tiempo apremie.