El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, ha amagado con un posible abandono de la política. Todo dependerá, ha dicho, de si tiene "ambición política suficiente” para seguir. Feijóo alcanzó la presidencia gallega en 2009 con mayoría absoluta tras cuatro años de bipartito entre PSOE y los nacionalistas de BNG. En 2012, en plena crisis, Feijóo logró ampliar su mayoría con tres escaños más.
Sus éxitos gallegos han provocado que Feijóo sonara a menudo como posible sucesor del presidente Mariano Rajoy. El presidente de la Xunta ha destacado en una entrevista en Onda Cero su lealtad al presidente del Gobierno en funciones: “Yo voy a estar en política para apoyar al presidente Rajoy. Lo he dicho y lo mantengo”. Ha añadido que su entrada en política tras Manuel Fraga y de cara a las elecciones de 2009 se debe a “una conversación y una amistad” con Rajoy.
En la entrevista, Feijóo ha avisado en cierto modo que ha ya había cumplido su obligación: “Habíamos quedado que dos legislaturas al frente de la Xunta eran suficientes”. No es evidente con quién “había quedado”, pero parece implicar que queda liberado de su trato y ahora puede decidir cuál será su futuro. Parece probable también que en las próximas elecciones gallegas de otoño el PP tenga más difícil revalidar la mayoría absoluta tras la aparición de las Mareas y Ciudadanos.
"Otra actividad profesional"
Si Feijóo se limitara, como ha prometido, a seguir lo que el partido le pide, debería presentarse a un tercer mandato en Galicia. Pero tras el paso de Rajoy por Galicia este fin de semana, de repente esta decisión está en el aire. Feijóo ha dejado abierta la opción de dedicarse a “otra actividad profesional”.
¿Qué ha podido llevar a Feijóo a lanzar esta advertencia en público? Hay al menos tres teorías:
1. Un órdago a Rajoy. Es raro y significativo que tras el emotivo encuentro de ambos presidentes -era el primer regreso a Pontevedra de Rajoy tras ser declarado persona non grata- Feijóo se descuelgue con esta amenaza pública. No es obviamente un síntoma de que el encuentro fuera fluido y amable. La publicidad de Feijóo puede implicar un pulso con el presidente para forzarle a que tome una decisión sobre su permanencia en la Moncloa.
2. Una ruptura con el presidente. Esta opción es aparentemente más improbable. Feijóo ha reiterado su apoyo a Rajoy: “Nadie pretende sustituir al presidente Rajoy. Al menos yo no. Si lo pretende alguien yo estaré en contra”, ha dicho. Aunque puede ser un truco, es difícil compaginar esa afirmación con una batalla abierta y frontal.
3. Ya hay un delfín designado y no es él. La pataleta es la tercera opción. Rajoy habría dicho o insinuado a Feijóo en Pontevedra que tiene a algún sucesor en la cabeza y no es él. Feijóo habría reaccionado desairado y dolido y con la amenaza de largarse a donde fuera. Cuando Carlos Alsina, de Onda Cero, ha preguntado a Feijóo si tenía pensado qué iba a hacer, Feijóo ha respondido: “Tenía pensado preguntártelo a ti. Me gusta el mundo de la comunicación”. No parece que fuera una reflexión muy elaborada.
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